Jair Bolsonaro todavía no asumió la presidencia de Brasil y ya fue invitado a la cumbre del G20 que se realizará a fin de noviembre en Argentina. Por pedido del presidente actual, Michel Temer, sucesor tras la dimisión de Dilma Roussef, podría estar entre los mandatarios de las naciones industriales dos meses antes de ser presidente.
En caso de aceptar, sería su primer encuentro cara a cara con el presidente de los EE. UU., con quien se le ha comparado por la campaña de ambos. Por su lado, Donald Trump alegaba “primero los EE. UU.” y Bolsonaro “Brasil encima de todo”.
Asimismo, ambos líderes se enfrentaron a la adversidad de los medios y a la absoluta garantía de sus opositores que sería imposible que llegasen al poder, sin embargo sucedió.
El mismo lema que condujo su campaña es ahora la mayor preocupación por la tensión que pueda surgir con el país anfitrión, Argentina. Pues Bolsonaro dejó en claro que la alianza entre los países del Cono Sur, el Mercosur, no está entre sus prioridades.
Estamos dispostos a colaborar intensamente com o novo governo. Pedi a @jairbolsonaro que nos mandasse eventuais projetos que ainda estejam em aprovação na @camaradeputados e no @SenadoFederal sobre os quais haja interesse em aprová-los. pic.twitter.com/MkABIugWyA
— Michel Temer (@MichelTemer) November 7, 2018
Pues el futuro mandatario dejó en claro que todo tratado multilateral o bilateral que vulnere la soberanía de Brasil será anulado.
Esta decisión ha sido aplaudida por el presidente de Chile, nación que eligió conservar su autonomía al momento de pactar acuerdos.
De acuerdo a Sebastián Piñera, el plan económico de índole liberal que ha propuesto el equipo de Bolsonaro “es lo que Brasil necesita”.
En contraste, resaltó que “el socialismo del siglo XX fue un desastre y el socialismo del siglo XXI, el de (Hugo) Chávez, Cristina Fernández, (Rafael) Correa, (Raúl) Castro, también ha sido un desastre. Ha sido malo para la gente, y cuando la gente tiene la oportunidad lo rechaza y elige una opción de más libertad, como es lo que ha pasado en Colombia, Argentina, Brasil. Excepto cuando no puede, que es el caso de Cuba y Venezuela, que se aferran al poder”.
Aunque resaltó que no comparte muchas de las declaraciones que Bolsonaro hizo en su pasado, destaca que el continente tome un giro hacia la derecha en pos de libertades económicas y para reducir la presión fiscal ejercida por el Estado.
Si es que Bolsonaro acepta la invitación de Temer, tendrá la oportunidad de posicionarse ante los países más industrializados del mundo, como son los miembros del G20 y podrá empezar un camino de cooperación y así limpiar la reputación que con sus declaraciones del pasado le han puesto en la mira mundial como referente del fascismo.
Dado que el fascismo es, por definición, la presencia del Estado en todos los aspectos de la vida de los ciudadanos y como tal la negación de la libre empresa, abrirse a los mercados mundiales podría redimir este estigma.
No obstante, hay quienes han sido inmunes a la crítica, como el consejero de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, que dijo que Bolsonaro, al igual que presidente de Colombia, Ivan Duque, son “líderes con ideas afines en países clave”.
Quedan poco más de dos semanas para el evento que le dará a Bolsonaro, primero, el reconocimiento del gobierno actual y luego la oportunidad de destacarse a nivel mundial, dos meses antes de ser presidente.