
EnglishEn respuesta a “Simpatizantes de la guerrilla difaman al nuevo presidente de Guatemala” (11 de noviembre de 2015) por Steve Hecht and David Landau.
En su artículo del 11 de noviembre, Steve Hecht afirma que Jimmy Morales es víctima de ataques motivados por la ideología y “difamación”. Los lectores deberían saber que gran parte del daño a su imagen política ha sido autoinfligido, y las dudas sobre su capacidad para gobernar un país sumido en un entuerto político son más que razonables.
El presidente electo de Guatemala, Jimmy Morales, fue elegido en medio de un descontento popular con el resto de las opciones en la papeleta. Pero ganar una elección no es lo mismo que formar un Gobierno operativo, y el apoyo no disipa las dudas razonables sobre la influencia de los militares retirados de su partido, FCN-Nación, que efectivamente ellos crearon y han apoyado.
Además, mientras los lazos con los militares han llamado la mayor parte de la atención, el asunto crucial con Morales es que es un hombre si un plan. Y como tal, es probable que su partido y el próximo Gobierno sean cooptados por intereses creados de todo tipo — el ejercito, sí, pero también las uniones empresariales, sindicatos, congresistas corruptos y el crimen organizado.