Al menos una decena de muertos y medio centenar de heridos ha dejado el atentado terrorista perpetrado con carro bomba en la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, al sur de la ciudad de Bogotá (Colombia), la mañana del 17 de enero.
Todavía no se sabe quiénes fueron los autores y cuál fue el motivo. Sin embargo, referentes de la izquierda colombiana, entre ellos el excandidato presidencial y exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien fue guerrillero del M-19, anunciaron saberlo. Varios alegan que fue un complot para desestimar los acuerdos de paz con la guerrilla.
Aunque la mayoría de las víctimas fatales y heridos han sido varones, Petro sostiene que fue un “atentado contra la mujer”, como si el sexo femenino fuese un todo y este estaba bajo ataque.
Es aberrante el atentado a la policía, un atentado contra la mujer y contra el país. Nos devolvimos a algo que debimos abandonar como sociedad: la violencia y el odio. Honor a las personas muertas y sus familias
— Gustavo Petro (@petrogustavo) January 17, 2019
Dado que la explosión sucedió cerca de los dormitorios de mujeres, el político aprovechó el hecho que la muerte femenina genera no solo mayor sensibilidad social sino más rating a nivel mediático.
Dicho fenómeno se acrecenta más en un país como Colombia, donde el servicio militar es obligatorio para varones y existe una guerra civil activa hace décadas en la que la mayoría de las bajas han sido hombres.
En palabras del psicólogo Warren Farrell, “cuando tu supervivencia depende del sacrificio de otro, te vuelves inmune a su dolor”. El experto se refiere a la desechabilidad masculina y cómo está naturalizado en el colectivo que el hombre se sacrifique para la supervivencia de la mujer – y por extensión, de la sociedad.
Acorde pasan las horas, se confirman los decesos de una targedia que trasciende la frontera, pues una de las víctimas fatales era de nacionalidad ecuatoriana, Erika Chicó, mientras que otra cadete, Carolina Chanango, se encuentra herida.
En este contexto, el presidente ecuatoriano Lenín Moreno expresó a través de la Cancillería su compromiso en la lucha contra el terrorismo. En los últimos meses, la nación vecina ha lamentado el asesinato de tres periodistas, dos civiles y múltiples muertes, ataques y mutilaciones a miembros de las Fuerzas Armadas como producto de atentados terroristas. El gesto se refuerza con la visita del vicepresidente de la nación, junto a familiares de la víctima fatal, a efectos de proveer ayuda a los demás compatriotas heridos.
Asimismo, será testigo del proceso de investigación para determinar la causa del atentado.
Según las versiones preliminares de la Policía, un hombre “aceleró el vehículo y lo estrelló contra una pared”. Inmediatamente, hubo una explosión. El conductor murió en el acto. Al momento, se ignora si el explosivo fue detonado de manera remota o dentro del propio automotor.
Sin embargo, referentes de izquierda, como el guerrillero convertido en parlamentario (por el partido cuyas siglas son iguales al grupo terrorista FARC, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común) José Lascarro, bajo el alias “Pastor Lascarro”, sostienen que el atentado fue perpetrado contra los acuerdos de paz y con el fin de continuar la guerra.
Atentado en la Escuela General Santander es una provocación contra la salida política al conflicto. Busca cerrar posibilidades de acuerdo con el ELN, deslegitimar las movilizaciones sociales y favorecer a sectores guerreristas. Nuestra solidaridad con familiares de policías
— Pastor Alape Lascarro (@AlapePastorFARC) January 17, 2019
Aunque ahora goza de inmunidad parlamentaria, dicho legislador tiene en su contra al menos 10 órdenes de captura por terrorismo, secuestro y rebelión; además de una recompensa de 2,5 millones de dólares emitida por el gobierno de Estados Unidos por su participación en narcotráfico, fuente principal de ingresos, junto al secuestro, de la guerrilla.
Lascarro, que hoy acusa de provocación para irrumpir la paz, estuvo los últimos 10 años a cargo del Bloque Magdalena Medio de las FARC, y fue hallado culpable de múltiples ataques contra el ejército.
Antes de asumir su cargo como parlamentario en 2017, la zona que controlaba estaba debilitada. Murieron alrededor de 15 guerrilleros y fueron capturados varios más durante una ofensiva del ejército, entre ellos alias Deisy, su sobrina y una de sus principales colaboradoras.
Además, fue el tercero en jerarquía entre quienes negociaron los acuerdos de paz en La Habana, Cuba, sede de la dictadura más longeva del continente, que ha servido a la guerrilla como modelo filosófico y también como proveedor logístico.
Ahora, quien estuvo a cargo de un bloque guerrillero que le costó la vida a incontables colombianos de ambos lados del conflicto, acusa, sin saber quién fue el autor, a “sectores guerreristas” de haber cometido el atentado que mató a una decena de oficiales de la misma fuerza que él y sus aliados combatieron.