En Cuba hay escasez, tanto que el régimen les prohibió a los funcionarios hablar de ello para no sembrar el terror y sanciona a quien tenga más de la ración reglamentaria. En severo contraste, por primera vez, La Habana se sumó a la lista de ciudades que celebran la Cena Blanca que cuesta 1 000 dólares por invitado.
Le Dîner en Blanc es un evento internacional que comenzó en París, como sugiere su nombre francés. El fundador François Pasquier desarrolló el concepto como un picnic “secreto”.
El evento tiene tres reglas: solo pueden asistir invitados, la consigna es que cada cual traiga su propia comida y vaya vestido de blanco. Eso y una suma de 1 000 dólares.
“Es un evento destinado a reunir amigos, no tiene ningún mensaje específico”, dijo Pasquier de la fiesta, según Martí Noticias de Miami. “Los invitados vienen a traer su propio mensaje y compartir un momento de amistad”, agregó.
No se trató de un evento aislado, sino que contó con el aval del mismísimo creador. Su hijo, Aymeric Pasquier, asistió a la fiesta en La Habana.
Join us on Saturday April 6th, 2019 y beautiful and historic Havana to make history with the first Diner en Blanc -…
Posted by Dîner en Blanc – Havana on Wednesday, January 16, 2019
El evento ha tenido lugar en más de 80 ciudades de todo el mundo, pero en Cuba ha sido distinto. En vista que no hay comida en las calles, parte de la visita guiada a la isla incluye conseguir los alimentos para los invitados y transpostarlos al hotel
Nada de lo que sucede en Cuba pasa sin el aval del régimen, en particular la industria del turismo que es manejada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
De modo que mientras a un cubano se le sanciona con una multa superior a dos sueldos promedios por tener más huevos que los que aparece en su libreta de racionamiento, el mismo régimen provee cantidades exorbitantes para turistas que gastan en una noche más de lo que gana un cubano en un año.
Ante lo cual, el régimen comunista enfrenta acusaciones crecientes de cortejar a turistas extranjeros para enriquecer a su élite a costa de la mayoría empobrecida.
“La cena exhibió vestimenta extravagante, máscaras y sombreros con plumas, animada por una orquesta y más de 500 juerguistas, el 80 por ciento de ellos estadounidenses, el resto de otros países y algunos cubanos”, según informa La Agence France-Presse (AFP) que llamó a la celebración en La Habana “ostentosa”.
La AFP comunicaron con los asistentes y uno de ellos, de EE. UU., llamó al evento una muestra de “unidad”. “Es hermoso, es un mar de colores, un mar de nacionalidades, y se reúne aquí en Cuba”, dijo Kay Barnes, oriunda del cercano estado de Florida.
“Qué maravilloso símbolo de la unidad… Vestirse de blanco, el ambiente, el champán, los destellos, me encanta”, afirmó.
Dado que por décadas ha habido tensión entre los gobiernos de ambos países, no fue hasta que el Gobierno de Obama llegó a un acuerdo con el régimen de los Castro que los turistas de EE. UU. empezaron a llegar.
Pero esa unidad que menciona en realidad separa a cualquier turista de la realidad cubana, pues no podría ni soñar con esa abundancia ningún cubano que no esté vinculado al régimen. Sin embargo, según el creador del evento, el color blanco de la fiesta es un símbolo de igualdad.
En Cuba lo que impera es el color rojo del partido comunista que exige una economía planificada, donde el régimen restringe el acceso de los ciudadanos mientras facilita al turista lujos con los que no podrían ni soñar. Por ello, en contraste, quienes lideran la resistencia no violenta en Cuba también elevan el color blanco.
Las más representativas son las Damas de Blanco, un grupo formado por esposas, madres, hijas y otros familiares de presos políticos que visten de blanco y asisten a misa católica los domingos para abogar por los derechos humanos y la liberación de los presos políticos.
No obstante, no se les permitiría —mucho menos financiaría— la asistencia los disidentes políticos a eventos como el Dîner en Blanc.
En Cuba | Prohibido decir ‘Período Especial’: https://t.co/8CsNmms0qr vía @14ymedio
— Sócrates Ramírez (@RamirezHoffman) April 10, 2019
De hecho, un trabajador de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria en Pinar del Río, informó a 14ymedio que “Reunieron a los cuadros administrativos para comentar que vienen momentos muy difíciles. Fue un encuentro con directivos del Minal que vinieron de La Habana en el que puntualizaron que no podíamos usar en las comunicaciones con la población la frase período especial“.
Es decir que la escasez de alimentos es tal que se debe controlar qué se dice y cómo se dice para evitar el pánico en las calles, mientras que en la misma isla hubo alimento suficiente para cobrar semejantes cantidades.
Y es que la crisis que vive Venezuela, que por años ha abastecido a Cuba, es equivalente a la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que hasta su implosión abasteció a Cuba.
Ahora hay filas de una hora entera para acceder a productos básicos como huevos y pan, mientras la industria del turismo, a cargo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, ofrece 1 000 dólares en comida a los turistas y los transporta a su hotel.
“Nunca soy el primero. Para entonces, usualmente hay cinco o seis personas antes que yo. También aprovecho la oportunidad para establecer un lugar en la línea de panadería, ya que el pan blando que les gusta a mis nietos sale a las 5:30 a. m.”, explicó Lázaro al Diario Las Américas, un cubano que empieza la fila a las 2:00 de la mañana. “A veces hacemos fila sin motivo, porque no entra nada”, lamentó.
Explicó, además, que desayuna un elemento básico de pobreza en Cuba desde hace mucho tiempo: café mezclado con guisantes molidos de bajo costo.
Por último, Cubanet informa que ya hay restaurantes que dejaron de abrir ante la falta de comida.
O sea que la “unidad” que provino tras la alianza con cubana, lo que produjo fue una nueva fuente de ingreso para el régimen —por medio del turismo—, del que no se benefician los cubanos.