
Datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) de EE. UU. evidencian que pese a la derogación de la política de “pies secos/pies mojados”, los cubanos no han cesado en sus intentos por ingresar al país norteamericano.
La eliminación de la ley que permitía a los cubanos, que lograran llegar al país norteamericano sin ser interceptados, recibir la residencia, no ha sido un impedimento para que al menos 1.300 cubanos ingresaran a EE. UU por la frontera entre México y Texas.
Según la CBP, entre enero y agosto han sido procesados 2.920 cubanos por la Oficina de Terreno de Laredo, que abarca los puestos fronterizos desde Del Río hasta Brownsville; sin embargo, si se restan los 1.571 del ambivalente primer mes del año, en el que se cerró la entrada automática a los cubanos, entonces fueron procesados en los meses siguientes 1.349 cubanos.
A pesar de que la marea migratoria es menor a la de los últimos años, en promedio aún ingresan 192 cubanos mensualmente al país norteamericano.
Las cifras de migrantes cubanos había aumentado desde que en 2014 el entonces presidente de los EE. UU., Barack Obama (2009-2017), anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba. Sin embargo, según el CBP, las cifras no había dejado de aumentar hasta la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano y su política de “pies secos, pies mojados”. Tan solo la cifra de balseros que huían de la isla al país norteamericano descendió en un 86 % en el primer semestre del 2017.
Actualmente, todos los inmigrantes cubanos deben llegar al país con documentos legales, y una vez en el país norteamericano podrían pedir asilo político bajo un argumento de “miedo creíble de regresar a Cuba”, para lo que se debe permanecer detenido hasta que se determine si la solicitud será o no aprobada.
Fuentes: Cubanet, Martí Noticias.