La cuenta regresiva está en marcha: luego que las calles de las principales ciudades del Brasil permanecieron colmadas durante varias noches de manifestantes a favor y en contra, hoy, máximo a las 5:00 de la tarde, el expresidente Lula Da Silva —quien hasta ayer era candidato a la presidencia— quedará bajo arresto.
Rui Falcao, el presidente del Partido de los Trabajadores (PT) bajo el cual tanto Lula Da Silva como Dilma presidieron la nación, anunció que Lula no se entregará: “La defensa alega ‘ejecución prematura de pena’ y pide suspensión de la orden de detención de Lula”, reportó esta mañana la plataforma brasilera Estadao.
Agrega que Lula aguarda el resultado de una nueva petición de habeas corpus hecha por su defensa y que será analizado por el ministro Felix Fischer, de la Quinta Turma del Superior Tribunal de Justicia (STJ).
Por último, “La defensa de Lula entró con el pedido el viernes para evitar la prisión decretada ayer por Moro, de la 13ª Vara Criminal de Curitiba”.
“Eso solo significa que la policía federal lo va a buscar”, nos dice Rodrigo Saraiva Marinho, abogado, profesor de derecho, maestro en derecho constitucional, miembro del consejo administrativo del Instituto Mises Brasil y Director de Operaciones de la Red Libertad, a quien PanAm Post contactó.
Explica que dados los últimos acontecimientos, en lugar de que Lula se entregue voluntariamente a la justicia en la ciudad de Curitiba, como estaba previsto, habrá intervención de la fuerza estatal, de ser necesario.
Panorama político
Saraiva Marinho sostiene que la tendencia actual es a que el PT pierda cada vez más fuerza. No considera que el victimismo les ayude ahora. Comenta que ayer, además de la determinación de prisión de Lula, también se estableció el bloqueo de los bienes de la presidenta del PT, lo que demuestra cómo funciona ese movimiento político.
Por ejemplo, el experto señala que en la elección para alcaldes y concejales al PT le fue muy mal: “Me imagino que será aún peor, sobre todo porque Lula no dejó ningún sucesor con real peso político”.
Agrega que este año será clave, pues habrá elecciones presidenciales, dos plazas de senadores, renovación de todos los diputados federales, gobernadores y diputados estatales.
También afirmó que hasta el momento los más votados para la próxima elección eran Lula (izquierda) y Bolsonaro (derecha), pero considera que el proceso electoral tendrá muchas sorpresas. Uno de ellos es un candidato liberal, João Amoedo y otro candidato más a la derecha que defiende libre mercado, Flávio Rocha.
Mientras tanto, Saraiva destaca que en la izquierda el nombre con más intención de voto es del desarrollista Ciro Gomes, que dijo que iba a “secuestrar a Lula y entregarlo en una embajada si la cárcel fuese abusiva” e incluso que “recibiría a Sérgio Moro, juez del caso Lava Jato (que incriminó a Lula) con disparos de bala”.
Impacto económico
Saraiva sostiene que la situación económica de Brasil viene mejorando bastante. Lo cual considera es un mérito del equipo económico del presidente Temer.
Sin embargo, cree que el Gobierno sigue gastando demasiado y el año que viene no conseguirá pagar sus cuentas. De modo que el presidente que asuma, sea quien sea, necesitará hacer un ajuste de gastos en el Gobierno. “Desgraciadamente, el margen presupuestario para ello es pequeño, a menos que haya un cambio legal”, aclara.
“No hay crisis política, quizá la izquierda piense así, ya que después de pasar 14 años en el poder, perdieron la sustentación política que tenían”, concluyó.