Tan querida como repudiada, la politóloga guatemalteca Gloria Álvarez, que defiende a ultranza las ideas de la libertad, provocó una colecta de firmas que pide su expulsión de México. Se le acusa de violar el artículo 33 de la Constitución, que prohíbe a extranjeros participar en política.
Siendo hija y nieta de exiliados cubanos y húngaros -ambas naciones bajo el yugo del socialismo-, Álvarez dedicó su formación académica y profesional a la investigación y posterior emisión de los excesos de los regímenes autoritarios, de la mano de su libro en coautoría con Axel Kaiser, “El engaño populista“, donde revela el discurso demagógico de líderes iberoamericanos que pretenden ganar votos ofreciendo ser no un estadista, sino como Papá Noel.
Aunque no expuso un respaldo directo a ningún candidato en las elecciones mexicanas, fue activa en campañas de concienciación para el voto responsable.
En una entrevista con PanAm Post, Gloria Álvarez explica que las firmas para su expulsión llegaron a 25.000 en México en marzo.
Pero la semana pasada reiniciaron la iniciativa, esta vez con el respaldo la izquierda guatemalteca y ya cuenta con más de 2.800 firmas.
“Los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país”, dicta el artículo constitucional en cuestión.
Dicho artículo pone en manos del Ejecutivo, la presidencia, la expulsión del extranjero en cuestión.
No obstante, Gloria explica que -hasta donde tiene entendido- no ha sido presentado ante el ejecutivo y desconoce si las firmas tienen las características necesarias para que así sea.
Por ejemplo, las firmas no requieren un número de identificación, tampoco hay manera de corroborar si una misma persona firmó varias veces.
En cuanto a su aceptación en México y el resto de América Latina, Álvarez explica que las personas reaccionarias al mensaje casi siempre son más bulliciosas que las que te apoyan. Esto lo ha visto tanto en las redes sociales como en la vida real.
Indica que sus publicaciones en redes sociales tienen más “likes” y compartidos, o sea señales de respaldo, que comentarios. Y los comentarios oscilan entre un 50% de respaldo y el otro 50% de rechazo.
Sostiene que aunque le vieran “rescatando animalitos de un tsunami”, en Iberoamérica habrá quienes aún así le tengan un odio visceral, mientras que también hay mucho respaldo silencioso.
También resalta que “para la batalla de las ideas es tan inútil un fan ciego como un troll o una persona llena de odio, a la que no importa lo que hagas no vas a convencer”.
Es decir, no importa tanto cuánta gente está detrás, sea criticando o respaldando: lo importante es la reflexión y el debate que genera, el intercambio de ideas.
Respecto a la influencia del sistema educativo con base estatal en las reacciones adversas al mensaje de la libertad, explica que está diseñado para la obediencia.
“Si tú estás esperando que el que te quiere sometido e ignorante sea quien te eduque, pues obviamente tu educación va a consistir de un adoctrinamiento de borregos acostumbrados a ser víctimas, nunca se le da importancia a la resiliencia”, exclama.
“No puede ser casualidad que toda América Latina tenga sindicatos de magisterio marxistas, que inculcan ese repudio a la empresarialidad. No es casualidad, es estrategia”, agrega.
Exclama con indignación que no puede ser que en la mayoría de las universidades públicas en todo el continente hay plazas, auditorios y aulas con el nombre de Marx, el Che Guevara, Lenin e incluso Stalin.
O sea, existe no solo un culto al Estado, sino al autoaritarismo y la censura.
Llama disonancia cognitiva al fenómeno que padecen muchos jóvenes que viven molestos con sus políticos, pero esperando todo de sus políticos.
Aclara que no es un fenómeno nuevo: en todas las épocas históricas es parte de la defensa de la libertad enfrentarse a críticas, amenazas e incluso persecución.
Mensaje a los defensores de la libertad
“Si alguien está pensando en ser un defensor de las libertades económicas y de las libertades individuales”, indica, debe invertir mucho en la inteligencia emocional, psiquis, autoestima, una red de apoyo, dotada de quienes proveen apoyo y que te quieran.
De los cubanos perseguidos por el régimen aprendió que el “mejor guardaespaldas son las redes sociales, que la gente sepa lo que está pasando”.
Concluye que aunque trata de tomar precauciones, no por eso va a doblegar su voluntad ni su pensamiento.