El martes 3 de abril hubo pánico en las oficinas de YouTube, el mayor canal de videos de todo Internet, por un tiroteo que produjo 4 heridos y el suicidio de la mujer que disparó contra los empleados del gigante audiovisual.
Lo hizo en medio de una zona donde las armas de fuego son restringidas, lo cual pone en duda cómo y cuánto influyen las restricciones sobre las armas para reducir la violencia.
Cada vez que hay un tiroteo múltiple, en particular luego del último ataque en un colegio estatal en Florida, se inician campañas para la regulación e incluso la prohibición de las armas de fuego.
El anterior fin de semana decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes, tomaron la capital de los EEUU para exigir mayor regulación sobre el porte de armas.
Eso desde el podio, entre los manifestantes y espectadores había consignas explícitas para revocar la segunda enmienda para revocar la segunda enmienda de la constitución que garantiza la portación de armas.
Sobre el impacto de la intromisión estatal en el uso y porte de armas, PanAm Post consultó con Aaron Virkler. A lo largo de 9 años, fue soldado de infantería en el ejercito americano y como tal tiene vasto entrenamiento y experiencia usando armas de fuego para defenderse a sí mismo y a los demás. Actualmente, es agente de seguridad privado, tanto él como todos sus socios están armados en el lugar de trabajo.
Áreas libres de armas aumentan vulnerabilidad
Explica que “Las áreas libres de armas solo aumentan la vulnerabilidad. Es un hecho que es mucho menos probable que alguien dispare contra un objetivo que cree que podría dispararle.
¿Menos armas significa menos violencia?
Virkler sostiene que “las armas son solo una herramienta para la violencia. Esa violencia se manifestará de una manera diferente si las armas no estuvieran disponibles”.
Respecto al concepto “más armas de fuego = menos violencia”, considera que “la protección no es necesariamente cuantitativa, sino cualitativas”.
Agrega que “si alguien sabe que debe enfrentarse a alguien que está armado para lograr su objetivo de violencia, es menos probable que lleve a cabo ese acto violento”.
Monopolio de las armas
“El monopolio gubernamental de las armas de fuego es lamentablemente una experiencia de primera mano”, dice Virkler, pues fue soldado en las guerras de Iraq y Afganistán.
Explica que “cuando tienes un gobierno que puede escribir cheques en blanco para la destrucción, el único límite en la cantidad de destrucción que puede causar es la imaginación junto con los recursos disponibles de las personas que la causan. Los militares tienen armas que pueden matar a una persona y tienen otras armas que pueden matar a cientos y miles”.
Por eso plantea: “es mucho más importante quitarles las armas a los gobiernos que quitarlas a los ciudadanos”.
Regulación da paso a la prohibición
No cree que la regulación realmente haga algo para evitar que suceda algo malo.
“Ya existen leyes comunes en todo el mundo que hacen ilegal dañar a otra persona; la herramienta utilizada en el daño es irrelevante”, enfatiza. No descarta que ciertas regulaciones desencadenen en una prohibición total.
Dice que “no es difícil imaginar un escenario en el que el gobierno prohíba los “rifles de asalto” y luego prohíba otros tipos de armas de fuego en nombre de “salvar vidas lo vale”.
Reflexión
“Para aquellos que aumentarían el control de armas en cualquier medida: están destinados a dispararse en el pie, por así decirlo”, agrega.
Propone que “hay muchas personas que tienen esas armas para defenderse legítimamente” y que “muchas de esas personas son las más vulnerables de nuestra sociedad”.
Entonces plantea que, “quitar la capacidad de alguien para defenderse es el camino más seguro para crear más víctimas”.
“Sé que su objetivo es ciertamente una sociedad con menos víctimas, no más”, agrega, pero alega que “no se alcanza ese objetivo quitando los medios de defensa de las personas buenas”.
Si deciden llevarlo a cabo de todos modos, se encontrarán con personal armado que puede poner fin a la amenaza rápidamente.
Ya lo dijo el filósofo griego Platón hace más de 2.000 años, “la gente buena no necesita leyes que les digan que actúen con responsabilidad, la gente mala siempre encontrará una manera para esquivar las leyes”.
Y así lo demostró Nasim Aghdam, la mujer que hirió a tres personas, antes de arrebatarse la vida, cuando disparó contra las oficinas de YouTube; una zona restringida para armas.