Provocó revuelo la interceptación ilegal de una conversación entre el embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, y la entrante canciller, Claudia Blum. En la interceptación que deja preocupado al Gobierno de Iván Duque, se estarían filtrando conversaciones de funcionarios de su gabinete, cuestionando a Carlos Holmes Trujillo, excanciller y ahora ministro de Defensa.
Publimetro, el medio nacional que filtró y publicó la conversación, establece que Santos en medio de la introducción que le hizo a la entrante canciller Blum, refleja el malestar de algunos funcionarios al interior del Gobierno colombiano.
En una entrevista con W Radio, Santos aseguró que le preocupa el origen de la grabación, pero asegura que no hay nada nuevo en el diálogo. “Es una conversación que ocurrió en un lugar reservado, no sabemos de dónde sale esta grabación. Es como si a usted lo grabaran en su casa, algo ilegal”, puntualizó.
Oposición justifica interceptación
Al margen de la discusión política, la oposición se ha volcado a ratificar que la acción fue legal, pese a violar el derecho a la privacidad entre ambos funcionarios. Alegan, por ejemplo, que tanto Santos como Blum, por haber discutido cuestiones de interés público, se entiende que la difusión periodística es “legal”.
El audio indica que fue, más bien, una grabación en un espacio semi-público (hotel). Santos y Blum tenían una expectativa legítima de privacidad, pero la invasión de esa órbita pudo ocurrir sin intrusión (hablaban muy duro).
Y claro, la imprudencia de ellos tampoco es delito.
— Carlos Cortés (@CarlosCortes) November 20, 2019
Gabriel Santos, representante a la Cámara por el Centro Democrático y quien es hijo del embajador, rechazó la interceptación y no vaciló en señalar que se trata de legitimar una chuzada por una cuestión de ideología.
“Legitimadas las chuzadas por ideología. Cuando chuzan a los enemigos políticos de algunos se valida una actividad ilegal. El provecho político por encima de la ley”, señaló.
Legitimadas las chuzadas por ideología. Cuando chuzan a los enemigos políticos de algunos se valida una actividad ilegal. El provecho político por encima de la ley.
— Gabriel Santos G. (@GabrielSantosCD) November 20, 2019
Abogados penalistas como Jaime Granados e Iván Cancino también se refirieron al hecho, confirmando que se trató de una interceptación ilegal.
“Una grabación es ilegal cuando no existe consentimiento entre las personas que la sostienen. La excepción a esta regla se da en el momento en el cual una persona cree que está siendo víctima de un delito”, manifestó Granados. Por su parte, Cancino, indicó que para filtrar la conversación debía haber mediado orden judicial, que por lo demás es ilegal.
Una grabación entre dos personas públicas o privadas en un reservado de un hotel solo puede ser realizada por quienes participan en ella, O por orden judicial lo demás es ilegal .
— Iván Cancino (@CancinoAbog) November 20, 2019
Luego de conocerse la filtración, el presidente Duque llamó al embajador Santos, y le exigió presentarse de inmediato en Bogotá para que dé explicaciones de la polémica conversación, que él sostuvo con la designada canciller Claudia Blum.
¿Cuál fue el diálogo?
Claudia Blum (CB): “Porque hay todo tipo de movimientos que yo estoy aterrada de la chismografía y la cosa, que a mí eso me rueda”.
Francisco Santos (FS): “Sí, que le resbale. Usted lo tiene que hacer es hacer bien la tarea”.
CB: “Sí, yo no voy a perder el tiempo en ese tipo de peleas”.
FS: “Me parece buenísimo. Pero venga le cuento entonces cómo están las cosas en Estados Unidos. Le voy a hacer como tres panoramas. Ahoritica viene un venezolano para que hables con Guaidó. De una vez, te lo van a pasar ya”.
CB: “¿Qué?”.
FS: “Sí, para que lo saludes y están en contacto, porque vas a tener que hablar con él permanentemente”.
CB: “Sí, yo sé”.
FS: “Pero bueno, entonces. Quiero hablarte de Estados Unidos, te hablo de Venezuela y te hablo de Europa. Y después de la Cancillería”.
“Estados Unidos: aquí el Departamento de Estado, que era importantísimo, está destruido. No existe. No existe. Trump puso a Tillerson, y Tillerson le salió con un chorro de babas. Hace diez años yo venía acá. Yo venía mucho a Estados Unidos, mucho porque yo era el que manejaba Derechos Humanos… Entonces, yo llegaba al Departamento de Estado y uno sabía cómo funcionaba eso, pero la entrada era siempre al Departamento de Estado. Uno sabía que esto era predecible, que esto iba así. Hoy en día eso se acabó. Es más, te voy a contar una anécdota. Llegué al puro principio y me senté con el embajador de Singapur. Nada más y nada menos. Un país importantísimo para los gringos. Y le pregunté cómo funciona el poder acá. Me dijo: ‘Mire, en la administración pasada’, o sea en la de Obama, ‘yo iba al Departamento de Estado una vez por semana. Aquí llevo ocho meses y no me importa ir, porque no cuenta’. Eso no quiere decir que Pompeo no tenga peso, pero el resto, nada. Esto está dividido por secretario, subsecretario… De ahí pa’ abajo parece una ONG”.
FS: “Yo quiero que te conozcan, y vamos armando una agenda estratégica, porque Carlos (Holmes Trujillo) no hizo nada. No tenía una estrategia”.
Y agrego, “Tengo un problema, no tengo un interlocutor en Defensa, porque Botero (Guillermo Botero, exministro de Defensa) no trabajaba, no venía”.
CB: “Pero, entonces, Venezuela. Pachito, ayúdeme a pensar. La solución no es un golpe militar, porque los militares no lo van a sacar; sacarlo Estados Unidos (…), tampoco va a pasar… ¿Diálogo? Pues el diálogo ese”.
FS: “Colombia tiene que jugársela, porque como está, estamos retrasados con Venezuela. La gente ya no cree, no cree en lo que hizo el Gobierno. Esa ayuda humanitaria fue un fiasco total. Entonces ahí hay que pensar en una estrategia, yo no sé cuál. Hablé con (menciona dos nombres) y me dijeron: ‘Claudia, lo único es el diálogo, pero un diálogo en donde todos quepan”.