La semana pasada trataba el comienzo de la vida humana. Consenso científico es que se inicia en la fecundación. Esta semana finalizo con lo que en justicia correspondería a Derecho y legislación. Todo consenso científico tiene objetores calificados. La verdad científica es contingente. Al Derecho la posibilidad razonable –no el consenso– del que la vida inicie en la fecundación exigiría prudentemente aceptarlo.
¿Prevale la vida siempre sobre otros derechos en conflicto? No siempre. El derecho a la vida de unos puede entrar en conflicto con el mismo o diferentes derechos de otros. Y se pone legalmente fin a vidas –incluso inocentes– en irremediable conflicto con derechos de otros. En diversas partes del planeta la vida del no nato vale hoy menos que la comodidad y estilo de vida de sus accidentales padres. Será así pronto en la mayor parte.
Matar infantes por comodidad o conveniencia no es novedoso. En el siglo I el aborto no era ilegal en Roma. Era infrecuente por peligroso para vida –y fecundidad– de la madre. A efectos del aborto a discreción y legal, tenían legal abandono a discreción del recién nacido “expósito”. Cito de carta de ciudadano romano a su esposa, el año 1 a. C. el casual tratamiento del infanticidio:
“sigo en Alejandría. (…) Te pido y ruego que te hagas buen cargo de nuestro hijo bebé, y tan pronto como reciba el pago te lo enviaré. Si das a luz, y es varón, mantenlo; si es una niña, deséchala”.
Tan casual como el la contemporánea Sally sobre su aborto en la, primero muy publicitada y luego abandonada, imnotsorry.net:
“Mi marido está intentando asistir a una escuela de arte; mi carrera es exigente y estresante. Intentábamos saldar deudas, incluyendo mis créditos estudiantiles. Nos reunimos con un consejero en la clínica que afirmó: Tienen que ver al día de hoy y valorar si trastorna su estilo de vida hoy. No pueden pensar en lo que podría ser”.
Para matar impunemente hoy vasta el menor conflicto entre el derecho a la vida del no nacido y el estilo de vida de sus accidentales progenitores. Antes decidía el pater familia. Hoy la madre. La crianza es exigente y agotadora. Más para una madre sola. Peor mientras más pobre. Se evita en cualquier caso abortando. Y negar vida y humanidad al no nacido tranquiliza a quienes no desean admitir el conflicto entre el derecho a la vida de un inocente y derechos o intereses de sus accidentales progenitores.
En guerra puede ser legal matar colateralmente civiles inocentes indefensos. Circunstancialmente puede ser delito de guerra. Con el aborto no hay “daño colateral”. Derecho a la vida inocente de una parte. De otra; desde vida y dignidad, hasta comodidad y estilo de vida.
Mi amigo el ingeniero Dakar Parada dice: “de haber sido legal el aborto yo no habría nacido” porque “Al morir mi abuelo mi abuela ‘madre soltera’ vino a Caracas a vivir en un rancho en Los Frailes de Catia con hijos de 19, 16, 14 y 10 años. Y la de 14 salió embarazada”.
Afirman abortistas que siendo su madre adolescente, soltera y pobre no debió él nacer para empeorar la miseria familiar. Que viviría de trasferencias político-clientelares. O sería delincuente. Pero es Ingeniero de Sistemas, Máster en Ingeniería de Software. Máster en Economía Política. Vive y trabaja en Europa. Nadie estaría mejor si lo hubieran matado antes de nacer. Es el rostro del no nacido que los abortistas niegan para una mal disimulada eugenesia. Pena de muerte preventiva al no nacido por lo que algunos quieran creer que otros serán.
El conflicto no siempre es entre vida y comodidad. Puede ser entre vida y vida. O entre derechos fundamentales irreconciliables. Veamos tres posibilidades generales:
- La vida de madre e hijo entran en conflicto biológico. Se ha de decidir entre una y otra o se perderán ambas. ¿Quién decide? Si está en capacidad de expresarlo la madre. Si no el padre. O sin una u otro, el médico por la vida que estime más probable salvar.
- La madre rechaza su responsabilidad parental. Para ambos progenitores debe ser legalmente forzosa. Desgraciadamente será materialmente más difícil exigirla al padre. A más comprometida situación de la futura madre es más dura exigencia. En condiciones limites –de ser posible– sería responsable cederla voluntariamente. La adopción –o crianza por organizaciones– es posible. Pero no siempre está disponible. Prohibir un asesinato legal que libraría a alguien del peso que considera insoportable, a veces resultará en que ocurra ilegalmente.
- La fecundación puede resultar de una violación. A esa madre sería injusto exigirle responsabilidad parental forzosa. Sufrir como víctima tan monstruoso crimen no implica disponer de la vida de otra víctima inocente mientras depende biológicamente de su involuntaria madre. Sino que tras el nacimiento no se forzosa la responsabilidad parental. Debería ser muy agravante al crimen del violador ocasionar el embarazo. Violación probada en y no contra Derecho justificaría incautarle costo de manutención y educación sin derecho o privilegio parental conexo.
Los casos de aborto como única forma de salvar otra vida son raros. Limitados aquellos en que la responsabilidad parental sería legítimamente opcional. Y existen niñas violadas, obligadas a abortar forzosamente por sus violadores Disfrutar como derechos vida y propiedad implica que entre todos deberemos –forzosamente– asumir el coste de imponerlos, nos guste o no.
Incentivar su protección y desincentivar su violación incluye, y no se limita a, negar subsidio clientelar a irresponsabilidad. Imponer legalmente un error moral hará menos difícil la vida de algunas mujeres. Ya establecida su legitimidad, no se limitará siempre a no nacidos el asesinato legal de inocentes por comodidad. Leyes y políticas públicas son incentivos económicos de conductas. Que incentiven y desincentiven –a corto y largo plazo– importa porque tarde o temprano veremos todas las consecuencias.