La reciente ola de protestas desatadas en Venezuela son la expresión de una juventud que ha decidido tomar el control de un presente minado por atavismos e injusticias para poder construir un futuro de paz y oportunidades para todos.
En esta juventud conviven varias generaciones que tienen como denominador común haber vivido la mayor parte de su vida bajo la tiranía y opresión del llamado “Socialismo del Siglo XXI”.
Los jóvenes venezolanos salen a la calle porque temen que la vida y todos sus sueños queden aplastados por políticas que suprimen la individualidad y la prosperidad. Estos jóvenes están hartos de vivir en carne propia el resultado de la injusticia e impunidad que no perdona ni distingue entre credos, opiniones y colores pero que socava permanentemente la confianza y las vidas de cientos de miles de personas en esta sociedad.
Sus instrumentos de cambio son las ideas, el coraje y la férrea voluntad para superar la tiranía a través de la lucha no violenta. En su espíritu llevan la fuerza de la razón y en sus manos la antorcha de la libertad; una antorcha que colocan bien en alto para señalar la salida en una de las noches más oscuras de nuestra historia.
A escasos días de protesta las bajas han sido numerosas y muy dolorosas. Tan solo en el primer día fueron asesinados dos grandes luchadores de la libertad. Ambos cayeron a manos de quienes están dispuestos a tratar de esclavizar y arrodillar toda una nación a cualquier costo.
Pero estas pérdidas, lejos de traducirse en desmovilización se han convertido en combustible para cientos y miles de jóvenes a lo largo y ancho del país que han intensificado su afán de cambio.
El futuro es un “por hacer” y a estas horas no se vislumbra el resultado final de esta contienda. Sin embargo, aquellos quienes tienen la libertad como propósito de vida superior, jamás cederán ante el mal y darán la batalla hasta alcanzar ese país donde todos estemos incluidos y seamos iguales ante la ley; ese país de oportunidades y seguridad con el que todos soñamos.
Escrito en honor a Robert Redman, Bassil Da Costa Frías y todos aquellos que salen a la calle día a día a construir un mejor futuro.
“Tu ne cede malis sed audentiot ito” – Eneida de Virgilio, Libro VI