“El colonialismo básicamente consiste en control político, militar y cultural, gobierno títere y una economía extractiva”, detalla el exguerrillero salvadoreño y ahora experto en resolución de conflictos, Joaquín Villalobos.
Sostiene que mientras Venezuela padece una crisis humanitaria, tiene carácter prioritario alimentar a la fuerza colonial. Por medio de una “economía extractivista”, Cuba obtiene hasta 100.000 barriles de petróleo al día.
Se estima que en los últimos 15 años el valor recibido por Cuba suma 35.000 millones de dólares.
Mientras Venezuela ha sufrido momentos en los cuales no puede abastecerse a sí misma y ha recurrido nada menos que a importar combustible de su supuesto peor enemigo, los EE. UU., Maduro entrega el 80% del petróleo destinado a la cooperación a Cuba y el 15% a Nicaragua.
Así, las necesidades de los venezolanos quedan en segundo plano en comparación con la fuerza imperial dirigida desde La Habana.
A través de una columna de opinión titulada “Cuba go home“, Villalobos toma el mismo lenguaje empleado por la ideología que impulsó su lucha en la década de los 80s y lo aplica a la actualidad, alegando que “la maldad cambió de bando”.
Pues todo lo que alguna vez se le adjudicaba al intervencionismo y por tanto imperalismo de EE. UU. y el Reino Unido hoy lo protagoniza Cuba.
Que doloroso es ver a Joaquín Villalobos, ex-comandante del FMLN de El Salvador, apoyar una intervención gringa en Venezuela. El dijo “una intervención sería contundente, rápida, exitosa y ampliamente celebrada por millones de venezolanos y latinoamericanos”. Que pena y vergüenza pic.twitter.com/KHO92maAKl
— Euri Cabral (@euri_cabral) February 22, 2019
Villalobos ha sido duramente criticado Villalobos por sus coidearios, más por su pasado como comandante de la guerrilla del FMLN.
“Fidel Castro, instrumentando a Chávez, logró conquistar Venezuela”, indica Villalobos. Ya que “definió el modelo de gobierno; alineó al país ideológicamente con el socialismo del siglo XXI; reorganizó, entrenó y definió la doctrina de las Fuerzas Armadas; asumió el control de los organismos de inteligencia y seguridad; envió cientos de miles de militares, maestros y médicos para consolidar su dominio político; estableció la Alianza Bolivariana de los pueblos de América (ALBA) para la defensa geopolítica de su colonia”, exclama.
Agrega que es tal el poder e influencia sobre Venezuela que fue Castro quien escogió a Maduro como el títere sucesor de Chávez.
La intervención es de Cuba no de EEUU
“No hace sentido defender a Maduro por una intervención hipotética de Estados Unidos cuando Venezuela es un país intervenido por Cuba”, recalca Villalobos.
“Le guste o no a la “izquierda” en Venezuela, hay una lucha de liberación nacional y el dilema no es escoger entre Nicolás Maduro o Donald Trump, sino entre dictadura o democracia. Frente a esta realidad, no alinearse con la democracia es alinearse con la dictadura”, agrega.
Plantea que el abrumador rechazo a Maduro lograría que en caso de haber una intervención militar por parte de EE. UU. no habría guerra civil ni un derramamiento de sangre masivo, al estilo Vietnam, si no que sería más parecido a lo que fue Panamá en 1989 o Serbia en 1999, con la diferencia que la tecnología actual permitiría más precisión, rapidez y por tanto efectividad.
Así, el guerrillero que levantó el fusil en nombre de la izquierda, explica que en el caso venezolano “una intervención sería contundente, rápida, exitosa y ampliamente celebrada por millones de venezolanos y latinoamericanos”.
No porque apoya una salida militar, sino porque enfrenta una realidad política.
Concluye que si el verdadero deseo es evitar una intervención y resolver la crisis políticamente,”lo correcto no es enfrentar a Trump, sino exigir que Cuba saque sus manos de Venezuela”.
Pues el Gobierno de La Habana que dice luchar contra el colonialismo, intervencionismo e imperialismo, hoy ejerce las tres formas de gobierno.