La cuarentena le ha presentado diversos retos a la sociedad colombiana, son varios los expertos que prevén un incremento en el nivel de pobreza, la tasa de desempleo y en la destrucción de capital. Adicional a ello hay otros problemas ocasionados por el aislamiento: la salud mental. En Colombia cerca del 28 % de la población padece de déficit cualitativo de vivienda, es decir, tienen viviendas en condiciones defectuosas o en estado de hacinamiento crítico, condiciones que hacen más difícil la cuarentena para quienes las habitan. Esta población es especialmente vulnerable durante la cuarentena. En PanAm Post conversamos con la psicóloga y terapeuta familiar sistémica Katalina Moreno para que nos explique un poco el actual panorama
¿En los barrios de ladera cuál ha sido el comportamiento de los jóvenes?
Se ha multiplicado el nivel de deserción escolar. Esta deserción ya no solo se explica porque los niños se estén uniendo a una banda o grupos delincuenciales, sino al limitado acceso a las tecnologías de comunicación que les han impedido atender sus clases.
Hay muchos hogares que solo tienen un computador y son varios niños, en el mejor de los casos. Si son hogares de bajos recursos, donde los padres no tienen ninguna educación secundaria, es muy posible que no tengan acceso a educación online. Por ende, las deserciones se han disparado debido a que los padres no tienen el conocimiento ni el saber para acompañar a sus hijos. Los chicos no están estudiando, en los barrios de ladera se están volando para la calle y ha aumentado el riesgo inespecífico en calles, es decir, vinculación a bandas delincuenciales, consumo de sustancias o indigencia.
Tengo que reconocer los esfuerzos del Gobierno y alcaldías que han buscado formas para que los chicos que no tienen medios virtuales puedan estudiar de una forma u otra. Se ha intentado entregarles las tareas en papel, a través de cadenas de Whatsapp; pero como digo, los riesgos sociales siguen siendo muy elevados.
¿El consumo de drogas se ha incrementado en las ciudades debido a la cuarentena?
En un principio las plazas (expendio de droga) dejaron de funcionar, pero ya que la situación ha comenzado a normalizarse el movimiento se ha reactivado. Muchas personas, temerosas de las multas impuestas por la cuarentena, compran en grandes cantidades para “aprovisionarse”. La incidencia en el tabaquismo y alcoholismo también ha incrementado en algunos grupos.
Algunos adolescentes, que no han salido de su casa o no han encontrado un motivo justificable para salir, están presentando síntomas de abstinencia que se reflejan en el incremento de la irritabilidad, depresión y agresión.
¿Se ha visto afectada la alimentación de los jóvenes producto de la cuarentena?
Muchos de los chicos desayunaban y almorzaban en el restaurante escolar, se les daba buena alimentación alta en contenido proteínico, harinas y vegetales. Mientras que en la casa están experimentando un déficit nutricional, ya que muchos padres solo tienen para darle una alimentación muy básica. En muchos hogares los chicos solo cuentan con un aguapanela de desayuno. Los gobiernos locales han intentado mantener estos programas, pero no dan abasto.
Se habla de un incremento en la violencia intrafamiliar, ¿qué nos puede decirnos al respecto?
Definitivamente, la violencia intrafamiliar se ha incrementado en un 52 %, mejor dicho, el maltrato infantil, la violencia contra la mujer y el abuso sexual. El hacinamiento crítico no contribuye, viven dos o tres generaciones en un mismo espacio, con los bemoles que tiene la diferencia de edades. Un adulto mayor necesita dormir hasta más tarde, necesita más quietud, mientras que un chico puede ser más inquieto, requerir más espacios de esparcimiento y más actividad física.
Tendremos una gran carga para lidiar por parte de estos chicos que sufrieron de maltrato familiar en esta época. Nuestra sociedad venía con práctica de maltrato físico y psicológico que se han intensificado en la cuarentena. Emigramos de la violencia física al maltrato psicológico y económico. Con este trasfondo son chicos que van a ser más propensos a tener trastornos de ansiedad y depresión en el futuro.
¿Qué estrategias se han diseñado para solventar esta crisis?
Ya existen líneas específicas de apoyo para estos casos. Se han generado estrategias para contener telefónicamente los casos extremos de violencia intrafamiliar y abuso sexual.
Cuando tú estás yendo a la escuela, en caso de ser abusada o abusado por un pariente tienes opciones, contarle a un maestro o a un amigo, pero encerrado esas opciones son muy limitadas. La línea 123 tiene un protocolo para atender estos casos, y en caso de ser extremo se recoge a la persona y se le da asilo.
¿Qué otros problemas mentales y sociales pueden conllevar el aislamiento extremo?
Los niños más pequeños no entienden dónde está el coronavirus, ni el porqué de este cambio social tan grande. Habrá que acompañar a estos niños en su futuro desarrollo, pero en especial en su retorno a clase.
Lo que se nos viene es el llamado síndrome de la cabaña, es una condición de ansiedad donde evitas salir o se evite todo contacto social. Este síndrome puede degenerarse incluso en agorafobia, otro factor que debemos comenzar a monitorear desde el punto de vista social.