En 2015, una alianza de grupos de cubanos opuestos al régimen de Castro lanzó una campaña por los derechos y libertades identificada por marchas pacíficas conocidas como #TodosMarchamos. Cada domingo, cientos de cubanos marchan pacíficamente demandando amnistía para los prisioneros políticos del régimen, y son siempre brutalmente reprimidos por fuerzas de seguridad del general Castro.
Los manifestantes cubanos están “motivados por la dignidad y por el desprecio a la desesperanza”, como el Dr. Martin Luther King Jr. describió las marchas desde Selma.
Los manifestantes cubanos están “motivados por la dignidad y por el desprecio a la desesperanza”, como el Dr. Martin Luther King Jr. describió las marchas desde Selma a Montgomery (Alabama) en 1965 protestando por la injusticia racial en el sur de Estados Unidos. Hasta entonces, las legislaturas de los estados del sur mantenían una serie de prácticas discriminatorias que privaban de derechos a los afroamericanos, de manera similar a como los cubanos son privados de sus derechos por el régimen totalitario de los Castro en Cuba.
En marzo 7 de 1965, en lo que sería conocido como “Domingo Sangriento”, tropas estatales y pandillas a su servicio atacaron brutalmente en Selma, con porras, azotes y gases lacrimógenos, a manifestantes pacíficos. El Gobernador de Alabama, George Wallace, había ordenado a sus subalternos “utilizar todas las medidas necesarias para impedir la marcha”. Ese día 17 manifestantes fueron hospitalizados y muchos otros tratados por lesiones menos graves.
Una de las organizadoras de la marcha, Amelia Boynton, fue cruelmente golpeada, y su foto yaciendo inconciente en el piso apareció en primera plana en periódicos alrededor del mundo. La cobertura televisada mundial de la violenta represión contra los manifestantes, y el resultante escándalo nacional, obligaron al presidente Lyndon Johnson a solicitar la adopción de leyes de derecho al voto para habilitar a los afroamericanos a registrarse y votar sin acoso.
Este mes, 51 años después de las marchas de Selma, el primer presidente afroamericano de Estados Unidos visitará Cuba, donde cubanos privados de sus derechos estarán marchando reclamando esos derechos y libertades. Sus marchas están inspiradas por las enseñanzas del Dr. King de que “la libertad nunca la da voluntariamente el opresor; tiene que demandarla el oprimido”.
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Tras la iniciativa del presidente Obama de diciembre 17 del 2014 para una reconciliación con el Gobierno cubano, la represión se ha incrementado notablemente en Cuba, con 1.141 arrestos políticos reportados solamente en febrero de este año. Y revelando la misma intolerancia que los piquetes blancos mostraban en la Alabama de los años 60, el Gobierno cubano ha declarado repetidamente que no cambiará la forma de reprimir.
El Gobierno de Castro hará todo lo que pueda sin que lo capten las cámaras para evitar que los grupos de #TodosMarchamos desarrollen sus marchas pacíficas. Arrestará preventivamente a líderes de grupos, los intimidará, restringirá sus movimientos, y más. Las fuerzas represivas del general Castro serán más inteligentes para mantener los abusos lejos de las cámaras que los funcionarios condales en la Alabama de los 60; pero existirá represión.
Oremos para que Berta y los cubanos de #TodosMarchamos no sean molidos a palos.
Muchos de los manifestantes cubanos serán afrocubanos, entre ellos la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, quien, como Amelia Boynton en Selma, estará marchando por sus derechos como ciudadana. Oremos para que Berta y los cubanos de #TodosMarchamos no sean molidos a palos como lo fueron Amelia y los manifestantes en Selma.
Sería abominable si un presidente afroamericano de EE.UU. escogiera mirar hacia otro lado mientras la versión cubana de las marchas de Selma por los derechos civiles tuviera lugar durante su visita a esa trágica isla.
Señor Presidente: mientras visite Cuba recuerde las advertencias del Dr. King: “quien acepta pasivamente el mal está tan involucrado en él como quien ayuda a perpetrarlo. Quien acepta el mal sin protestar está realmente cooperando con él”. “Al final, no recordaremos las palabras de nuestros enemigos, sino el silencio de nuestros amigos”.
Señor presidente: mientras visite Cuba, recuerde Selma.