Por “falta de jeringas” no hay tomografías en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” (INNNMVS). Así informó el doctor Jesús Taboada Barajas, jefe del Departamento de Neuroimagen a los jefes de Servicio y subdirectores del Área Médica, a través de un comunicado.
A partir del recorte de presupuesto, el INNNMVS perdió más de $800 mil dólares (15 millones 543 mil 433 pesos). Así se consagra como una de las instituciones más castigadas por la gestión de AMLO.
Ya se redujo al 70% la operatividad del instituto desde el recorte del 44% en el sistema de salud pública aprobada por López Obrador. De los 948 procedimientos programados en el primer trimestre del año, 211 fueron cancelados.
“Presupuesto basado en resultados, cumplimiento de metas institucionales”, se titula el informe sobre la situación actual del sistema público. Indica que “el número de procedimientos terapéuticos fue menor debido a que se disminuyó el presupuesto para recursos humanos”.
La falta de presupuesto hizo necesario prescindir de los servicios vespertinos, que incluían procedimientos diagnósticos ambulatorios de alta especialidad. Por la tarde llegaba el personal con altas calificaciones técnicas que requería equipos con tecnología de punta.
Las declaraciones del INNNMVS no concuerdan con lo dicho por la Secretaría de Salud
Además de la falta de recursos humanos y materiales, hay una falla comunicacional entre las entidades del Estado y sus dependencias.
Por un lado, el INNNMVS indicó que “los servicios de tomografía con contraste funcionan de manera normal”. Mientras que la Secretaría de Salud, de la cual depende, alega que “los que estudios de tomografía contrastados fueron suspendidos sólo durante el lunes”.
Te informamos que los servicios de tomografía con contraste que se realizan en el @innnmvs funcionan de manera normal
— SALUD México (@SSalud_mx) June 12, 2019
Paralelamente el jefe del Departamento de Neuroimagen afirma que no había materiales básicos.
Estas inconsistencias, sumadas a la falta de medicamentos y los despidos masivos, provocaron semanas atrás la partida del director del Instituto Mexicano de Seguridad Social, Germán Martínez. En su renuncia declaró: «yo no voy a despedir a los doctores. La gente se va a morir en las calles».
Tanto los despidos como la falta de medicinas forman parte del «ajuste republicano» del presidente López Obrador que, en apenas medio año, ha vaciado hasta en un 50% el personal hospitalario.
Por ejemplo, en San Luis Potosí, clínicas y hospitales perdieron la mitad de los apoyos a médicos y enfermeros pasantes; al igual que 30% de los suministros de medicina.
Además de los sueldos impagos y despidos, está el problema de la inseguridad laboral. Es decir, de no renovar el contrato de los médicos y personal hospitalario.
Ya está anunciado que en zonas como Quintana Roo, por ejemplo, 45% de los trabajadores eventuales de la Secretaría de Salud no serán recontratados. Tienen contrato hasta el 31 de diciembre.
Es «inhumano» el hecho de «ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud»
Por eso el extitular de la IMSS reclama que «controlar en exceso esos recursos, que son de trabajadores y empresarios, sin racionalidad y sin apego a las normas del IMSS, puede acabar con esa dinámica de solidaridad social propia del Instituto».
Germán Martínez llama «inhumano» el hecho de «ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud». Particularmente por que «ese control llega a escatimar los recursos para los mexicanos más pobres».
Son precisamente los habitantes de las zonas más marginales los que más sufren estos recortes.
Ya murieron 13 bebés en Tijuana y los indígenas del pueblo tzetal reclaman la muerte de dos bebés y un feto abortado como consecuencia de la falta de suministros y acceso a los hospitales, dado que los pueblos aislados sumergidos en la selva perdieron el transporte que antes recibían para emergencias.
Dan prioridad a las víctimas de la violencia que a los recién nacidos
La falta de presupuesto no es el único problema. Dado que bajo la administración de AMLO, México vive el año más violento de su historia, la cantidad de víctimas de disparos sobreexige a los médicos y las camas que requieren imposibilitan el uso de otros pacientes.
Ya murió un bebe a causa de ello. Pues las 28 camas en urgencias del Hospital General de Tijuana (HGT) están ocupadas por baleados, muchos de ellos en actos delictivos. Al no haber espacio para atender al bebé, este murió.
Dada la pobreza del hospital, no pudo proveer los reactivos necesarios en los laboratorios para hacer los estudios para determinar la causa de muerte del bebé. Lo mismo sucedió en Chiapas, una pareja de indígenas tzeltal tuvo que caminar ocho horas con su bebé de cinco meses en brazos, ante la falta de transporte aéreo que antes les garantizaba el IMSS, y su bebé de no solo murió sino que nunca supieron por qué.
Pero la falta de presupuesto no indica una ausencia de recursos sino una decisión administrativa sobre su uso. Pues el mismo monto que se le retiró al sistema de salud, se designará a la promoción del béisbol.
Y mientras se quedan sin trabajo los médicos y profesionales de la salud, el gobierno otorgará becas para pagar a empresas multinacionales para que contraten a los “nini”, jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Por último, en lugar de recortar el presupuesto estatal y abrirse al mercado, López Obrador ordenó cancelar las licitaciones de contratos multimillonarios para que la ya endeuda compañía estatal Pemex asuma los gastos de la construcción de nuevas refinerías.
Así, el gobierno de la “cuarta transformación” expone su sentido de prioridades y la calidad de administrador de su mandatario