EnglishLas principales casas de inversión de Estados Unidos y muchos pequeños inversionistas pueden perder miles de millones de dólares gracias a lo que parece ser un inminente incumplimiento de pago por parte de Puerto Rico. En una entrevista para Business Week, Richard Larkin, director de crédito de Herbert J. Sims & Co., dice que él ha “perdido toda confianza en el liderazgo colectivo de Puerto Rico”.
Él no está solo. Los corredores de inversiones y sus compañías alrededor de Estados Unidos se preparan para una lucha difícil contra la nueva ley de reestructuración, la cual fue aprobada en junio. Esta les permite a las empresas públicas de la isla reestructurar sus deudas (una manera bonita de decir impago) o declarase en bancarrota.
Solamente la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico (AEE) debe más de US$8 mil millones y se espera que haga un pago de US$200 millones el 30 de junio. El que AEE haga ese pago o no, va a dar una buena indicación de a dónde y qué tan rápido van las cosas. A pesar de que ya tenía una calificación de riesgo por debajo del nivel de los bonos basura, Fitch redujo recientemente la calificación de la Autoridad de Agua y Alcantarillados a CC negativo.
Mientras el gobierno de la isla continúa prometiendo hacerle honor a sus obligaciones (unos $73 mil millones en deuda) y ya ha tomado algunas acciones para hacerlo, sigue enfrentando una economía en desaceleración, una disminución de la población activa, y una fuerte oposición de los sindicatos a sus medidas de austeridad. El gobierno de la isla aun tiene pendiente la tarea de abordar los problemas fundamentales que han causado esta deuda, entre los cuales está una fuerza laboral del gobierno estatal que representa aproximadamente el 30% del total de empleados de la isla.
A pesar de que hace dos años el gobernador prometió la creación de 50,000 empleos, hoy en día hay 58,000 empleos menos en la isla que el pasado año. El gobernador hasta tuvo que admitir esto la semana pasada.
¿Que es lo que está mal aquí?
La irresponsabilidad de los políticos de la mancomunidad ha destruido la economía de la isla. La estructura misma del gobierno de la isla es un factor fundamental del problema, y debe modificarse. En lugar de invertir más dinero en un sistema fallido, llegó la hora de que los líderes empresariales e inversionistas empiecen a invertir en su propio futuro. Con esto quiero decir que es el momento de empezar a invertir millones de dólares en el cambio del estado político de la isla para salvaguardar sus propias inversiones.
Gestores de fondos: Si ustedes pueden perder $100 millones o más en la deuda de Puerto Rico, ¿por qué no invertir varios millones en el patrocinio de movimientos políticos, cuyos objetivos están en sintonía con los suyos? Actualmente hay dos: (1) El movimiento pro-estatalidad del Partido Nuevo Progresista, que necesita ayuda para implementar los resultados exitosos del último plebiscito, y (2) el mío, que pretende crear crear un Puerto Rico independiente capitalista de mercado libre e independiente. La estatalidad tiene sus beneficios — los fondos federales adicionales es uno de ellos — pero mi sistema, mientras que al principio es riesgoso, ofrece beneficios a largo plazo que superaría con creces los de la la estatalidad.
Si ustedes continúan negociando con la estructura actual del gobierno de Puerto Rico, van a continuar obteniendo los mismos resultados, y van a perder miles de millones. Yo perdí la fe en el gobierno de Puerto Rico hace mucho tiempo, y ahora sé que solo un cambio real y fundamental del estatus de la isla y del sistema constitucional va a resolver los problemas económicos del pueblo de Puerto Rico y los problemas financieros de aquellos que han invertido en la isla.
Es tiempo de actuar. Pongan su dinero donde están sus intereses, o véanlo deslizarse por el desagüe.