Un magnate, un basquetbolista y el líder de la nación más aislada del mundo fueron protagonistas de una nueva forma no solo de gobernar sino de lograr la paz mundial.
No se trata de diplomáticos de carrera, sino personajes de la farándula tan queridos como odiados.
Mientras en la Casa Blanca preside quien fue protagonista de un reality show, Dennis Rodman, un jugador retirado de baloncesto fue mediador de un pacto de amistad entre dos naciones que llevaban más de medio siglo de rivalidad, los EEUU y Corea del Norte.
Pocos extranjeros han podido entrar a la nación asiática, otros no han tenido la suerte de salir, incluso han sido ejecutados. Hasta hoy, era un enigma.
Dice el refrán que una imagen vale más que mil palabras. Por eso para evidenciar el contraste, desde el espacio exterior se puede observar a Corea dividida en dos partes: la luminosa capitalista del sur por su desarrollo industrial y la socialista del norte, solo con luces en la capital, mientras el campo se muestra negro, vacío.
Por eso es tan histórico el hecho que el 12 de junio, Kim Jong Un –quien heredó el poder de su padre- y Donald Trump se hayan dado un apretón de manos en una cumbre llevada a cabo en la nación asiática de Singapur.
Con lágrimas en los ojos y la característica gorra roja de los simpatizantes de Trump con el lema “Make America Great Again” (Haz a EEUU grande de nuevo), el basquetbolista explicó que por 30 días se tuvo que esconder por las amenazas de muerte en su contra.
Indica que a lo largo de cinco años fue continuamente a Corea del Norte, por invitación de Kim Jong Un, ya que este es un aficionado del baloncesto y Rodman jugó nada menos que junto a Michael Jordan en el equipo de los Chicago Bulls, la alineación más famosa de la historia de la NBA.
El mandatario norcoreano le planteó al basquetbolista que podría forjar un diálogo con los EEUU, con quien su nación llevaba enemistad más de medio siglo, si él le transmitía tres mensajes. Pero Obama no le escuchó.
Fue aislado por su hazaña y criticado por su postura. Pero no bajó los brazos, respaldó la candidatura y luego al gobierno de Trump porque tenía la esperanza de poder lograr lo que se había propuesto, ya que ambos trabajaron juntos en el pasado.
No fue su talento en la cancha lo que le hizo conocido, sino sus múltiples escándalos, desde su cabello colorido hasta su romance con la cantante Madonna.
En 2009 Dennis Rodman participó en Celebrity Apprentice y Donald Trump lo despidió por estar borracho y beligerante en el set. Sin embargo, le dijo que buscara ayuda y ofreció ayudar.
Luego en 2013, Trump invitó a Rodman a regresar y le dijo que estaba orgulloso de él por la vida que forjó, entre otras cosas recaudó US$ 20.000 para la fundación Make-A-Wish.
Dos años después Dennis Rodman fue atacado y ridiculizado por ir a Corea del Norte y hacerse amigo de Kim Jong Un, un gran admirador de los Chicago Bulls.
Pero fue perseverante y dedicó los siguientes tres años a abogar por una relación diplomática entre los Estados Unidos y Corea del Norte. Hizo una campaña para que Donald Trump creyera que podría hacerlo realidad.
Y así fue. En 2017, Rodman visitó a Kim y le llevó copias de los libros de Donald Trump.
En el 2018 firmaron un acuerdo de amistad, se dieron un apretón de manos y desafiaron todo pronóstico, desde campañas en los medios masivos que aducían que las controvertidas publicaciones de Trump en Twitter causarían una tercera guerra mundial, ya que Corea del Norte hizo algunos lanzamientos de cohetes de prueba y desfiles militares ostentando su capacidad de ataque, hasta las amenazas y ridiculizaciones contra Rodman por sus intentos de lograr la paz entre ambas naciones.
Pero la teatralidad del suceso no termina con el repertorio de sus integrantes, también incluye el vestuario. Además de las múltiples argollas en el rostro de Rodman que resaltan su peculiaridad, se destaca su atuendo cuando celebró el acuerdo.
Llevaba una camiseta de Potcoin, la moneda digital homónima al Bitcoin pero que se enfoca en el mercado de la marihuana, droga considerada ilegal en muchos países. Por eso apela a un mercado paralelo al dinero emitido por el Estado para eludir ciertos controles.
La luce apenas días después de que Donald Trump anunció que respaldaría una reforma que legalizaría la marihuana de acuerdo a leyes de cada Estado, lo cual sería un avance no solo de la libertad individual, sino también del federalismo, y así el gobierno central tendría menos control sobre la nación y habría más autonomía a nivel local.
Y así se van quebrando mitos sobre su supuesto autoritarismo tanto a nivel nacional como internacional.