Desde hace varios años, la economía colombiana ha crecido a un paso acelerado. Varios factores como el precio del petróleo, la posibilidad de firmar un acuerdo de paz y las buenas relaciones con otros países traducidas en varios tratados de libre comercio hicieron que, en años pasados, la confianza inversionista creciera y que se lograra un crecimiento en las exportaciones. Estas han incrementado de USD $12.000 millones en 2012 a un nivel actual de USD $50.ooo millones anuales. Pero estas cifras esconden las enormes dificultades que aún enfrentan los economistas en el país.
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Mientras se frena el crecimiento económico, los inversionistas locales y extranjeros deben superar más y más obstáculos para constituir empresas y hacer negocios. Esto se debe principalmente a las altas cargas tributarias y al ineficiente aparato estatal que administra permisos, registros, etc.
Hay algunas obras importantes del país cuyo adelanto es hoy un misterio. La explotación petrolera de los Llanos Orientales colombianos fue saboteada, la construcción de la Ruta del Sol -vía que conectará el centro del país con la costa Atlántica- tiene algunos problemas ambientales que no le han permitido avanzar, y la operación de Ferrocarriles del Norte en la costa Atlántica fue suspendida, afectando la exportación de carbón en el país, ya que sin ferrocarril la materia prima no se puede transportar a los puertos.
Cabe resaltar que la economía colombiana depende mucho de las materias primas, especialmente del carbón y el petróleo. Sin embargo, existe un gran rechazo hacia la explotación minera en el territorio nacional, lo que ha hecho que muchos de los proyectos de explotación y exportación de petróleo se hayan ido truncando. Esto, sumado a los precios del petróleo, hace que la economía colombiana esté decreciendo considerablemente.
Este escenario constituye un reto para Colombia, ya que supone la necesidad de armonizar las expectativas de tres grupos diferentes. Por un lado, los intereses del Gobierno, que se traducen en la necesidad de producir ingresos para el país y lograr crecimiento económico. Por otro lado están los objetivos de los empresarios, que quieren generar riqueza y que pueden ser de mucha ayuda a la hora de mejorar las condiciones de empleo en el país. Finalmente, se debe poner atención a las demandas de las comunidades que se ven afectadas por la explotación minera.
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Sin embargo, es necesario que en Colombia se empiece a buscar nuevas formas de generar ingresos para el país. Los productos del sector primario generan poco valor agregado. La dificultad de realizar explotación de recursos primarios en Colombia, sobre todo por los obstáculos burocráticos, hace que ese tipo de esfuerzo industrial sea cada día menos viable.
Finalmente, el gobierno de Colombia está próximo a firmar un acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc, que, según la alta burocracia del país, implica la necesidad de una gran cantidad de dinero. Esto solo traerá cargas adicionales sobre los hombros de los pocos contribuyentes al fisco, y dificultará más la creación de riqueza real por parte de los emprendedores.
Fuente: Revista Semana