Más de 2 millones de cubanos han escapado de su país, de los cuales unos 83 000 han muerto ahogados y/o devorados por tiburones; muchos fueron hundidos por la guardia costera. Porque en el “Alcatraz del Caribe” escapar se castiga. Pese a que tantos arriesgaron sus vidas por cruzar los 145 kilómetros que separan a Cuba de EEUU, ahora se encuentran con que en su país adoptivo la misma ideología que empobreció a su nación y les empujó al exilio, busca instaurarse en la Casa Blanca: el socialismo.
“Morir en alta mar era preferible a vivir en Cuba; moriría ahogado y sonreído, porque por primera vez me sentí libre”, exclama un balsero en un mensaje para Young Americans Against Socialism (Jóvenes Americanos contra el Socialismo).
Si el socialismo fuese tan bueno, ¿Creen que tanta gente escaparía de Cuba?, El socialismo arruina la vida de la gente, no puedo creer que haya personas que quieren eso en EEUU.
Se acercan las elecciones presidenciales del 2020 y dentro del partido demócrata de EEUU hay candidatos abiertamente socialistas, como Bernie Sanders, que aplaude el sistema comunista en Cuba.
Por eso Ray (quién se asume no revela su apellido por la persecución que podría sufrir su familia en Cuba), un cubano que navegó a bordo de un windsurf, —un navío propulsado por una vela, viento, olas y las maniobras de su único tripulante—, advierte a los votantes sobre el peligro de las promesas del candidato, Sanders. Pues solo se logran a cambio de la supresión de las libertades más básicas.
WATCH: Cuban who escaped socialism by windsurfing warns America
Meet Ray. He windsurfed 90 miles to flee socialism in Cuba — and he was ready to face death if it meant being free. Fast forward to today, he can’t believe how many Americans want to live under the hell he escaped. "Nobody gave me anything. I earned my right to vote, I earned my right to speak, and I earned my right to tell you right now why socialism sucks."This is his story. Help us continue our mission of saving America from socialism and donate TODAY!https://www.yaas.org/donate
Posted by Young Americans Against Socialism on Friday, August 23, 2019
Al balsero le tomó tres años regularizar su situación. Fue atrapado en alta mar. No podía ser devuelto a Cuba, porque le depararía la prisión.Tuvo que lidiar con embajadas en ambos países hasta finalmente ser reconocido como refugiado.
Ahora que goza de su libertad, describe cómo fue su primera experiencia comiendo una hamburguesa. Ya que la carne de res es prohibida para la población civil, mientras que los jerarcas comunistas sí pueden; al igual que los turistas.
De hecho, en Cuba es mayor la penalidad por matar una vaca que por asesinar a un ser humano. Ya que el ganado le pertenece al Estado, mientras que los ciudadanos están desprotegidos por este.
Due to popular request we combined the following:
• @BernieSanders bashes JFK & praises the communist Cuban revolution
• Bernie blames the US for the Cold War
• Bernie praises Communist USSR
• Bernie details his advise to Nicaraguan dictator Ortega on how to fight the US pic.twitter.com/28mOaqmk3Z
— Reagan Battalion (@ReaganBattalion) May 15, 2019
Ray explica el control del gobierno sobre los ciudadanos, que hasta decide lo que pueden comer o no. Por eso confiesa, que procura siempre no dejar sobras de comida, ante la angustia que le da saber todo lo que no puede comer su familia en Cuba.
Durante la última década, los cubanos han apelado al windsurf y otros mecanismos de navegación para escapar de la isla. Entre ellos, el más destacado es Alex Morales, quién fue integrante de la selección nacional de Cuba en los Juegos Olímpicos. La huida de destacados deportistas es una constante, en junio desertó el capitán de la selección de fútbol, Yasmani López, durante la Copa Oro celebrada en EE.UU. Algo similar ocurrió en la Copa Oro 2015, cuando cuatro de los 23 futbolistas seleccionados escaparon y se quedaron en el país de las barras y las estrellas.
A pesar de que Cuba es un país insular, hay frutos de mar que son prohibidos para los cubanos. Pescar una langosta, por ejemplo, implica una pena de prisión de seis años. Aunque la cúpula del Partido Comunista, al igual que sus familiares, sí pueden comerlo y forma parte de su dieta.
El exiliado cubano espera transmitir esa enseñanza a sus hijos, que no padecieron estas carencias y a jóvenes que se ven seducidos por la utopía del comunismo que en realidad esclaviza a quienes viven en su interior.
Ray sostiene que en los libros puede lucir ideal y que incluso en el primer año que se lleva a cabo puede funcionar. Pero en el largo plazo es insostenible, porque el precio a pagar es la libertad.
Finalmente concluye que todo lo que da el Estado tiene un costo, por eso no le gusta lo “gratuito”, sino ganarse lo que tiene.
Porque así como el Estado te da, te puede quitar. En el caso de Cuba, incluso la libertad de elegir qué comer bajo pena de prisión; dentro de un sistema legal que solo aplica para el que no tiene un cargo público.