Con una demanda que no puede comprar y una oferta que acumula inventario, o bien, quebrando, el mundo se enfrenta a uno de los mayores periodos de incertidumbre económica en la historia. Como consecuencia todos los mercados financieros han sido golpeados, Colombia no es la excepción.
Lo que ocurre en el sector financiero es un reflejo de lo que sucede en el sector real. ¿Qué nos está diciendo la Bolsa? ¿Qué miedos tienen los inversionistas que se puedan materializar en el sector real? En el PanAm Post conversamos con el decano de la Facultad de Finanzas y Economía de la Universidad EAFIT, el doctor César E. Tamayo, para que nos ilustre un poco sobre el panorama de los mercados en tiempos del CODVID-19:
¿Cómo han reaccionado los mercados financieros en Colombia ante la implementación de la cuarentena?
Los mercados financieros en Colombia han reaccionado como en casi todo el mundo, con fuertes pérdidas en los valores de las acciones. En promedio la bolsa colombiana ha caído cerca de un 35 % en lo que va del año.
Las tasas de interés de nuestra deuda pública han subido, aunque con moderación. El precio del dólar se ha mantenido cercano a los 3 800-4 000 pesos. Y todo esto no solo responde al aislamiento, el mundo entero está experimentando una caída casi sin precedentes en la capacidad de compra de su gente y nuestras exportaciones se verán menguadas por un buen tiempo.
¿Los bancos han ofrecido créditos especiales a las empresas cubiertos hasta un 90 % por la nación? ¿Cómo funcionaría el pago de esa deuda?
Este programa que lanzó el Gobierno nacional hace unas semanas son créditos con garantía de la nación (a través del Fondo Nacional de Garantías – FNG) que puede llegar hasta el 90 %, y está enfocado en las micro, pequeñas y medianas empresas (con hasta 53 mil millones en ventas). La verdad no sé si el sector financiero los está desembolsando masivamente, no hay mucha información actualizada al respecto.
El pago de esa deuda está por supuesto en veremos… precisamente por ello son garantizadas, pues estas deudas las asumirían empresas que están en serias dificultades. En caso de no poder cubrir estas obligaciones, sería el FNG quien entre a cumplirle al banco.
¿Cómo ve usted la compra de TES por parte del Banco de la República para financiar el gasto fiscal actual?
Es algo que en alguna medida ya se venía haciendo. De hecho, desde que el Banco de la República anunció (en marzo) compras permanentes de TES a las instituciones financieras (normalmente el banco central realizaba compras temporales; operaciones de recompra o repos como suelen llamarse). Esto se refiere a títulos que ya habían sido emitidos, es decir, no altera el monto total de la deuda pública.
Ahora, financiar deuda fresca (mayor emisión de TES) con emisión primaria del Banco es una opción que típicamente nos habíamos reservado como último recurso y que no se ha hecho formalmente desde que tenemos un banco central independiente (con la Constitución de 1991). Pero informalmente ya lo estamos haciendo. En una movida ingeniosa, a mediados de abril el emisor y el Ministerio de Hacienda coordinaron una reducción del encaje bancario que liberó fondos por el orden de 9 billones, con un requerimiento subsiguiente de invertir la totalidad de estos recursos en Títulos de Solidaridad (TDS) que posteriormente pueden ser usados como respaldo para operaciones de liquidez ante el emisor. Son tiempos extraordinarios y el Gobierno ha reaccionado con algunas medidas extraordinarias.
¿Cómo afectará la pandemia nuestra calificación de riesgo?
Es posible, y de hecho bien probable que las calificadoras de riesgo continúen con una seguidilla de reducciones en la calificación de riesgo de varios países emergentes. Colombia es un candidato fuerte a quedar en ese grupo por su excesiva dependencia de las rentas petroleras y el desplome observado en el precio del crudo.
Sin embargo, en momentos como estos la calificación de riesgo no puede seguir siendo la preocupación de primer orden. Si bien es natural que las calificadoras reaccionen de esta forma en función de proteger los intereses de los acreedores, está demostrado que estas son bastante procíclicas y tardan en incorporar cambios de tendencia. Las calificadoras a veces ayudan a ejercer disciplina y autocontrol, pero pueden sufrir de miopía en situaciones excepcionales como esta.
¿Cuál será el impacto a largo plazo en caso de continuar con la cuarentena?
De mantenerse la cuarentena por varias semanas más, el daño en el tejido productivo quizá será irreparable. Si bien hoy están empezando a operar algunas industrias, con las exportaciones altamente limitadas y la demanda interna contenida y en cuarentena las empresas pronto tendrían que dejar de producir para acumular inventarios. En ese caso se acentuarán los despidos y las quiebras… nos costará mucho salir de esto y en el largo plazo veremos deteriorarse todos nuestros indicadores sociales como la incidencia de la pobreza, la desigualdad y la esperanza de vida de los colombianos.