Esta semana se publicó en la prensa los resultados de un estudio de un grupo de científicos ingleses que indica un panorama alentador. Sostienen que el peligro que representa el cambio climático es una amenaza menor de lo que se creía. Plantean que el error estaba en cómo se modeló. Así mismo y en buena medida gracias a la adopción de energías renovables, la contaminación está sucediendo a ritmo más lento, al igual que la velocidad con la cual aumenta la temperatura. Esto a su vez permite a los países organizarse mejor para recortar la producción de carbono en la siguiente década.Una inesperada “revolución” en la energía renovable asequible también ha contribuido a la perspectiva más positiva.
Tanto el propósito como el momento en el cual se publica el estudio se debe al anuncio del MET (la oficina del servicio nacional del clima del Reino Unido), indicando una “desaceleración” en la tasa de aumentos de la temperatura global. Informó que había terminado la primera década de desaceleración del siglo. Planteó que entre 1999 y 2014 hubo un ciclo natural en el océano Pacífico que provocó una desaceleración en la temperatura del aire. A su vez, esto provocó que el mar abierto absorba el calor –sumergiéndolo en sus profundidades- y así lo alejó de la atmósfera.
El lunes fue publicado un artículo al respecto en el diario inglés The Telegraph. El estudio completo aparece en la página digital de la revista Nature Geoscience. Lo pueden ver completo (en inglés) aquí.
Adicionalmente, la misma plataforma digital ofrece un artículo de Jeff Tollefson especializado en periodismo científico en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y ganador de múltiples premios de prensa. Emitió una publicación titulada: Todavía puede ser posible limitar el calentamiento global a 1,5 ° C. Ahí provee, en inglés, un análisis en un lenguaje más amigable para quien no domine las cifras, cuadros y terminología propia del estudio climático.
Según el modelo anterior, que fue utilizado para plantear los Acuerdos de París, faltan entre 3 y 5 años para llegar a un nivel de contaminación y cambio en la temperatura mundial que alcance los 1,5 grados de diferencia de la era pre-industrial. No obstante, de acuerdo al reciente estudio, faltan más de 20 años para que eso suceda si la emisión actual de dióxido de carbono se conserva al ritmo que va, el mismo que podría disminuir y como tal otorgaría a la humanidad más tiempo para evitar esa cifra.
De acuerdo a los expertos, hay más de 66,66% de probabilidades de conservar la temperatura a nivel mundial alrededor de 1,5 grados por encima de los niveles existentes antes de la Revolución Industrial. El índice planteado va de acuerdo al objetivo final del Acuerdo de París de 2015.
Hasta el momento, los modelos que se han utilizado para el marco teórico del acuerdo, calcula que actualmente la temperatura mundial debería estar 1,3 grados por encima de la media del siglo XIX. No obstante, las observaciones más recientes sugieren que supera apenas entre 0,9 y 1 grado.
Dice uno de los autores del estudio, el profesor Myles Allen, de la Universidad de Oxford, “Cuando se habla de un presupuesto de 1,5 grados, entonces una diferencia de 0,3 grados significa mucho”.
Uno de los factores más influyentes para la ralentización del proceso del cambio climático es la adopción de energías renovables. Hasta ahora ha sido superior a lo que se estimaba. El mayor actor en este cambio, sobre todo por su dimensión e impacto, es China. En los últimos seis meses ha adquirido 25 gigavatios de células solares del total de 100 que tiene hasta el momento. Así mismo, los costos de implementación han sido más económicos de lo esperado, en el caso del Reino Unido sobre todo en el campo eólico que exige importar tecnología.
Inicialmente, el profesor Michael Grubb, del University College de Londres, decía que los objetivos acordados en París en 2015 eran “incompatibles con la democracia”, pues irrumpen en la soberanía de los países; como planteaba Trump.
Pero el domingo dijo: “Estamos en medio de una revolución energética y está sucediendo más rápido de lo que pensábamos, lo que hace que sea mucho más creíble para los gobiernos ajustar la oferta que pusieron sobre la mesa en París”.
Sobre la retirada de Trump del Acuerdo de París, dijo que “la posición de la Casa Blanca no tiene mucho impacto en las emisiones de Estados Unidos”.
“Las circunscripciones más pequeñas -las ciudades, los negocios, los estados- simplemente están diciendo que lo están logrando, en parte por la reducción de carbono, pero en parte porque hay una revolución energética y no quieren quedarse atrás”.
En el Reino Unido la industria y las cuestiones climáticas van de la mano, tanto es así que tienen un ministerio que incluye ambas. Justamente la ministra de Cambio Climático y de la Industria, Claire Perry, afirmó que Gran Bretaña ya había demostrado que no solo son incompatibles sino que abordar el cambio climático y dirigir una economía fuerte podrían ir “de la mano”.
Recalcó: “Ahora es el momento de aprovechar nuestras fortalezas y consolidar nuestra posición como un centro global para la inversión en crecimiento limpio”. Limpio se refiere a las energías no contaminantes, una tendencia que va en aumento y colabora activamente con los comportamientos que ayudan a ralentizar un proceso que ya –según el estudio- se está desacelerando. Pues, más allá de las iniciativas que buscan ser a nivel estatal y de adhesión global, de manera voluntaria, muchos municipios, empresas y comunidades están optando por energías renovables y gracias a que el mismo planeta nos dio una década de ventaja con cambios en la temperatura ambiental, propias de los ciclos del océano Pacífico.