“Francamente, dudo de la capacidad de los militares venezolanos de montar algún tipo de amenaza contra Colombia”, dijo el embajador de EEUU en Colombia, Kevin Whitaker, a la periodista María Isabel Rueda, en una entrevista publicada esta semana en El Tiempo de Bogotá, ante una eventual embestida militar de Venezuela.
Para Whitaker Colombia “tiene unas Fuerzas Armadas muy capaces, muy experimentadas y muy listas”. Pero además explicó que recientemente se entrevistaron el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, y el presidente colombiano Iván Duque. “Ellos discutieron el tema. Lo que voy a decir como producto de esa reunión es que Colombia puede contar con nosotros”, dijo el diplomático, quien representa a Washington en Bogotá desde abril de 2014.
El embajador también descartó que se esté gestando un golpe militar en Venezuela, como sugirió la semana pasada un articulo de The New York Times. Dijo que están buscando una transición hacia la democracia en Venezuela. “Es difícil pero necesaria. Bueno, en un país normal, y Venezuela ya no lo es, se puede hablar de poner a funcionar las instituciones democráticas, pero las instituciones han sido cooptadas por la dictadura de Maduro”, destacó.
“Lo que se está buscando, y en alianza con otros países de la región, incluyendo a Colombia, es insistir una y otra vez en eso. Y vemos en el gobierno del presidente Duque un gran aliado. Su posición ha sido muy clara”, dijo.
Para lo que Colombia debe prepararse, según el embajador de EE. UU., es “respondiendo a la crisis humanitaria por la presencia de todos estos venezolanos”.
Whitaker informó que el director de Usaid en Bogotá firmó otro memorando con las autoridades colombianas, y que los fondos ya alcanzan unos USD $60 millones para ayudar a las comunidades venezolanas en ese país. Además, EE. UU. está colaborando con un censo, educación, salud y comida, y adicionalmente enviaran “pronto” a Colombia el barco hospital Comfort, que también atenderá a colombianos.
Limitar extradición afecta intereses de EEUU
Ante una sentencia de la Corte Constitucional sobre la Justicia Especial Para la Paz (JEP) que prácticamente desactiva el instrumento de la extradición, Whitaker dijo que esa es “una de las herramientas más poderosas que hemos tenido en la lucha en contra del crimen transnacional durante el curso de tres décadas”.
Explicó que, durante todo el proceso de la negociación en La Habana, “era muy claro” que crímenes, delitos cometidos antes de la firma del acuerdo de paz serían amnistiados o irían a la justicia transicional, mientras que los cometidos después de la firma irán a la justicia ordinaria, incluyendo la posibilidad de extradición.
“Cualquier esfuerzo, por cualquier actor o institución para limitar la extradición, afecta los intereses de EE. UU. Afecta también los intereses de Colombia”, dijo refiriéndose a los intereses de las víctimas, de la justicia y también los intereses de los que anhelan la paz.