En Rumania, bajo la dictadura de la desaparecida Unión Soviética, múltiples sacerdotes católicos murieron encarcelados a raíz del maltrato sufrido por profesar su fe. Es por esto que el papa Francisco I decidió beatificar a siete de ellos como mártires y reconoció que la ideología que los encarceló rechazaba la libertad. Pero habló en tiempo pasado de la ideología que en la actualidad llegó a comparar con el cristianismo y a cuyos líderes no ha cuestionado por la persecución a los fieles.
“Los nuevos beatos sufrieron y dieron su vida, oponiéndose a un sistema ideológico que rechazaba la libertad y coartaba los derechos fundamentales de la persona humana. En aquel periodo triste, la vida de la comunidad católica fue sometida a una dura prueba por un régimen dictatorial y ateo”, dijo el papa en Rumania.
Homenaje a los mártires
El primer domingo de junio del 2019 el papa celebró la misa en el mismo lugar donde el 15 de mayo de 1948 el régimen comunista empezó la persecución religiosa. En el “Campo de la libertad” de Blaj, Transilivania, se les exigió a los sacerdotes incorporarse al Estado o terminar presos y/o exiliados.
Aunque los ortodoxos aceptaron, apenas 38 católicos de los 1 600 sacerdotes se fusionaron con el Estado. Quienes optaron por quedarse fueron desnudados de su ropa y sus nombres, y pasaron a ser un número sujeto a la crudeza del frío y obligados a caminar hasta el cansancio para no morir congelados. Finalmente, incontables murieron por las infecciones de las heridas y enfermedades contraídas en prisión.
Con la caída del Muro de Berlín y el Telón de Acero se presentó un levantamiento popular que resultó en el fusilamiento del dictador Nicolae Ceaușescu y su esposa, solo así terminó el martirio de los rumanos.
Pero el socialismo internacionalista sigue en pie y consigo la persecución a los católicos que el papa Francisco no ha sido capaz de condenar.
Persecución católica en Nicaragua
En abril de este año, por ejemplo, el papa Francisco I tuvo que llevar al Vaticano al obispo auxiliar de Managua, dadas las amenazas contra su vida. Desde el púlpito y redes sociales se volvió un referente de la resistencia contra Daniel Ortega en Nicaragua, cuyo régimen dispara contra iglesias por albergar a los manifestantes de las marchas contra la tiranía.
El obispo Silvio Báez declaró públicamente que se iba contra su voluntad. Francisco I no hizo declaración alguna contra el régimen, ni siquiera por atentar contra la vida de uno de los suyos, quien anteriormente había sido brutalmente golpeado.
Asediado por una turba enardecida que quería ingresar a la Basílica San Sebastián en Diriamba, fui herido, golpeado en el estómago, me arrebataron las insignias episcopales y agredido verbalmente. Estoy bien gracias a Dios. Se liberó la basílica y a quienes allí estaban. pic.twitter.com/9qTgugBjic
— Silvio José Báez (@silviojbaez) July 9, 2018
La catedral de la capital del país se volvió un faro de la resistencia y también un refugio para los estudiantes heridos por las balas.
Al menos 594 nicaragüenses han sido asesinados (según organizaciones de DD. HH., el régimen reconoce apenas 199) por las fuerzas de seguridad y paramilitares al servicio del régimen, entre estos, agentes cubanos denunciados por fusilar a los manifestantes y tallar mensajes en el cuerpo de opositores a modo de amenaza.
En Venezuela no hay ni hostias para la eucaristía
En Venezuela, según cifras oficiales, en 2017 murieron 4 998 personas a manos de las fuerzas de seguridad del Estado. Es decir, unas 14 personas al día.
A la Iglesia católica se le ha impedido llegar a enfermos y heridos. Esto quedó en evidencia cuando hubo una serie de apagones eléctricos. El obispo auxiliar de Caracas, Tulio Ramírez, celebró la “misa de las batas blancas”, donde médicos pidieron fuerza y sabiduría para cuidar a los pacientes en medio de condiciones insalubres. En esos días los hospitales estaban vigilados por el “escuadrón de la muerte” y al padre le negaron el acceso al hospital, incluso para dar la extrema unción a los pacientes moribundos.
Médicos en las puertas del Hospital JM de los Ríos, ayer #10Mar. Defendían los derechos de pacientes, madres y doctores. El obispo auxiliar de Caracas Tulio Ramírez bendijo a todos. "Incluso a los colectivos", cuenta la doctora @correa_ch. Este es un video compartido por ella. pic.twitter.com/u6yZnSRrVC
— Indira Rojas (@indirojas) March 11, 2019
Un año antes, monseñor Ramírez fue denunciado por “incitación del odio”, dadas sus prédicas contestarias contra el régimen. “El ayuno ya lo estamos viviendo”, anunció durante la homilía que precede a la Cuaresma, donde se llama al ayuno, pues en Venezuela ni siquiera hay trigo para fabricar las hostias de la eucaristía.
No solo en tribunales, también por medio de interrogatorios en vehículos de inteligencia han sido intimidados los sacerdotes venezolanos que cuestionan al régimen.
“Aquí tiene usted mis manos, y si lo quiere, colóqueme las esposas y lléveme preso, pero yo como sacerdote y como obispo no voy a dejar de denunciar los sufrimientos de mi pueblo”, le dijo el arzobispo de Barquisimeto, monseñor Antonio López Castillo, a un funcionario del Sebin, antes de ser interrogado en el interior de uno de los vehículos de inteligencia del régimen.
