El pasado domingo 20 de noviembre se llevó a cabo en Panamá una protesta por el aumento de extranjeros en el istmo.
Quienes convocaron a la manifestación “Panamá para los panameños” (Frente Nacional Panameño), habían anunciado que la manifestación sería una ” gran cadena humana” se convirtió en una concentración de menos de 100 personas.
Aproximadamente unos 70 panameños acudieron a congregarse frente al Monumento de Vasco Núñez de Balboa, el gobernante y conquistador español fundador de la ciudad de Santa María la Antigua de Darién.
Los manifestantes que coreaban consignas y sostenían banderas del país, solicitaron a las autoridades de Migración que se tenga un mayor control en cuanto a que extranjero se le permita a Panamá ya que consideran que la migración “descontrolada” está desplazando la mano de obra panameña.
La protesta fue convocada por un grupo que se autodenomina Frente Nacional Panameño (FNP), y está integrado por gente que se opuso al “Crisol de razas”, estimuló en las redes sociales el debate sobre si la protesta se trataba sobre un acto justificado o si por el contrario, era una muestra de xenofobia dirigida a los extranjeros.
A través de las redes sociales una de las consignas rezaba “No más arepas ni tequeños” en referencia a los venezolanos, por su comida típica; sin embargo, el FNP dijo que la protesta no era en contra de un grupo específico ni ciertas nacionalidades, sino contra la inmigración ilegal en general.
“Aquí en Panamá no se oye el acento de la gente del interior; cuando me subo en el metrobús todos los acentos son de gente venezolana; se están llevando los mejores trabajos” expresó una panameña molesta ante la situación.
“Visa para los colombianos, visa para los venezolanos, visa para los mexicanos”, gritaban los manifestantes cuando hicieron una cadena humana.
Por su parte, el embajador de Panamá en Venezuela, Miguel Mejía, al conocer de que se realizaría la concentración se pronunció por medio de la red social Instragram, e indicó que lamenta profundamente la acción convocada por el FNP,ya que a su juicio promueve el rechazo, el odio y la discriminación hacia grupos de inmigrantes de diversas nacionalidades.
“Como ciudadano panameño y del mundo, no puedo callar ante actos reprochable [sic] que rayan en la xenofobia y discriminación que lesionan la dignidad humana” escribió Mejía en su comunicado.
“En cualquier momento una nación puede atravesar por circunstancias difíciles, ya sean de tipo económicas, políticas o sociales, tales como las que vivimos en Panamá en algunos episodios de nuestra vida republicana, teniendo automáticamente la solidaridad, no sólo del gobierno venezolano de turno, sino de la población, de la gente maravillosa, hospitalaria y querida de Venezuela, de la manera más amplia y en el mejor de los sentidos”, continuó Mejía en clara muestra de solidaridad con el pueblo venezolano.
El ministro de Trabajo y Desarrollo Social (Mitradel), Luis Ernesto Carles fue otro que comentó respecto a la situación y anunció que seguirán haciendo las inspecciones en los centros de trabajo y si encuentran alguna irregularidad se tomarán las medidas correspondientes.
El ministro aclaró que a su juicio cualquier país en crecimiento será competitivo en cuanto al talento humano y dijo que no hay que verlo en un sentido si se es panameño o extranjero.
“Nuestro marco regulatorio protege al trabajador nacional, sobre algunas ocupaciones técnicas o profesionales que solamente pueden ser ocupadas por panameños” añadió.
#20N: Esta fue la pequeña concentración de hoy de pequeños xenofóbicos anti venezolanos en Panamá. #venezolanosenpanama pic.twitter.com/xuBG65HsPU
— Alfredo Romero (@alfredoromero) November 20, 2016
Así se encuentra "la marcha" en Panamá en contra de los venezolanos y de los colombianos.. pic.twitter.com/OFn1zwEImV
— Jesus Medina Ezaine (@jesusmedinae) November 20, 2016
Marcha Panama ,discriminacion y xenofobia como consigna. Solo dire a esas"personas" las crisis pasan y el pueblo queda. #VzlaRenaceraLibre pic.twitter.com/sEFWnQQKDV
— Si Se Puede! (@kkatiragladys) November 20, 2016
Fuentes: El Nuevo Herald; La Estrella; El Carabobeño.