
El domingo 24 de febrero los cubanos podrán votar en un referendo que establecerá la nueva Constitución que propone la Asamblea Nacional del Poder Popular, que opera como el parlamento cubano y está integrada únicamente por miembros del Partido Comunista cubano.
Así, desde la base, el texto no incorpora otra voz que no sea la oficial.
Los ciudadanos cubanos podrán votar por el “sí” para aprobar la nueva Constitución o por el “no” para que se mantenga en pie la Constitución emitida en 1976 por el mismo Gobierno que sigue en el poder hace 60 años.
#AlberticoPujol llama a votar No y califica la nueva Constitución como “tajantemente devastadora” El #24Feb 🗳 #VotaNO ❌ #YoVotoNo ✅ #SomosCambio 🇨🇺️ @IdaysiCapote @PardoYaima @Liusantiesteban @zoevaldes @eduardomesaval @RosaMariaPaya @CastilloWendis @FelixLlerenaCUB pic.twitter.com/jXYcvFUm5V
— Observatorio Cubano de Derechos Humanos (@observacuba) February 20, 2019
De modo que existe una campaña masiva para la abstención por parte de quienes no reconocen un proceso electoral que propone la alternativa de mantener la Constitución proclamada bajo una dictadura o la que plantea el mismo Gobierno y la cual le dará más poder.
Quien se oponga al socialismo será perseguido y castigado
La nueva Constitución llama abiertamente a la violencia contra quien se oponga al proyecto socialista. Por ejemplo, el artículo 3 establece que “los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución”.
Dicho orden es nada menos que el socialismo y es denominado en la Constitución como irrevocable. Lo cual implica que quien se oponga a este sistema podrá ser atacado por la fuerza y su mera disidencia califica como traición a la patria: “el más grave de los crímenes” y “quien la comete está sujeto a las más severas sanciones”, explícito también en el Artículo 3 de la Constitución.
Asimismo, el artículo 5 determina que “el Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”.
De esta manera no solo profundiza el sistema de partido único, sino que lo instaura por medio de una contradicción lógica, pues habla de democracia mientras afirma que no habrá pluralidad.
Aunque el voto no es de carácter obligatorio, las autoridades estiman que al menos 8 millones de cubanos particparán de este proceso.
La fecha del voto tiene un fin histórico e ideológico. El 24 de febrero conmemora el Grito de Baire que sucedió en 1895, y que dio inicio a la segunda guerra de Independencia contra España.
En la localidad de Baire, en el oriente del país, hubo un alzamiento icónico que dio nombre a la gesta. Durante este proceso, hace 124 años, cuenta la historia que una orden de alzamiento firmada por José Martí fue transportado dentro de un tabaco enviado al general Juan Gualberto Gómez para detonar el último conflicto bélico del siglo en la Isla.
Por medio de la adopción de la fecha, las autoridades cubanas buscan equiparar el proceso de independencia del poder colonial a la profundización de la revolución socialista en la isla. Con un agregado de heroicidad, buscan avivar el fervor patriótico.
Entre agosto y noviembre del 2018 comenzó la primera etapa de la nueva Constitución con la reescritura que resultó de la consulta popular, donde participaron poco más de la mitad de los habitantes de la isla, más de siete millones de personas para complementar el texto redactado y aprobado por los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Luego de la consulta popular, se cambió el 60 % del contenido original. Lo que se vota el domingo 24 de febrero es el documento final emitido el 22 de diciembre por el Parlamento cubano.
Ya hubo un ensayo del referendo, una prueba dinámica, el 17 de febrero del año en curso donde participaron más de 25.000 colegios electorales del país.
Solo se puede votar en Cuba
Ese 17 de febrero votaron los cubanos que trabajan fuera de la isla, tanto en misiones oficiales como colaborativas, médicas, etc., votaron desde las sedes diplomáticas de Cuba en el exterior.
Para los civiles, en cambio, a diferencia de la Consulta Popular, donde los residentes en el extranjero (que cumplan requisitos como tener el pasaporte cubano, el más costoso del mundo, que supera los USD $400), en esta oportunidad solo podrán votar quienes habitan en la isla.
En caso de residir en el exterior, es necesario contar con una residencia legal en Cuba y viajar hasta la isla para votar.
A las 7:00 a. m. del domingo 24 de febrero se dará inicio al voto que durará 12 horas en cada localidad, lo que suma un total de 25.000 colegios electorales, según informa Prensa Latina.
Más de 225.000 personas se desempeñarán como autoridades de mesa, en su mayoría con experiencia en votaciones previas, de acuerdo con lo dispuesto por la Comisión Electoral.
Hasta el momento, al menos 130 personas están en huelga de hambre como protesta pacífica contra los allanamientos, detenciones arbitrarias, arrestos y torturas sufridas por quienes lideran la campaña del “no”.
Esto pone en duda el carácter democrático de un referendo que silencia a quien se opone y legitima la persecución política.