De acuerdo con la Procuraduría General en Colombia, la guerrilla de las FARC dejó morir en cautiverio a más de 500 personas. La guerrilla hizo del secuestro político un instrumento de presión para conseguir liberación de guerrilleros, realizar despejes y forzar negociaciones.
La delegada de la Procuraduría ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Mónica Delgado, confirmó en el informe la suma de secuestrados que murieron en manos de sus captores. Al mismo tiempo, solicitó que esta información se tome en cuenta para así emprender la búsqueda de los hombres y mujeres que nunca regresaron a casa.
Hasta ahora, la cifra asciende a 522 personas que fueron secuestradas y murieron durante su cautiverio a manos de la guerrilla. Estos datos se conocieron en la audiencia en la que estuvieron los líderes guerrilleros de las FARC, ahora convertidos en políticos.
Ingrid Betancourt es el rostro de una nación que estuvo secuestrada y luchó con fuerza por su libertad. Este domingo recorrió vel pabellón del Museo de Memoria Histórica de Colombia y nos dejó un mensaje de por qué debemos reconocernos en el dolor de las víctimas y su dignidad. pic.twitter.com/tJTy8pNJzz
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) April 22, 2018
Uno de los casos más emblemáticos y que más recuerda el país es el secuestro de la política Ingrid Betancourt, que estuvo en poder de las FARC —por más de seis años, cuatro meses y nueve días— y que posteriormente fue liberada por las fuerzas militares en la Operación Jaque el 2 de julio de 2008.
Unas imágenes de Ingrid Betancourt cabizbaja, muy delgada y en la oscuridad de la selva motivó a todo un país a salir a las calles y pedir “¡No más FARC!”. Aproximadamente el 4 de febrero de 2008, las calles de Colombia y de varias ciudades del mundo se llenaron de ciudadanos que rechazaban el terrorismo y el secuestro de la organización armada. Se estima que en dicha manifestación participaron ocho millones de personas, el registro más alto que ha tenido el país hasta ahora en una movilización de protesta.
En 2017, Alexander Farfán, alias «Gafas», uno de los guerrilleros carceleros de Betancourt, logró su libertad luego de acogerse a la JEP. Durante la Operación Jaque, el guerrillero fue capturado, estuvo también envuelto en el secuestro de tres ciudadanos estadounidenses.
A finales de octubre de 2018, Betancourt rindió su declaración ante la JEP por el caso 001 de secuestro. “Para mí este relato no es sobre una retención ilegal, es sobre mi descenso al infierno”, aseguró la excandidata presidencial.
La JEP a través de la magistrada Julieta Lemaitre manifestó que coordinan la búsqueda de las personas desaparecidas con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), entidad que ya está encargada de hallar a personas de las que se desconoce su paradero, luego de ser secuestradas. La UBPD indicó que tiene una lista con un número similar al entregado por la Procuraduría General de las 522 personas que fallecieron.
Campos de concentración de las FARC
Las víctimas del secuestro a manos de las FARC vivieron un verdadero infierno. Tan solo basta escuchar las diferentes declaraciones que retratan esos días, meses y años que pasaron confinados en las profundas selvas colombianas. Sumado a las fechas especiales que dejaron de pasar al lado de sus familias.
La toma de Mitú logró el secuestro de 42 uniformados de la Fuerza Pública, uno de ellos, el el general retirado de la Policía Luis Herlindo Mendieta, describió que la guerrilla de las FARC construyó un sistema de seguridad para los secuestrados que era a imagen y semejanza de los campos de concentración nazi.
Imaginan los ataques de ansiedad que sufrieron los secuestrados que permanecieron con cadenas en cercos creados por las Farc. Mejor dicho, la cárcel es poco para estos “ex guerrilleros” pic.twitter.com/YKGkyTBfK1
— Natalia Bedoya (@natiibedoya) May 19, 2019
“Las FARC, seguramente sus cabecillas y dirigentes, estudiaron muy bien qué pasó en los campos de concentración en Alemania y lo replicaron en la selva. Allí hicieron esas jaulas de concentración con las mismas características, las mismas tablas, los mismos alambrados, las mismas mallas y las mismas literas”, recuerda el general Mendieta en una entrevista con EFE.
Encadenados de cuello y manos, los hombres y mujeres eran vigilados permanentemente por sus carceleros. En contraposición, las FARC aseguraba que sus militantes también se encontraban en condiciones similares en las cárceles del país.
Colombia: una sociedad secuestrada
Según un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), titulado Colombia una sociedad secuestrada, describe que durante los últimos 60 años de conflicto armado, el secuestro fue un sello distintivo de la guerra. Al respecto, la guerrilla de las FARC volvió como objetivo de “canje humanitario” a policías y militares.
Una de sus pretensiones era intercambiar guerrilleros que estaban en las cárceles exigiendo su libertad a cambio de entregar a los hombres que estaban muriendo en cautiverio. Cabe destacar que la guerrilla de las FARC nunca llamó al secuestro como tal si no “retención”.
Según el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), un total de 31 021 personas fueron secuestradas en los últimos 50 años, de ellos, 1 214 eran militares y policías.
“No queremos justificar ninguna conducta que resultó violatoria del Derecho Internacional Humanitario, sino dar a conocer de nuestra propia voz las razones objetivas que nos llevaron a muchos colombianos y colombianas a construir lo que fueron las Farc-EP”, dijo Rodrigo Londoño, alias Timochenko, luego de entregar el informe a la JEP, según su visión del secuestro en el conflicto armado.
Si bien murieron muchas personas bajo cautiverio, también sobrevivieron alrededor de 17 500 personas que fueron secuestradas por las FARC.