El reciente informe de la ONU sobre la emisión de gases reporta que el Acuerdo de París, aun si se aplica con rigor, no logrará bajar la temperatura global a los niveles proyectados. Tampoco contempla el impacto que implica sobre varios países —en particular las economías emergentes— adherir a las medidas requeridas. Por ende, resulta inviable aplicar las medidas que exige el acuerdo. Sobre todo, utiliza lenguaje cargado como “condenado” para referirse al estado actual del planeta que habitamos. Es decir, expone cómo el acuerdo del cambio climático —liderado por los países más industrializados del mundo— no “salvará el planeta” como sostenía inicialmente.
Este discurso de rescate global elevó a quienes lo repetían y desprestigió a quienes lo cuestionaban. En el 2016, Obama adhirió a Estados Unidos al Acuerdo de París, dijo que era “el momento en que finalmente decidimos salvar nuestro planeta”. Mientras que en el 2017 Trump se retiró del acuerdo y fue duramente criticado; sobre todo porque al desvincularse EE. UU. el acuerdo perdía a uno de sus mayores fondos de contribución a la causa. Pero más que eso, el mandatario quedó marcado no solo como negacionista del impacto del cambio climático, sino como un aislacionista de temas globales.
Sin embargo, el organismo, que une a todas las naciones, revela en su último reporte que el Acuerdo de París no podrá “salvar el planeta”.
El objetivo del Acuerdo de París era mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados. Sin embargo, según reporta el reciente informe sobre la “brecha de emisiones”, incluso si todos los países involucrados en esos acuerdos cumplen sus promesas hasta el 2030, las temperaturas seguirán aumentando hasta llegar a 3 grados centígrados en el 2100; ya que el Acuerdos de París proporcionará solo un tercio de los recortes en los gases de efecto invernadero que —según los datos que lo respaldan— son necesarios para evitar lo que denominan un calentamiento catastrófico.
A principios de este mes, Eric Solheim, jefe del Programa Ambiental de la ONU, que produce el informe anual, dijo que:
“Un año después de la entrada en vigor del Acuerdo de París, todavía nos encontramos en una situación en la que no estamos haciendo lo suficiente para salvar cientos de millones de personas de un futuro miserable. Los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil deben cerrar esta catastrófica brecha climática”.
De acuerdo con el informe, salvo que las emisiones globales de gases de efecto invernadero alcancen su máximo antes de 2020, los niveles de CO2 estarán muy por encima de la meta establecida para 2030. “Esto reduce las probabilidades de llegar al objetivo de mantener el calentamiento global inferior a 2 grados C”.
Una de las exigencias del acuerdo para reducir el nivel de emisión de gases de efecto invernadero es la reducción —hasta su desaparición— de las plantas de energía de carbón en el mundo entero.
Según el informe, “la eliminación progresiva del consumo de carbón […] es una condición indispensable para alcanzar los objetivos internacionales del cambio climático”. Eso implica impedir la creación de nuevas plantas y eliminar las que ya existen.
Actualmente, hay 273 gigavatios de capacidad de carbón en construcción en todo el mundo, y otros 570 gigavatios en la tubería, dice la ONU. Eso representaría un aumento del 42 % en la producción energética mundial a partir del carbón. Cabe mencionar que el bajo costo de producción de esta fuente de energía implicaría un gran sacrificio para los países en vías de desarrollo si adhieren a las exigencias del acuerdo, no solo en su economía, sino en sus fuentes de empleo. En ese punto, el presidente Trump también ha sido tajante en su apoyo a los trabajadores de las minas de carbón y contrario a la intervención no solo estatal sino paraestatal —como es el caso tanto de la ONU como de los acuerdos (como el de París) internacionales— que buscan condicionar las industrias.
Tomando en cuenta que el 2017 está cerca a su fin, se acorta la meta del Acuerdo de París que pretende llegar a sus objetivos en poco más de 2 años (2020). Tales objetivos incluyen: aumentar el uso de energías renovables al 30 % del total de energías utilizadas; asimismo, pretende que los autos eléctricos lleguen al 15 % de las ventas de autos nuevos, cuando actualmente son menos del 1 % actual; reducir las emisiones de CO2 de los viajes aéreos en un 20 %; duplicar el uso de transporte masivo (y así sacar de circulación automóviles) y, por último, recaudar USD $1 billón para “acción climática”.
Es decir, indistinto a la postura individual de cada cual sobre el cambio climático, sobre si es propulsado y/o agravado o no por el impacto humano, el Acuerdo de París, tal y como está proyecto, no representa una solución; al menos no una viable. Así lo indica el informe de la ONU.
Fuente: Investors, UN Environment, The Guardian.