Desde Londres, el secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, declaró que “ningún líder de un país democrático puede respaldar al régimen asesino del dictador Maduro”, cuando le preguntaron sobre el respaldo del partido laborista británico al régimen venezolano.
Y es que Jeremy Corbyn, líder del partido de oposición, no solo se tomó fotos abrazado de Hugo Chávez, cuya muerte lamentó como “este es el día que no queríamos ver”, sino que se rehúsa a denunciar los abusos por parte de la dictadura de Maduro.
Al menos 128 manifestantes perdieron la vida como consecuencias de la represión por parte de las fuerzas de seguridad y “colectivos” fieles al régimen en el 2017, y más de 57 han sido asesinados en lo que va corrido de 2019.
Sin embargo, cuando le preguntaron a Jeremy Corbyn si condenaba las acciones de Maduro, su respuesta fue: “Lo que condeno es la violencia que se ha cometido por cualquier lado, por todos los bandos, en todo esto. La violencia no va a resolver nada”, evitando así hacer responder de frente la pregunta formulada.
“El problema en Venezuela es que las partes estructurales no han hecho lo suficiente para diversificar la economía, lejos del petróleo —que tiene que ser una prioridad para el futuro—”, asegura, exculpando, de esta forma, de la crisis, al socialismo instaurado en Venezuela.
Pasa por alto que la economía, gracias al sistema socialista que él pregona, promueve la centralización y consigo que los bienes de producción estén en manos del Estado.
Así, la política económica de Maduro, está alineada con lo que él y su ideología fomentan y es la escasez que produce la que lleva a los venezolanos a la calle, a buscar alimento en las bolsas de basura y a escapar del país. Esto debido a que dicho modelo ha hecho que la pobreza en Venezuela llegue al 80 %, tanto que el venezolano promedio bajó 11,4 kilogramos y más del 60 % de los padres de familia comen dos veces al día para que sus hijos puedan comer tres.
Por eso es que Pompeo considera “repugnante” el respaldo de algunos líderes políticos a Maduro, pues este representa la represión, la pobreza, la violencia y la muerte.
Fantastic speech by @SecPompeo at @CPSThinkTank this afternoon in London – touching on many aspects of the #specialrelationship.
Watch back here: https://t.co/MOdx5H0VMw
— U.S. Embassy London (@USAinUK) May 8, 2019
Esta repulsión aplicaría a varios líderes mundiales, incluso en Hispanoamérica, dado que la guerrilla de las FARC ahora es un partido político con las mismas siglas. En la vecina Colombia Maduro tiene apoyo entre los guerrilleros devenidos legisladores, al igual que de la exparlamentaria Piedad Córdoba y de forma menos frontal el excandidato presidencial y exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro.
Asimismo el hijo del presidente de Uruguay, Tabaré Vásquez, es quien se encarga de la seguridad informática de Maduro y sus aliados. Y el Gobierno de este país también ha hecho todo lo posible por darle más aire a la dictadura venezolana.
Tanto que cuando se formó el Grupo de Lima, la alianza de líderes latinoamericanos que buscaban enfrentar la crisis en Venezuela de forma pacífica, fue Uruguay, junto a México, quién buscaba el diálogo con Maduro.
En el caso de México, el partido de Gobierno, Morena, usa el modelo socialista bolivariano como ejemplo, al igual que el cubano. Y el actual presidente sigue reconociendo a Maduro como presidente de Venezuela.
También en EE. UU., líderes demócratas buscan culpar a la administración de Donald Trump de la crisis venezolana, acusando que las sanciones económicas contra políticos vinculados al narcotráfico y el terrorismo condujeron al hambre y a la violencia, cuando la realidad es que las sanciones no afectan a la sociedad civil, sino a sus empobrecedores.
Mientras tanto, el Gobierno de EE. UU., al que el Reino Unido, sede de la rueda de prensa conjunta con el ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, se suman a más de medio centenar de países que, amparados en la Constitución Venezoloana, no reconocen a Maduro como el presidente legítimo, sino a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional.
Como tal, Hunt citó la cifra establecida por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados que estima que al menos tres millones de venezolanos se han exiliado para resaltar el impacto social que ha tenido alrededor de dos décadas de socialismo en Venezuela.
Ministro de Interiores británico advirtió sobre qué pasa cuando se implementa el socialismo
Con la economía a cargo de Maduro, relata Hunt que “el Producto Interior Bruto (PIB) ha bajado un 40 % en los últimos cuatro años y la gente no puede acceder a medicinas básicas”.
“Que la gente saque sus propias conclusiones sobre cómo serán sus planes para el Reino Unido”, dijo respecto al portavoz de economía laborista, John McDonell, que promueve el socialismo.
Una vez que EE. UU. anunció las sanciones económicas que impedirían acceso a fondos al Ejército fiel a Maduro, tras el reconocimiento del Gobierno de Guaidó, el Reino Unido fue el primer país que retuvo fondos, pues Maduro intentó remover más de 1 200 millones de dólares en oro de las reservas en el Banco de Inglaterra.
La colaboración de ambas naciones quedó evidenciada, al igual que durante la reunión entre Hunt y Pompeo, con la visita del presidente Trump prevista para el próximo mes, donde los líderes de las dos potencias podrían reafirmar su rechazo contra la dictadura de Maduro y endurecer las sanciones contra el círculo que sostiene a Maduro.