El día de hoy, miércoles 20 de diciembre, la corte más alta de la Unión Europea -el Tribunal de Justicia- emitió una sentencia indicando que Uber no es un prestador de servicios por Internet -como alegaba la empresa- sino una empresa de transporte. Como tal, está sujeto a las normativas correspondientes.
El fallo indica que:
“ha de considerarse que un servicio de intermediación como el controvertido, que tiene por objeto poner en contacto, mediante una aplicación para teléfonos inteligentes, a cambio de una remuneración, a conductores no profesionales que utilizan su propio vehículo con personas que desean efectuar un desplazamiento urbano, está indisociablemente vinculado a un servicio de transporte, y, por lo tanto, ha de calificarse de «servicio en el ámbito de los transportes», a efectos del Derecho de la Unión […] En consecuencia, un servicio de esta índole está excluido del ámbito de aplicación de la libre prestación de servicios en general, así como del ámbito de aplicación de la Directiva relativa a los servicios en el mercado interior y del de la Directiva sobre el comercio electrónico”.
Acorde al Derecho de la Unión, los Estados miembros son los responsables de regular las condiciones de la prestación de estos servicios. Por ende, siempre deben respetar las normas generales del Tratado de Funcionamiento de la Unión.
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Pero no es un caso aislado. Al contrario, este fallo es la última estocada de un año cargado de golpes contra Uber.
- Enero: campaña en redes sociales exige eliminar aplicación de Uber en solidaridad con el paro de taxistas -gremio poblado mayormente contra extranjeros- que protestaban contra la decisión de Trump de negar el ingreso a ciertas nacionalidades
- Febrero: Director ordena investigación de acoso sexual por la acusación de una empleada.
- Marzo: Presidente de Uber renuncia después de 6 meses, luego de una demanda de Google por el uso del auto-piloto.
- Abril: parlamentarios británicos llaman ilegibles a los contratos laborales de Uber.
- Mayo: inicia investigación contra Uber por usar tecnología que evade controles policiales.
- Julio: el segundo al mando, Travis Kalanick, abandona la empresa.
- Agosto: en Singapur fueron denunciados por usar vehículos propensos a prenderse fuego.
- Septiembre: Londres le niega la renovación de la licencia.
- Noviembre: Uber paga a hackers para borrar la información de 57 millones de usuarios que fue robada.
- Diciembre: Declaran a Uber compañía de transporte en la Unión Europea y exigen las mismas regulaciones que aplican a los taxis.
El presente fallo podría facilitar la expulsión de Uber de varias ciudades por parte de reguladores hostiles expulsen a Uber. Al momento, el servicio no tiene acceso en ciudades principales de Europa, como Copenhague, Budapest y Barcelona, y también ha perdido su licencia en Londres, aunque continúa operando ya que la decisión está en estado de apelación.
La denuncia que llevó al fallo surgió en Barcelona, España, por parte de un gremio de taxistas. Los conductores acusan a Uber de ser competencia desleal, pues los competidores no requieren licencia profesional ni toda la serie de permisos exigidos por el Estado a su contraparte.
En efecto, es una competencia desleal y desequilibrada. No obstante, en lugar de pedir aminorar tanto las exigencias como los costos para los conductores formales, los taxistas exigen el mismo rigor aplicado sobre ellos hacia los conductores que alquilan sus servicios particulares.
Esto en términos económicos se conoce como monopolio natural. Sucede cuando cuando se crea un producto o servicio. Al ser el primero y por ende el único, tiene el monopolio. Sin embargo, Uber ya tiene varios competidores de la misma índole; como Cabify, Lift, Taxify, etc. Es decir, cuando la competencia es libre, pueden surgir opciones múltiples que se adaptan a las capacidades y necesidades del usuario y podrían fragmentar el monopolio natural.
No obstante, en el caso de la intromisión estatal, el caso se conoce como monopolio artificial. Sucede cuando existen normas arbitrarias que impiden la libre competencia. Ocurre en ciudades donde, muchas veces por presión de los gremios de taxis, solo se permite el tránsito de vehículos autorizados por el Estado; negando así la circulación de Uber.
Al respecto, el año pasado, cuando generó controversia en Chile, Pedro Pablo Errázuriz, el exministro de Transportes de quien pronto será presidente de ese país de nuevo (Piñera), dijo: “Prohibir Uber es como prohibir Internet para proteger el Fax”.
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Es en honor a ese espíritu emprendedor que busca renovar la tecnología que, pese a la serie de golpes sufridos, el día de hoy se publicó la siguiente declaración de un portavoz de Uber:
“Este fallo no cambiará las cosas en la mayoría de los países de la UE donde ya operamos bajo la ley de transporte. Sin embargo, a millones de europeos todavía se les impide usar aplicaciones como la nuestra.
Como ha dicho nuestro nuevo CEO, es apropiado regular servicios como Uber, por lo que continuaremos el diálogo con ciudades de toda Europa. Este es el enfoque que tomaremos para garantizar que todos puedan obtener un viaje confiable con solo tocar un botón”.