A raíz de la violencia sufrida en la frontera con Colombia, el jueves 19 de abril las calles de las principales ciudades del Ecuador se vieron colmadas de manifestantes que marcharon por la paz.
En lo que va del 2018 cuatro marinos y tres periodistas han sido asesinados por las disidencias de las FARC. Mientras que Vanessa Velasco y Óscar Villacís, dos civiles ecuatorianos, permanecen secuestrados por el mismo grupo armado.
Tanto en la calle como en redes sociales y en medios masivos decomunicación, ecuatorianos de diversas áreas manifestaron su sentir.
“Esta marcha debe tener dos lecturas. Por un lado que rechazamos la violencia, la intimidación y la de que unidos como un solo puño combatiremos al narcoterrorismo. Exigimos al Gobierno que declare al narcotráfico una amenaza a la seguridad nacional”, explica el excomandante general de la Marina, el Almirante Aland Molestina.
Asimismo, invoca a no considerar a los asesinados como muertos que se han ido, sino como fuente de inspiración para lo que sigue más adelante.
NOS FALTAN 3
Mi solidaridad con los familiares de los hermanos caidos en cumplimiento de su deber de informar. Ellos al igual que los 4 IM no han muerto, serán la llama motivadora para enfrentar y derrotar a estas lacras y que nunca más tengamos gobiernos totalitarios de 10 años.— Aland Molestina M. (@ALANDMOLESTINAM) April 13, 2018
En una entrevista previa, el Almirante nos explicó cómo la gestión del Gobierno de Rafael Correa, donde el actual presidente Lenín Moreno fue vicepresidente, hubo un debilitamiento de las Fuerzas Armadas causado por el ejecutivo. Además, resalta cómo en los 10 años que Correa estuvo en el poder se rehusó a reconocer a las FARC como un grupo terrorista, reconocido como tal por el Gobierno colombiano.
Y ahora el Ecuador sufre lo que en estrategia militar se conoce como “yunque y martillo”. Así lo explica el General René Yandún, quien fue prefecto de la provincia limítrofe con Colombia, Carchi. Sostiene que el Gobierno colombiano ha empleado dicha estrategia, donde empuja el conflicto hacia la frontera sur.
La Marcha por La Paz avanza a altura de la Plaza del Teatro. #NadieSeCansa pic.twitter.com/8M6sDB9C7w
— El Comercio (@elcomerciocom) April 20, 2018
Por el momento, el presidente del Ecuador, Lenin Moreno, ha emitido un plazo de diez días —ya van tres— para que la guerrilla libere a los civiles secuestrados.
Esa luz de esperanza que surge de todo ese dolor no es sino la unidad y la paz. Este gobierno les ofrece la verdad y luchar por esa paz. Hoy la patria entera está más unida que nunca. ¡No nos doblegarán! #MiEcuadorDePaz pic.twitter.com/XKvHfrXh8u
— Lenín Moreno (@Lenin) April 20, 2018
Esto ha causado que en las marchas por la paz haya quienes protestan en respaldo al mandatario como quienes lo hacen exigiéndole mayor fuerza contra los grupos armados y reniegan del uso político de las manifestaciones que surgieron en respaldo a los caídos y sus familiares.
La Marcha por La Paz ha llegado a la altura de San Blas. Continúa su recorrido hacia Carondelet #NadieSeCansa pic.twitter.com/j7hBoWqs6D
— El Comercio (@elcomerciocom) April 19, 2018
Lo cierto es que pese a los muchos desacuerdos que puedan haber entre las distintas formas de protesta y reclamos, hay un sentimiento unánime: los ecuatorianos quieren vivir en paz.
Ya son varias las amenazas y cartas que las disidencias de las FARC han emitido, anunciando que las muertes han sido “lamentables”, pero consecuencias de que tanto el Gobierno ecuatoriano como colombiano no hayan respondido a sus pedidos.
Es decir, a punta de chantajes han dejado en claro que tanto los secuestros como los asesinatos de ciudadanos ecuatorianos han sucedido y sucederán cuando las exigencias de las FARC no se cumplen.
Por ello, aunque el pedido es por la paz, el símbolo y el clamor va acompañado de una ciudadana que se representa unida como un puño y el lema #NadieSeCansa. Pues no se admite la agresión de un grupo que ha recurrido al narcotráfico para financiar su supuesto idealismo.