Gobierno de Nicaragua hace caso omiso a los reclamos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de proteger a cinco pueblos indígenas miskitos en la zona atlántica, que han sido víctimas de violencia y de pérdida de sus tierras.
A pesar del último llamado de atención que le hizo el CIDH al Gobierno, de que adoptara de manera inmediata acciones que erradicaran la violencia existente; el Gobierno, no ha dado respuesta ha esta situación.
La orden del organismo fue la de activar medidas provisionales como “la adopción, de manera inmediata, de todas las acciones destinadas a erradicar la violencia existente, así como proteger y garantizar el respeto a la vida, integridad personal y territorial e identidad cultural”.
Los pueblos beneficiados con estas medidas son Klisnak, Wisconsin, Wiwinak, San Jerónimo y Francia Sirpi.
Los pueblos indígenas han presenciado invasiones de sus territorios con el aval de líderes del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y funcionarios del partido político local Yatama, que trafican con las tierras protegidas por la ley.
Esta situación ha generado una violencia desmedida hacia los indígenas, con el fin de sacarlos de sus territorios.
Hasta ahora el saldo de los muertos es de 30 nativos y a pesar de que el Estado conoce el problema existente, no ha resulto el problema, ni tampoco ha cumplido con las órdenes de la CIDH.
Marcia Aguiluz, directora para Centroamérica y México de la organización no gubernamental Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), explicó que el Estado no ha cumplido con las órdenes de la CIDH que desde octubre ha dictado tres resoluciones para 12 comunidades miskitas”.
Asimismo, celebró las medidas ya que “son precedente único hasta el momento. La corte sin necesidad de una sentencia, le dice a Nicaragua que debe crear una instancia interdisciplinaria que diagnostique las fuentes del conflicto y proponga medidas de protección”añadió.
Según la CIDH el Estado debe establecer una instancia que “con la participación de representantes del gobierno, de las comunidades y de los colonos afincados desde hace tiempo, así como antropólogos y sociólogos, reúna en el menor tiempo posible la información disponible, diagnostique las fuentes del conflicto y proponga las posibles vías de pacificación y solución”.
Fuente: Diario las Américas