El Gobierno venezolano ha vuelto a incumplir con sus deudas; ya son 18 bonos vencidos y este mes (el 16 y el 30) hay otros dos a los que se les acaba el período de gracia. Cada vez la situación es más crítica y un inminente cierre de financiamiento causaría un colapso en el país petrolero.
Las irresponsabilidades y malas decisiones del régimen han dejado a un país entero en estado de default y solo es necesario ver la cantidad de reservas internacionales que tiene Venezuela y compararlas con la cantidad de deudas, para darse cuenta de la gravedad que atraviesa el país, manifestó en entrevista exclusiva para PanAm Post, el economista investigador del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice Libertad), Oscar Torrealba.
“Las reservas internacionales para el dos de marzo eran de 9.438 millones de dólares y cabe acotar que gran parte de esas reservas internacionales no son reservas líquidas (…) y lo que hay que pagar en Venezuela, es decir, toda la deuda de este año 2018, es de 8.343 millones de dólares. Prácticamente habría que destinar toda la reserva internacional para el pago de deudas”, aseveró.
Según explica Torrealba, muchos han tratado de suavizar el lenguaje como una forma de excusar al régimen creando un nuevo estatus llamado “default selectivo”, para expresar que hay unas deudas que no han podido ser salvadas pero hay otras que sí; sin embargo, el experto señala que sin importar el manejo de este estatus, la realidad es que si un Gobierno ha dejado de pagar al menos uno de sus bonos, ya entra en default y cabe destacar que ya 18 de los 24 bonos que tiene Venezuela están vencidos.
Venezuela en default en 18 de los 24 bonos con los que cuenta (infografía) https://t.co/FzVkTkj40Y pic.twitter.com/brlg5A1IMq
— David Morán (@morandavid) April 12, 2018
Consecuencias del default
El economista Torrealba indicó que incumplir con pagos genera desconfianza en otros países y cierra las posibilidades de crédito para Venezuela y la única opción sería recurrir a sistemas o gobiernos que estén dispuestos a correr el riesgo, “como en el caso de China”, dijo, aunque aclaró que ya el país asiático ha ido cerrando también el financiamiento con Venezuela.
“Incluso los Gobiernos amigos le han estado cerrando las puertas porque lamentablemente Venezuela no tiene flujo de caja para poder pagar sus deudas”, comentó.
Por su parte, el director de Econanalítica, Alejandro Grisanti advirtió que tras los impagos de Venezuela se ha incrementado la posibilidad de un embargo comercial.
Los tendedores de bonos “se están organizando para introducir demandas. Se espera que en las próximas semanas los fondos comiencen a exigir la aceleración (de pagos) y después de esto van a buscar embargar activos de Venezuela, buques petroleros, cuentas por cobrar de Pdvsa. Esto hace que el escenario a futuro sea de mayor incertidumbre”, alertó durante un foro sobre la economía venezolana.
El escenario para los ciudadanos venezolanos no resulta esperanzador ya que su país depende casi por completo de las importaciones y los ingresos cada vez son más reducidos.
“Por concepto de petróleo (los ingresos) han estado disminuyendo por dos razones: primero porque PDVSA (estatal petrolera) está totalmente defalcada” y segundo, “la poca producción que ha tenido el petróleo venezolano ha sido gracias a empresas mixtas o internacionales que cobran en petróleo; entonces, prácticamente la mitad de esa producción que se está realizando no está entrando al país y no es parte de los ingresos fiscales de Venezuela”, informó Torrealba.
Según el economista, todos estos elementos dificultan las posibilidades del gobierno de seguir implementando el modelo asistencial de gobierno, el cual es su pilar fundamental. Con los pocos ingresos y la dificultad de pedir crédito a otros países, empeorarían las condiciones de vida para los venezolanos ya que aumentaría la escasez de alimentos y medicinas del país.
¿Hay solución?
“El gobierno debería establecer prioridades; primero tiene que deshacerse de un sinfín de gastos y para poder hacerlo, tiene que desprenderse del mismo sistema político y económico”, aseveró el experto.
“El sector privado tiene que encargarse de lo que realmente tiene que encargarse, y el sector público debe disminuir drásticamente sus gastos públicos para poder tratar de honrar sus deudas; pero si el Gobierno mantiene un esquema centralizado donde hay un control cambiario, donde es el único que asigna divisas y donde es el único que tiene prácticamente la potestad para importar alimentos a tasa preferencial y poder distribuirlos a través de un mecanismo político como es el carnet de la patria, no le va a dar los pocos ingresos disponibles para mantener un sistema”, agregó.