A través de la Medida Provisional número 881/2019, conocida como “MP de la Libertad Económica”, Brasil ha logrado reducir la burocracia para impulsar a las pequeñas y medianas empresas. Además, eliminará las licencias de al menos 287 actividades.
Actualmente, Brasil está en el puesto 109 del Banco Mundial en lo que respecta a la facilidad de hacer negocios. La medida provisional de Bolsonaro busca ascender escalones en el ranking al desburocatizar los pequeños negocios.
También busca que el país más grande de Sudamérica vuelva a la esencia de su Constitución y respete la libre iniciativa, que se vio truncada durante el proceso del socialismo del siglo XXI propulsado desde el Foro de Sao Paulo, e implementado en Brasil por Lula da Silva y Dilma Rousseff.
De acuerdo con el Artículo I de la Constitución, Brasil tiene como fundamentos la soberanía, la ciudadanía, la dignidad de la persona humana, los valores sociales del trabajo y la libre iniciativa.
Es decir, los primeros incisos de la Carta Magna son contrarios al proyecto que fue imperante por años y fomentaba la dependencia por encima del esfuerzo y reducía la dignidad al promover la mendicidad estatal. Lo que busca la gestión actual es revertir ese fenómeno.
Según la Resolución CGSIM 51/2019, Brasil ha reducido las exigencias que se les realiza a las empresas, y busca que estas cumplan con lo básico e indispensable en materia ambiental y de salud. Las exigencias consisten en que la vivienda sea del empresario, que cumpla con los requisitos mínimos, particularmente en materia de prevención de incendios, estar entre los 287 tipos de empresa mencionados en la resolución CGSIM 51/2019 y estar dentro de la zona urbana adecuada, en la ley municipal o en cualquier lugar si no implica circulación de personas.
Para quienes cumplan con lo básico, el Estado se compromete a extinguir tasas asociadas a estas licencias, proteger la buena fe del empresario, permitir el registro de empresas en casa y se prohíbe que el Estado o municipio solicite registro más allá del tributario.
Brasil apostará por la libertad económica que funcionó en Chile
La desregulación genera resultados favorables, lo que ya ha funcionado en otros países. Por ejemplo, Chile está en el puesto 56 en el ranking de facilidad para hacer negocios del Banco Mundial, mientras que Brasil está 53 puestos abajo.
Solo en el 2018, se crearon 351 pequeñas y medianas empresas (pymes) cada día en Chile. Si se suma grandes empresas, la cifra aumenta a 362.
Para facilitar este proceso, el país andino cuenta con un sistema de registro electrónico que le ahorra tiempo al empresario y reduce la necesidad de recursos a nivel gubernamental.
Cuando se creó el sistema de registro electrónico de empresas, en 2013, el promedio de creación de nuevas empresas era de 58 al día, mientras que en 2018 el promedio alcanzó a 362 empresas diarias. Es decir, hubo una diferencia significativa.
La portación de armas como extensión de la libertad
Brasil ha decidido no solo apostarle a impulsar el emprendimiento para mejorar la situación económica de Brasil, también busca fortalecer la autonomía de sus ciudadanos.
Es por ello que la reducción de la burocracia, que a su vez permite la ampliación de la libertad, no se limita al plano económico. “La vida tiene valor pero, aún más valiosa que la vida es la libertad”, afirmó el Bolsonaro. Agregó que “el pueblo debe tener el derecho a las armas para defenderse de aquellos que se atrevan a quitar su libertad”.
A través de redes sociales, el presidente Jair Bolsonaro hizo estas declaraciones en un discurso donde afirma que tanto él como las fuerzas armadas respaldan la portación de armas por parte de la población civil.
Esto también coopera a la reducción de la burocracia, pues le quita al Estado el monopolio de la seguridad y le devuelve al individuo su derecho a la legítima defensa para proteger su vida, libertad y propiedad. De modo que el ciudadano no depende únicamente de un ente regulador para su seguridad.
– O povo deve ter o direito às armas para se defender daqueles que ousem tirar a sua liberdade. pic.twitter.com/otCMoxDYr8
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) June 17, 2019
Desde que Bolsonaro asumió la presidencia, los homicidios en Brasil han disminuido un 24 %. El mandatario busca devolver a los ciudadanos el derecho que les fue negado a quienes votaron a favor (60 % de la población) de conservar la libertad de cuidar de sí mismos y sus familias en el 2005.
Fue la casta política dominada por la izquierda que concentra el poder en el Estado quien pasó por encima del plebiscito y negó a los brasileros la autodefensa.
Las consecuencias del desarme en Brasil fueron inmediatas, el saldo de homicidios ascendió a 62 000 por año. Incluso el promotor de la ley de desarme fue asesinado a balazos con un arma ilegal.
Economía por mejorar
Pese a los evidentes avances, la economía de Brasil todavía no ha logrado el crecimiento que se esperaba. Para ello falta que se apruebe el recorte en el sistema de jubilaciones que ocupa el 53 % del presupuesto estatal y va mayormente en función de las millonarias jubilaciones a políticos de carrera.
Por ello, recientemente millones de brasileros tomaron las calles a favor del mandatario y en contra del “Centrao”, la concentración de políticos de centro que obstaculizan cualquier avance, para que el sector productivo, el privado, deje de ser empobrecido por el sector improductivo, el Estado.
Así, los brasileros dejaron un precedente histórico, en contraste con las multitudinarias manifestaciones de sindicatos y sus aliados, marcharon para exigir menos presupuesto del Estado y menos privilegios para la casta política. Lo que, si se logra, se reflejará en el fortalecimiento económico del país.