EnglishMientras la candidata a la Presidencia de Chile por la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, se prepara para la segunda vuelta electoral, su equipo comenzó a trabajar en la anunciada propuesta de proveer acceso universal a la educación universitaria sin ningún costo para los estudiantes.
La propuesta, delineada por un equipo especial de cinco especialistas, no solo requiere un incremento del gasto público, también deja entrever que en el largo plazo, podrían llegar a eliminarse las universidades pagas, que actualmente juegan un importante rol en el sistema educativo chileno. El equipo propone nuevos impuestos a “profesionales” para cubrir los costos de proveer educación universitaria gratuita.
Los niños en Chile pueden acceder a la educación pública en el nivel secundario, pagando costos administrativos mínimos. El gasto público en educación se sitúa en torno al 4,1% del producto económico, entre los más bajos de las naciones desarrolladas, pero que podría reflejar un sector privado fuerte que requiere menos del gasto público. Por ejemplo, el gasto público en Hong Kong en materia de educación equivale al 4,4% del PBI, y Singapur, una nación igualmente próspera, gasta 3,3%. Los vecinos de Chile, los gobiernos de Perú, Bolivia y Argentina, gastan 3%, 7,6% y 5,8%, respectivamente.
El equipo de Bachelet está compuesto por cinco académicos liderados por Valentina Quiroga, fundadora de Educación 2020, una organización no gubernamental chilena que busca mejorar la educación primaria y secundaria en el país. Quiroga declaró que el objetivo del grupo es “avanzar en la posibilidad de un país donde la educación es la fuente de igualdad”.
Esta propuesta de política en particular se deriva de una serie de recientes protestas estudiantiles que llegó a su punto culmine en 2011, bajo la administración del actual Presidente Sebastián Piñera. En el centro de las protestas, estaba la demanda de un mejor sistema educativo y acceso a la universidad “gratuita”.
Una de las más famosas líderes de las protestas, Camila Vallejo, era presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) en ese momento. En 2012, fue candidata del Partido Comunista de Chile y, más tarde, parte de la coalición que propuso a Bachelet para la presidencia, Nueva Mayoría. Vallejos ganó las elecciones para representar el distrito de La Florida el pasado 17 de noviembte.
Parte de las reformas del gobierno en el sistema universitario de Chile incluiría la propuesta del equipo de Bachelet de aumentar el impuesto a las ganancias para cubrir los costos de la expansión del gobierno. Mientras que dicho equipo no ha aclarado una estimación de los costos del proyecto, algunos estiman que el plan costaría US$ 3,5 mil millones por año. Su administración planea $9 mil millones en ingresos fiscales adicionales a través de la eliminación de las exenciones impositivas y los beneficios fiscales a las pequeñas y medianas empresas, junto con los impuestos a las empresas y personas adicionales.
Chile posee aproximadamente 60 universidades públicas y privadas, y no está muy claro cómo se compensará a las universidades para cubrir el costo de proveer educación gratuita. Adicionalmente, el equipo de Bachelet tampoco aclaró qué pasará con las 35 universidades privadas del país si la educación paga finalmente es completamente eliminada.
“La directiva [de Michelle] fue muy clara y todos estamos de acuerdo con ella. Ella propuso avanzar hacia el fin de la educación paga, pero el mecanismo no se delineó de forma definitiva” dijo Quiroga.
Los opositores a este proyecto – sobre todo, la candidata de derecha, Evelyn Matthei – discuten las tácticas para llevarlo a cabo, más que el objetivo final — más acceso y mayor calidad. De acuerdo con Rafael Rincón–Urdaneta Zerpa, Investigador de la Fundación para el Progreso de Chile y Profesor en la Universidad Adolfo Ibáñez, “el punto crítico es la gratuidad. La derecha dice que la gratuidad podría ser inconveniente para el gasto público. Incluso, dentro de la propia Concertación, hace algún tiempo algunas voces no estaban de acuerdo con la gratuidad universal”. Según Rincón, la derecha, en vez de este cambio, propone ayudas focalizadas para personas que no tienen los recursos económicos necesarios, pues la gratuidad favorecería también a las familias de mayores ingresos.
Sin embargo, Chile parecería no tener problemas de acceso a la educación universitaria, a pesar de los altos costos que posee estudiar en el nivel superior en relación al resto de América Latina. “Siete de cada diez chilenos [estudiantes universitarios] son primera generación en la universidad” argumenta Rincón, en relación a la inclusión de familias sin figuras profesionales. La educación universitaria ya es posible para todas las clases con el sistema vigente.
Traducido por Sofía Ramirez Fionda.