Tras el escándalo por el video que mostraba a observadores del proceso de paz bailando con las FARC y posteriormente la denuncia de una fiesta al interior de la cárcel La Picota de Bogotá, de la que participaron integrantes de ese grupo guerrilleros, se han empezado a generar las primeras consecuencias de esas acciones realizadas el pasado 31 de diciembre de 2016.
- Lea más: Confirmado: Clan del Golfo y ELN luchan por zonas del narcotráfico de las FARC
- Lea más: Comisión de las FARC asistió a desfile militar en honor a Fidel en La Habana
Debido a esta situación, la ONU tomó la decisión de retirar a las personas que hicieron parte de la “parranda” que se llevó a cabo en El Conejo, lugar ubicado en La Guajira, al norte del país, donde los guerrilleros de las FARC esperan para movilizarse hacia las zonas de agrupamiento en donde deberán presentarse ante la justicia transicional y entregar sus armas.
Ante la decisión tomada por la ONU, las FARC expresaron su molestia y dijeron que ellos retirarían a sus hombres, que hacen verificación, en caso de que Naciones Unidas no siguiera con el monitoreo. Sin embargo, dicen que su presencia solo será suspendida mientras no se nombren a las personas que monitorearán ese sitio.
Debido a este percance, Naciones Unidas tuvo que enviar un comunicado en el que rechazaban lo sucedido, hecho que también fue rechazado por la guerrilla, ya que según ellos se les estaba juzgando por un fragmento del video descontextualizado.
En Colombia se generaron muchas dudas sobre la imparcialidad de la verificación que realiza Naciones Unidas, por esta razón ha habido mucho revuelo en torno a el actuar de las FARC y de los miembros de la ONU que fueron relevados durante la celebración del 31 de diciembre.
Fuente: El Tiempo