El pasado domingo 1 de enero más de mil inmigrantes intentaron saltar la doble valla que separa a Marruecos del enclave español de Ceuta. Las autoridades locales han informado que el suceso fue “extremadamente violento y organizado”.
Los 1.100 inmigrantes procedentes de la África subsahariana intentaron “forzar algunas de las puertas del vallado exterior, utilizando para ello barras de hierro, cizallas y piedras de gran tamaño, con las que agredieron, tanto a las fuerzas marroquíes como a los agentes de la Guardia Civil”, notificó el delegado del Gobierno de la ciudad española de Ceuta.
Por su parte, el Ministerio del Interior marroquí comunicó que ningún migrante logró cruzar el cercado.
“Este intento frustrado por las fuerzas del orden permitió la detención del conjunto de inmigrantes clandestinos, en tanto lamentamos medio centenar de heridos, diez graves entre las fuerzas de seguridad”, indicó el ministerio.
La Delegación del Gobierno en Ceuta también indicó que que fueron agredidos tanto las fuerzas marroquíes como los agentes de la Guardia Civil; resultaron heridos cinco agentes del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil y 50 miembros de las Fuerzas Auxiliares marroquíes.
“Si bien las heridas de los agentes de la Guardia Civil no revisten gravedad, en el caso de algunas de las que afectan a las fuerzas marroquíes presentan mayor importancia, habiendo incluso uno de ellos perdido un ojo como consecuencia del impacto de una piedra”, notificaron.
Esta no es la primera vez que inmigrantes tratan de saltar la valla. El pasado 9 de diciembre, en un incidente similar, otras 400 personas trataron de cruzar al país europeo.
Amnistía Internacional (AI) ha denunciado que tanto en Ceuta como en Melilla se violan los “derechos para personas migrantes y refugiadas”.
Asimismo, distintas organizaciones de defensa de los derechos humanos han criticado en reiteradas ocasiones el trato que dan las autoridades a los posibles solicitantes de asilo en estas ciudades españolas.