Cuando en Venezuela los chavistas convirtieron la oración del Padre Nuestro en el Chávez Nuestro, nada dijo Francisco I. Pues bajo el socialismo, muy ajeno a las Escrituras, no solo no se adora a Dios, sino que se rinde culto al partido, a la revolución y al líder.
Esto va en severa contradicción a lo dicho por el papa cuando instó a los fieles a “no dialogar con el diablo”. En la homilía de Cuaresma del 2019, Francisco citó las tentaciones a las que fue sometido Jesús. Una de ellas es “instrumentalizar a Dios para obtener ventajas”.
Aunque el régimen instrumentalizó la palabra de Dios para obtener ventaja política, el papa no lo criticó. En su lugar, invitó al diálogo entre el régimen y la oposición, pese a que la dictadura de Maduro se burló de los venezolanos en cada uno de los diálogos que realizaba con la oposición.
Desde la revolución comunista, los católicos han sido encarcelados en Cuba
Donde hay comunismo, hay persecución religiosa. No es casualidad que en Cuba, hasta la caída de la Unión Soviética, suceso que permitió la visita del papa Juan Pablo II a la isla, era prohibido que los católicos pertenecieran al Partido Comunista, tampoco era posible festejar la Navidad y, al igual que los homosexuales, en los primeros años de la revolución comunista los católicos estaban internados en Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP).
El Che Guevara afirmó que “el trabajo os hará hombres”, alegando que tanto católicos como homosexuales no eran aptos para la revolución armada. Pues los unos no reconocían al Gobierno como ente supremo y en los otros primaban el placer sobre el deber.
La persecución en Cuba sigue. En el mes de la Navidad, el Adviento y la Ascensión de los cielos de María (8 de diciembre) alrededor de 200 cubanos católicos fueron detenidos yendo o saliendo de misa.
Misa de la Paz. Catedral de la Habana, 1ro de enero de 2018.
Después de 2 años sin poder asistir a esta celebración, Berta Soler, Líder de las Damas de Blanco, asistió a la Misa por la Paz en La Habana.#Cuba #DamasDeBlanco #Misa pic.twitter.com/l00lsBD72v— FNCA (@voiceofcanf) January 2, 2018
No obstante, el papa Francisco I guardó silencio y durante su visita a la isla no hizo mención alguna a la persecución. No se reunió con ningún miembro de la oposición, ni siquiera con las Damas de Blanco que van a misa antes de cada protesta para exigir la libertad de los presos políticos.
El papa Francisco se vendió a los comunistas, denuncia cardenal chino
Francisco I dijo ante la prensa italiana que “¡son los comunistas los que piensan como los cristianos!”, pese a que bajo dichos regímenes es donde más hambre, violencia e idolatría hay.
Esto se suma a lo afirmado por el obispo de Hong Kong, el cardenal Zen: “Francisco puede tener una simpatía natural por los comunistas porque para él ellos son los perseguidos. Él no los conoce como los perseguidores en que se convierten una vez en el poder, como los comunistas de China”. El cardenal respondió con un enfático “¡Sí!” cuando le preguntaron si el papa Francisco I se había vendido a los comunistas. Dado que el régimen comunista chino llegó a un acuerdo con Francisco I para que el Gobierno sea quien elija a obispos y sacerdotes.
Francisco I beatificó a los mártires rumanos por negarse a hacer lo que él mismo facilitó en China: fusionar la Iglesia con el Estado de modo que el segundo tiene el poder de decisión sobre lo que la iglesia haga en dicho país.
Sin embargo, en la reciente ceremonia en Rumania hubo un cambio rotundo en el discurso de Francisco I, que muchos han visto con escepticismo y otros con esperanza.
“Colonizaciones ideológicas que desprestigian el valor de la persona, de la vida, del matrimonio y la familia y dañan con propuestas alienantes, tan ateas como en el pasado, especialmente a nuestros jóvenes y niños dejándolos desprovistos de raíces desde donde crecer; y entonces todo se vuelve irrelevante si no sirve a los propios intereses inmediatos empujando a las personas a aprovecharse de otras y a tratarlas como meros objetos”, anunció.
Finalmente, el papa instó a luchar contra estas ideologías, dicho por el propio portal de noticias del Vaticano y por el papa; apelando al ejemplo de los mártires rumanos, desde la misericordia, no el odio.
Cabe resaltar que históricamente el Vaticano ha tenido una posición de enfrentamiento al socialismo en todas sus formas, incluso hay un decreto emitido contra el “comunismo ateo”. Así fue hasta que Francisco I ascendió al trono de San Pedro.
En enero de este año, el portal de noticias del Vaticano subió un homenaje a la revolución comunista en Cuba. Minutos después, fue eliminado, pero PanAm Post logró capturar las imágenes del texto.
Que se haya eliminado la publicación muestra que dentro de la Santa Sede hay quienes todavía se oponen a una ideología política y económica que combate la fe.
Ahora que Francisco I convive con clérigos perseguidos por regímenes comunistas, a quienes salvó de ser asesinados, como el obispo auxiliar de Managua, y que ha beatificado a quienes murieron por su fe, hay quienes esperan que el papa logre ver que el comunismo de ayer es el mismo que persigue a los fieles de hoy.
Paralelamente, hay quienes creen que todo esto se trata de una campaña de relaciones públicas, donde el papa busca limpiar su imagen. Otros especulan que simplemente, fiel al legado de los mártires, muestra misericordia en lugar de odio, y que por eso respalda a políticos presos dándoles rosarios y cartas, como hizo con Lula da Silva en Brasil y Milagros Sala en Argentina, ambos de ultraizquierda.
Dice el refrán que Dios obra en formas misteriosas, el papa también lo hace.