
El pasado sábado 6 de mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó a su homólogo peruano Pedro Pablo Kuczynski (PPK), para hablar de cómo “hacer frente al deterioro de la crisis política y económica en Venezuela”.
En un comunicado de la Casa Blanca, posterior a la charla telefónica, se indica que Trump “trabajará junto con Perú en la búsqueda de mejorar las instituciones democráticas y ayudar al pueblo de Venezuela”.
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Ambos mandatarios han criticado abiertamente la administración de Nicolás Maduro, y han manifestado su preocupación respecto a la situación que atraviesa el país caribeño.
Venezuela está atravesando un momento crítico, tras más de un mes de protestas en las calles por parte de la oposición y la represión a los manifestantes por parte de empleados del gobierno.
Hasta ahora, han se han contabilizado más de 700 heridos y 35 muertos, de acuerdo con el último reporte del Ministerio Público emitido el pasado 5 de mayo, y pese a ello las represiones han continuado.
Estados Unidos no excluye la posibilidad de aumentar las sanciones que impuso el predecesor de Trump, Barack Obama, contra ciertos miembros del Gobierno de Maduro. De hecho, el Senado norteamericano ya ha presionado para incrementar dichas sanciones y ampliar las vías de actuación sobre la situación de Venezuela.
Por su parte, el mandatario peruano ha sido una de las voces más críticas de la región contra Maduro, de hecho, ante la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de usurpar las responsabilidades de la Asamblea Nacional venezolana, PPK tomó la decisión de retirar a su embajador en Caracas “de manera definitiva” como acto de protesta.
Fuentes: El Comercio; Univisión; La Patilla; El Tiempo.