Cada día que pasa el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se queda sin excusas para justificar su negligente gestión que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, ha causado la muerte de aproximadamente 48 000 personas (un número sustancialmente mayor al dado por el Gobierno, que no cuenta los casos sospechosos de coronavirus – COVID-19). Así, día tras día, conocemos nuevos informes de la Guardia Civil y de peritos encargados por la juez instructora de la causa del 8-M que nos permite afirmar que el Gobierno conocía a la perfección la peligrosidad del virus y que ha desoído todo tipo de recomendaciones y advertencias poniendo en riesgo la vida de miles de personas.
Hugo Pereira nos pone de manifiesto las vergonzosas pero significativas palabras de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, quien aseguró que se ocultó información a la opinión pública sobre el coronavirus porque eran “datos confidenciales”. Estas palabras, recogidas en un informe de la Guardia Civil, se las espetó Simón a los representantes de la familia evangélica, días previos a la manifestación del 8-M, tras obligarles a cancelar el congreso evangélico que tenían organizado en España.
Asimismo, en los últimos días se ha conocido que el forense de la causa del 8-M (encargado por la juez instructora Carmen Rodríguez-Medel) ha concluido en su informe que José Manuel Franco, delegado del Gobierno de España en Madrid, “ya conocía el 28 de febrero la situación de epidemia y eran conscientes del peligro que entrañaba para sus ciudadanos”. Pereira nos comenta también otra información relevante que se recoge en este demoledor informe.
Como colofón, en cuanto a los datos económicos, es de destacar que las medidas implantadas por Sánchez e iglesias no han dado ningún resultado. La medida estrella del Gobierno, el “prohibir despedir”, no ha hecho más que potenciar precisamente el despido: España es el país que más empleo destruye en la Unión Europea.