Comúnmente se defiende el aborto argumentando que las mujeres deben tener soberanía sobre sus cuerpos y que los hombres en el poder las quieren someter. Esta falsa dicotomía ignora la enorme presencia de mujeres provida como la fuerza motriz de la causa.
Una mujer (parlamentaria) -Terri Collins- presentó la legislación más restrictiva contra el aborto, la “Ley de Protección de la Vida Humana de Alabama” o HB 314, incluyendo casos de violación e incesto, y fue otra mujer, la gobernadora del estado de Alabama, Kay Ivey, quien aprobó como la ley.
“Para los muchos partidarios del proyecto de ley, esta legislación es un poderoso testimonio de la creencia que todos los habitantes de Alabama tienen de que cada vida es preciosa y de que cada vida es un don sagrado de Dios”, dijo el gobernador Kay Ivey tras volver el proyecto ley con su firma.
Desde una perspectiva constitucionalista, más allá de la religión, en inglés se usa el término “God-given rights (derechos otorgados por Dios)”, para referirse a ley natural, los derechos que el Estado no da ni -en teoría- es capaz de quitar: vida, propiedad y libertad.
Lo que hace esta ley es garantizarlo y consigo mantener un sistema de justicia donde la muerte es un castigo para el culpable, no para el inocente; como es quien aún no ha nacido.
La ley no persigue a las mujeres que abortan, les considera víctimas, castiga a los médicos
La ley reconoce a las mujeres como víctimas del aborto y “no se considerará penalmente culpable o civilmente responsable”.
Sin embargo, según informa el sitio Town Hall, los medios masivos buscan antagonizar la ley declarándola contra las mujeres, ignorando primero que no las persigue y segundo que fueron mujeres quienes la hicieron posible.
Además, la ley reconoce dos excepciones, “para prevenir un riesgo grave para la salud de la madre o del niño por nacer”
Para los medios masivos, fueron “hombres blancos” quienes promulgaron la ley
Pero los medios masivos resaltan que fueron 25 hombres los responsables y resaltan su raza blanca, para generar un clima de división social y jerarquía de la misma. Como si fuesen “los hombres”, un todo, que busca controlar el cuerpo de “las mujeres”.
En primer lugar, niegan la individualidad de las mujeres, imponiendo un pensamiento único, donde los genitales de las personas determinan sus valores.
En segundo lugar, enfrenta a los hombres que defienden la vida desde la concepción en supuesta enemistad con las mujeres y sitúa como “aliados” a aquellos que estén de acuerdo con que pueda abortar a sus hijos.
Por ejemplo, la periodista de CBS Danielle Garran, publicó que “veinticinco miembros del Senado del Estado de Alabama votaron a favor de aprobar el proyecto de ley de aborto más restrictivo de la nación el martes”, y aclaró que “cada uno de ellos era un hombre blanco“.
Mientras que la reportera de The Guardian, Erin Durkin junto al editor Max Benwell destacaron que la nueva ley “fue aprobada por este grupo de políticos exclusivamente hombres blancos”.
“El proyecto de ley fue aprobado gracias a los votos de un grupo de senadores republicanos, exclusivamente hombres de raza blanca”, dijo el periodista David Gilbert de Vice, entre otros.
De hecho, al ser género neutro la palabra gobernador en inglés, varios canales se remitieron a los senadores que aprobaron la ley, sin aludir al sexo de la gobernadora que lo firmó; así no quebraban su narrativa sexista.
51% de los votantes provida son mujeres
Tomando en cuenta las cifras, la polarización entre hombres y mujeres queda desmontada como falsa.
Según los datos del Centro de Investigación Pew, el 58% de los adultos de Alabama querían el ilegalizar el aborto, de los cuales 49% son hombres y 51% mujeres. Es decir, hay más mujeres en contra que varones.
Acorde avanza legislación promulgada por el partido demócrata para legalizar el aborto hasta el nacimiento, más crece el rechazo a nivel nacional y la exigencia de más restricciones.
De acuerdo a una encuesta de agosto del 2018, 72 % de las mujeres jóvenes están a favor de las restricciones al aborto.
En enero, una encuesta marista demostró que el 75 por ciento de los estadounidenses, incluidas las mujeres, considera que el aborto debería limitarse a los primeros tres meses de embarazo.
Son mujeres las principales referentes provida
A nivel nacional el el movimiento pro-vida está liderado por mujeres: Jeanne Mancini de la Marcha por la Vida, Marjorie Dannenfelser de Susan B. Anthony List, Lila Rose de Live Action, Abby Johnson de And Then Were None, Kristan Hawkins de Students for Life, Catherine Glenn Foster de Americans United for Life, entre otras.
El testimonio de Abby Johnson es uno que expone cómo el aborto es posible gracias al desconocimiento. Ella fue directora de una clínica proveedora de abortos, Planned Parenthood, hasta que vio en qué consiste el procedimiento; fue testigo de cómo un feto se resistía.
Ahora su historia se convirtió en película, Unplanned, que ya ha sido prohibida en Canadá; país donde se aborta 1 de cada 4 embarazos sin restricciones.
Y es de la mano de una mujer, la misma legisladora que llevó adelante el proyecto de ley en Alabama, que referentes provida buscan llegar hasta la Corte Suprema para revocar el fallo Roe versus Wade que legalizó el aborto en 1973, utilizando una falsa denuncia de violación.
Lo que no dicen los medios y activistas que buscan polarizar el debate es que el aborto fue legalizado en EE. UU. por jueces varones y la mayoría eran blancos.
Ahora, así como hubo una mayoría de varones en el senado de Alabama aprobando la ley más restrictiva en relación al aborto, fue una mujer quién lo volvió ley, gracias a que otra presentó el proyecto ante el parlamento.