La victoria de Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses y sus promesas de endurecer la política hacia Cuba, crea una sombra de incertidumbre sobre la relación entre Cuba y EE.UU.
A pesar del breve mensaje de felicitaciones enviado por Raúl Castro a Trump, horas después del triunfo electoral del magnate republicano, el gobierno comunista anunció la realización de un Ejercicio Estratégico Bastión 2016 entre el 16 y el 18 de noviembre en todo el país.
La maniobra de entrenamiento militar es una señal de que el gobierno de la isla se prepara para una Administración “hostil”.
La información sobre este ejército lo publicó el diario estatal Granma, y explicó que la estrategia es “parte de la preparación del país para la defensa”.
Este tipo de ejercicio militar empezó durante el gobierno de Ronald Reagan, en 1980 y no se realizaba desde hace tres años, antes del anuncio del deshielo.
En la emisión de un noticiero televisivo estatal, una reportera comentó que Cuba ya había tenido experiencias “similares” y que mantiene la “voluntad de estar resistiendo al gran vecino del Norte”.
Trump aseguró que al llegar a la Casa Blanca modificaría la relación con Cuba en la que cancelaría el actual “acuerdo” con la isla y ejercería más presión al gobierno cubano.
“Cancelaremos el acuerdo unilateral de Obama con Cuba hecho a través de orden ejecutiva si no conseguimos el trato que queremos y el acuerdo que se merecen la gente que vive en Cuba y aquí, inclusive que proteja libertades políticas y religiosas” explicó.
El magnate republicano anunció además que deportará a todos aquellos inmigrantes que tengan antecedentes penales, y que presionará más arduamente a los países que se rehúsan a aceptar sus ciudadanos una vez que jueces estadounidenses ordenan que sean deportados.
Fuentes: El Nuevo Herald; Clarín.