La ministra saliente de Trabajo de Colombia, Alicia Arango, que pasará a dirigir la cartera del Interior, puso sobre la mesa el tema de la contratación por horas y la flexibilidad laboral. Para el Gobierno de Iván Duque una reforma laboral permitiría reducir la informalidad, atacar el desempleo e incluir productivamente a los más necesitados en el mercado laboral. Sin embargo, la forma en que Arango presentó la propuesta fue ampliamente criticada.
La ministra manifestó que se buscará sacar adelante una reforma laboral que incluiría la eliminación de barreras de empleo para los jóvenes, impulsar el trabajo a distancia, entre otras medidas. Sin embargo, la propuesta de cambiar la contratación laboral, incluido el pago por horas, generó polémica entre la opinión pública.
En el ejemplo que dio Arango a un medio de comunicación local sostuvo que “A un ingeniero de sistemas, tú no lo necesitas todo el día en tu oficina, sino dos horas”. La propuesta, que no es nueva en el país, cayó muy mal en el gremio de los profesionales de la computación y sistemas de información. Pese al malestar, en Colombia ya existen diversas profesiones que son pagadas por horas, entre las que se destacan médicos, enfermeras, fisioterapeutas, contadores, entre otros.
Tras las declaraciones de Arango, el presidente Duque intentó aclarar la idea presentada por la ministra y afirmó que el objetivo es que las personas que “hoy trabajan por horas, porque el trabajo por horas existe en Colombia, pero lo tienen de manera informal, se puedan insertar formalmente al mercado laboral y puedan también empezar a tener un horizonte de protección para la vejez”.
El esquema de contratación por horas implica una flexibilización salarial que beneficiaría tanto al trabajador como al empleador. Así lo asegura Human Capital: “La flexibilización salarial es el camino más idóneo para optimizar el costo laboral de las empresas e incrementar el poder adquisitivo de la gente”. También cerraría las brechas en la contratación dentro del mercado laboral, asegura la firma.
Por otro lado, los gremios han asegurado que si hay flexibilización para la contratación por horas se deben mantener las prestaciones, pero proporcionales al tiempo de trabajo.
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La discusión se volvió tendencia en redes sociales entre los que están a favor y los que no apoyan la propuesta realizada por Arango. Cabe destacar que los ciudadanos que apoyan la iniciativa reconocen que la ministra no comunicó acertadamente la propuesta.
Por esta razón, la izquierda acusó al Gobierno Duque de “mentiroso” al asegurar que en diciembre pasado se afirmó que no habría reforma laboral ni pensional. “Confirma que sin mano de obra barata, no hay neoliberalismo que valga”, dijo el congresista Jorge Enrique Robledo, del Polo Democrático. Al mismo tiempo, la izquierda colombiana hizo un llamado para continuar con el paro intermitente que inició el pasado 21 de noviembre de 2019.
“La discusión de fondo es sobre productividad”
PanAm Post habló con el economista Henner Solarte sobre las implicaciones de regular el pago de horas laborales anclada al sistema de pensiones.
A su juicio, Colombia está en una situación difícil en materia de empleo formal. La informalidad en Colombia está alrededor del 47 % y se estima que la mitad de los trabajadores tienen un ingreso mensual inferior al salario mínimo.
“Se deben tener en cuenta los costos que tienen las empresas a la hora de contratar. El trabajador percibe como mínimo un salario de 260 dólares (877 803 pesos), pero el empleador en promedio paga mensualmente más de 416 dólares (1 400 000 pesos) por cada empleado cuando se toman en cuenta los aportes, cajas de compensación, cesantías, entre otras. A parte de eso, estimaciones muestran que los costos no salariales llegan a representar más del 50 % de la nómina en algunos casos. Partiendo de lo anterior, tenemos un mercado laboral bastante rígido, que condena a la informalidad o al desempleo a cualquier persona no cualificada cuya productividad a los ojos del empleador no vale la pena contratar bajo los costos impuestos por la ley”.
Solarte añadió que bajo este escenario viene la discusión sobre el tema de flexibilidad laboral y el tema de trabajo por horas: “Esta puede ser una buena medida, pero su implementación debe ser responsable en cuanto a los aportes de seguridad que asumen tanto el empleado como el empleador y que sea una medida que no le quite bienestar a aquellas personas que actualmente se encuentra formalmente ocupadas”.
Entre la duda que queda de cómo operaría la medida en trabajos como los de plataformas de servicios como Rappi dijo que la medida beneficiaría a la persona dependiendo sus necesidades o preferencia. “Desde los que se dedican tiempo completo porque no tienen otra forma de trabajo hasta el universitario que solo labora en esas aplicaciones los fines de semana. Entonces formalizar las horas de trabajo puede ser una medida que beneficie a algunos y a otros no. Porque también entra el tema de prestaciones sociales, ¿Quién debe pagarlas? Como también el tema de cuánto sería el ingreso por hora, y como eso existiría con un servicio donde el ingreso depende del número de pedidos o viajes que hagas”.
Y aclaró que de estos temas de flexibilidad surgen muchas preguntas, “Es importante que el Gobierno, debido a que es el que pone este tema sobre la mesa, fuera más claro y mostrara una propuesta formal de cómo funcionaría un esquema salarial por horas”. Finalmente, el especialista fue claro en señalar que la discusión de fondo es sobre productividad:
Mientras más produzcamos, más ricos seremos. Esa es la forma de construir buenos salarios. Sin embargo, existen medidas que limitan la creación de empresa, el acceso a tecnologías y otros factores que hacen un entorno no agradable para la industria y el emprendimiento, como las normas salariales que afectan a los trabajadores no cualificados.