Cuando el 14 de septiembre el régimen de Nicolás Maduro firmó la renovación del Memorando de Entendimiento con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para aumentar la cooperación en materia humanitaria no se imaginó que esta, dos días después, publicaría un lapidario informe que desataría una nueva ola de presión internacional contra la dictadura chavista.
La posición tímida e incoherente que había mantenido la ONU frente a la dictadura venezolana, finalmente dio paso a una denuncia bien documentada sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por el propio Maduro y su gabinete.
El repudio internacional y la exigencia de acciones contundentes contra la dictadura no se hicieron esperar. La Organización de Estados Americanos (OEA) y los Gobiernos de Brasil y Estados Unidos, así como el partido oficialista de Alemania, fueron los primeros en reaccionar.
OEA fustiga al régimen y a sus colaboracionistas
Luis Almagro, secretario general de la OEA, celebró la publicación del informe de la ONU, no sin antes cuestionar la demora del organismo para determinar estas responsabilidades y la incongruencia que supone admitir a un régimen artífice de crímenes de lesa humanidad dentro del Consejo de Derechos Humanos.
El máximo representante de la OEA reiteró su llamado a condenar a la dictadura y fustigó también a los supuestos opositores que están colaborando con el fraude electoral convocado por el régimen para el 6 de diciembre.
Almagro sentenció que es «absurdo» pensar que criminales de lesa humanidad puedan organizar elecciones libres. De igual manera, señaló que quienes colaboran con la dictadura hacen parte de ella y no de la oposición. Esto a propósito de la decisión del excandidato presidencial, Henrique Capriles, de participar en las elecciones convocadas por la tiranía.
Informe hace ruido en Brasil y Alemania
Desde Brasil también se alzó la voz para ratificar el repudio a la dictadura venezolana a partir del informe de la ONU. En un comunicado de la Cancillería brasilera, el Gobierno de Jair Bolsonaro expresó su confianza en que este informe logre movilizar a toda la comunidad internacional para trabajar por la «extinción» del régimen de Maduro para lograr la liberación de Venezuela.
La contundencia del informe hizo visible nuevamente la crisis venezolana en Alemania. El Partido Unión Demócrata Cristiana, en el que milita la canciller Angela Merkel, a raíz del informe pidió la renuncia de Maduro y que el Ejecutivo ceda el poder en su totalidad al presidente interino, Juan Guaidó.
EE. UU. espera mayor impacto
El Gobierno estadounidense, que lidera la presión internacional contra Maduro, vio en este informe una oportunidad para que haya un «impacto» entre los gobiernos que estén pensando en su política hacia la dictadura venezolana.
Según Elliott Abrams, enviado especial de EE. UU. para Venezuela e Irán, no es habitual ver un «informe tan duro» por parte de la ONU, razón por la cual lo calificó de «extraordinario».
En el informe presentado por una misión internacional encargada de investigar la situación de los derechos humanos en Venezuela, se determinó que las violaciones y crímenes cometidos por los organismos de seguridad no correspondían a hechos aislados.
La investigación arrojó que todas las irregularidades documentadas formaban parte de una política de Estado, tanto a nivel presidencial como ministerial. El documento menciona a cada uno de los organismos de seguridad involucrados en ejecuciones extrajudiciales y señala directamente a Maduro y sus ministros del Interior y de Defensa de ser responsables de estos crímenes.