Tras la decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de eliminar a política de “pies secos, pies mojados” (que le permitía a los cubanos que lograran llegar al país norteamericano, sin ser interceptados, recibir la residencia), muchos esperaban la opinión del sucesor de la Casa Blanca, Donald Trump.
Sin embargo, Trump no ha manifestado opinión alguna sobre esta decisión; inclusive, según El Nuevo Herald el equipo de transición del magnate conocía la decisión de la administración demócrata y no se opuso en ningún momento.
“La Administración entrante había sido notificada con antelación sobre el cambio de política migratoria hacia los cubanos y no expresaron oposición a ese cambio”, comentó durante una conferencia Ben Rhodes, quien ha desempeñado un rol central en el giro de la política exterior hacia Cuba.
A pesar del silencio del magnate republicano ante la decisión del presidente saliente, el asesor de Obama dijo que no podía decir con seguridad cuál sería la postura de Trump con respecto a la isla.
Pero mencionó que es poco probable que Trump deje sin efecto la medida de Obama, tomando en consideración la previsible falta de apoyos.
Rhodes también aprovechó la ocasión para explicar que se trató de encontrar la posibilidad de realizar una excepción en la nueva política para beneficiar a aquellos que se encontraban en tránsito, pero que fue “imposible distinguir precisamente entre los que se encontraban ya en América Central y los cubanos que habían estado fuera del país en otros lugares”.
“Temíamos que de hacer esa excepción para una población que no podíamos identificar, tuviéramos una crisis migratoria”, dijo.
Fuentes: El Nuevo Herald; Cibercuba.