EnglishPara más de 400 librepensadores reunidos en Austin, Texas, el fin de semana, tener una simple utopía no fue suficiente. Con el lema de “maximizar el potencial humano”, participantes del tercer festival anual Voice and Exit exploraron las fronteras del emprendedurismo y la innovación hacia la utopía de las utopías —desde organizaciones sin jefes (holacracy) y ciudades flotantes hasta libros de “capitalismo consciente” y de filosofía en acción.
Aunque hubo mucha diversidad en la audiencia y contenido, el distintivo nombre del evento mostró la unificación o “algoritmo humano” que promovía el cofundador Max Borders: “Voice” (Voz) se refiere a la persuasión y a la asociación pacífica; y “exit” (salida) se refiere a crear un propio sistema alternativo para escapar del statu quo. Borders defiende el “criticismo durante la creación” y la “no coerción para hacer cambio social”.
Los organizadores dividieron el evento de dos días en uno de tres fases: semillas, brotes y cosechas — yendo desde pequeños discursos de ideas provocadoras hacia pequeños grupos de discusión y finalmente a los planes de acción del día domingo. El festival, que además incluyó charlas sobre salud y psicología, también destacó varias actuaciones artísticas y pintores trabajando en vivo.
Dylan Evans fue uno de los ponentes destacados, un autor británico que hoy reside en Guatemala. Él explicó el respeto al individualismo y la creatividad en el hecho de que no haya “una talla única para todos”.
“Una utopía es realmente… un espacio que da lugar a diferentes personas para vivir sus propias vidas y alistar sus propios experimentos. Algunos van a fallar; algunos van a atraer a más personas”, pero “ese gran marco de libertad para innovar” es lo que estaba promoviendo Evans.
El público juvenil escuchó a John Macker, fundador y director ejecutivo de Whole Foods Market, promover las empresas orientadas a la misión. Él trató de romper la distinción entre organizaciones con fines de lucro y sin fines de lucro, y luego intentó remover la mala imagen que tienen las primeras.
Él dijo que los negocios “son fundamentalmente buenos, porque son los mayores creadores de valor en el mundo (…) las organizaciones que lucran crean mucho más valor que todas las gubernamentales y las que no lucran en conjunto”. Agregó también que los negocios son éticos “porque se basan en el intercambio voluntario”.
Uno de los términos recurrentes fue el de creación destructiva. El profesor y empresario Isaac Morehouse, de la empresa Praxis, por ejemplo, explico como él proveía una educación superior acelerada y dirigida a los que no estaban dispuestos a pasar por los convencionales 4 años para obtener un título. Se hizo también eco de los sentimientos de su compañero, Ryan Holiday, quien dejó la universidad para comprometerse con un público más amplio.
La página web del evento explícitamente descartó a la política como algo obsoleto —la era de la coerción quedó atrás”—, pero eso no quiere decir que las políticas fueran irrelevantes para los participantes. Muchos de los expositores señalaron la tensión que existe entre el afán de innovar y el tiempo que retardan este afán las leyes y el Gobierno. Jeffrey Tucker, de Liberty.me, opinó que muchas personas sufrirán la ira del proteccionismo; y compartió su tristeza por la sentencia de cárcel de por vida impuesta al fundador de la plataforma online de mercado negro Silk Road.
Otros ofrecieron oportunidades potenciales de arbitraje y formas de esquivar algunas leyes. Michael Strong explicó cómo funcionan las ZEDEs, Zonas Especiales de Desarrollo en Honduras, mientras Randolph Hencken y Joe Quirk revisaron los prospectos y desafíos asociados a las comunidades en los océanos. A pesar de muchos los contratiempos existentes, ellos siempre mantuvieron la esperanza de encontrar una nación amigable que permita realizar este tipo de proyectos en sus aguas.
En la misma línea, Alex Tabarrok, un profesor de Economía de la Universidad George Mason, habló de los problemas morales de las restricciones fronterizas; dijo que para él, son un grave obstáculo para el progreso humano y además una forma de discriminación. Tabarrok cree que “el panorama general va hacia la dirección correcta. Si echamos un vistazo a la Unión Europea, ha sido un logro increíble para la Humanidad, ahora la gente es libre de moverse entre esos países”.
Sara Robertson fue una participante local que voluntariamente se ofrecio a cuidar uno de los stands a cambio de una entrada al festival. Ella vino “solo a aprender nuevas ideas y formas de pensar”, se describió como una “no escolástica y opositora a la educación tradicional”. Resultó ser “un poco más nerd… realmente una librepensadora”, a pesar de que disfrutó la parte de biopiratería.
Max Borders dijo que las expectativas de los participantes fueron excedidas y que media docena de participantes desean realizar estos eventos en sus ciudades. A pesar de estar emocionado, “siempre surge la pregunta de estar creciendo muy rápido, o de ser muy grande para tus pantalones” dijo, “pero ciertamente nos gustaría repetirlo”
Nota del editor: Vendrán muchas entrevistas profundas sobre este evento: permanezca atento a los contenidos del PanAm Post.