La historia parece repetirse. Alexéi Navalni, líder opositor ruso se encuentra grave con signos de presunto envenenamiento. La sustancia tóxica habría sido mezclada con té, anunció su portavoz, Kira Yarmysh, según reseña Efe. Este método no es nuevo en Rusia. Coincide con la forma como fue asesinado el exespía Alexander Litvinenko y otras denuncias de opositores.
El opositor ruso se sintió mal durante un viaje en avión, el cual tuvo que aterrizar de emergencia en la ciudad rusa de Omsk, donde fue trasladado en ambulancia en estado inconsciente a una unidad de cuidados intensivos. A Navalni se le considera el mayor enemigo político del presidente Vladímir Putin.
«Suponemos que Alexéi fue envenenado con algo mezclado con el té. Era lo único que bebía por la mañana. Los médicos dice que la toxina se absorbió más rápido a través del líquido caliente», señaló su portavoz en su cuenta en Twitter.
El Departamento de Sanidad de Omsk confirmó la hospitalización de Navalni en una unidad de cuidados intensivos, donde se encuentra conectado a un respirador.
Nikolái Kalinichenko, subdirector del Hospital de Urgencias N° 1 de Omsk, citado por la agencia Interfax, dijo que no hay seguridad de que el estado de Navalni haya sido provocado por un envenenamiento, pero «desde luego, se examina como una de las posibles causas».
Antecedentes de envenenamientos
El envenenamiento es una práctica con antecedentes en la historia rusa. El caso más conocido es el del exespía ruso Litvinenko, quien fue envenenado en 2006 con polonio 210 mezclado con un té que ingirió en un hotel en Londres.
El juez británico a cargo de la investigación, Sir Robert Owen, dijo en ese entonces que había indicios que permitían atribuirle el asesinato a los servicios de inteligencia rusos. Pero fue incluso más allá y señaló que se trató de una operación «probablemente aprobada por el presidente Putin».
Son varios los opositores al Kremlin que en el pasado han denunciado envenenamiento. En 2015 y en 2017, el activista Vladímir Kará-Murzá fue hospitalizado con síntomas de envenenamiento. En 2018, Pyotr Verzilov, miembro del grupo activista Pussy Riot, acabó en una unidad de cuidados intensivos con los mismos síntomas.
El 4 de marzo de 2018 ocurrió un caso muy similar. El exespía ruso Serguéi Skripal fue hospitalizado en Londres con síntomas de envenenamiento. Las evidencias apuntaban al Gobierno de Moscú. En respuesta, el Reino Unido expulsó a 23 diplomáticos rusos. Estados Unidos se sumó a la medida con la expulsión de 60 funcionarios del régimen Putin.
Segunda vez
Esta no sería la primera vez que Alexéi Navalni es víctima de esta práctica. Hace un año, cuando se encontraba encarcelado, fue trasladado a un hospital por presunto envenenamiento. En ese entonces sufrió una extraña hinchazón en los párpados y múltiples abscesos en el cuello, espalda, torso y codos. Los médicos dijeron que se trataba de una reacción alérgica. Su equipo insistía en la hipótesis de envenenamiento.
Navalni es la cara más visible de la oposición al presidente ruso Vladímir Putin. Él ha encabezado numerosas protestas en su contra. También ha destapado escándalos de corrupción en el Kremlin. La semana pasado, el dictador bielorruso, Aleksandr Lukashenko, lo acusó de organizar las protestas multitudinarias contra su cuestionada reelección.