México empezó septiembre con 102 personas asesinadas el primer día. Con esa cifra se oficializó el promedio de 100 víctimas fatales por día en el país. Solo durante el pasado fin de semana 292 personas murieron en crímenes violentos.
Cuando López Obrador asumió la presidencia de México, el Gobierno reportó que en diciembre de 2018 se registraron 2 153 homicidios, con un promedio diario de 79,7 casos. Seis meses después, solo del 6 al 12 de junio se registraron 650 asesinatos, según reporta el Informe de Seguridad. De hecho, el 8 de junio hubo un pico de violencia: se reportaron 94 asesinatos el viernes 7 de junio y al día siguiente 113. Los homicidios promediados lograron llegar a los 100 diarios.
Contrario a la evidencia, López Obrador dice que en la Ciudad de México, a cargo de su coidearia Claudia Sheinbaum, tanto los homicidios como la violencia y el crimen en general ha disminuido,
Según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el primer semestre del 2018 hubo 11.21 homicidios por cada 100 000 habitantes en Ciudad de México. En 2019, el mismo lapso, la cifra subió a 11.59. Las cifras indican que las declaraciones de López Obrador no son ciertas.
Ahora el promedio a nivel nacional es de 100 homicidios dolosos al día, de acuerdo con el grupo interdisciplinario de seguridad integrado por las secretarías de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Defensa Nacional (Sedena), Marina-Armada de México (Semar) y la Fiscalía General de la República (FGR).
Si se sigue ese ritmo, el mes de septiembre terminará con un promedio de 3 000 muertos. En Michoacán, el estado mexicano con el mayor número de víctimas, solo el primer día del mes fueron asesinadas 14 personas. El mismo día en Guanajuato hubo 12 víctimas, en Chihuahua y el Estado de México 9. La Ciudad de México reportó 8 muertes violentas, mientras que Baja California tuvo 6 y Jalisco y Puebla 5.
López Obrador dice que “el narco es pueblo”
Pese a que el mayor disparador de la delincuencia en México es el narcotráfico y las disputas territoriales entre bandos criminales, López Obrador fue capturado en cámara diciendo que “el narco es pueblo”.
Frente a los gritos de los peatones que se acercaron al mandatario para pedir justicia y seguridad, este declaró que los narcotraficantes no serán combatidos con las armas porque son el pueblo.
¿El narco es pueblo como dice el Presidente 🤔? #Seguridad pic.twitter.com/2wj6Kyoq1o
— Ciudadanos en Red (@ciudadanosenred) August 26, 2019
Estas declaraciones fueron duramente repudiadas, incluso por quienes fomentan la misericordia; como el canónigo penitenciario de la Arquidiócesis de México, el padre Hugo Valdemar.
El sacerdote mexicano afirmó que la declaración de López Obrador “no solo es irresponsable, sino además incentiva, motiva y justifica la actuación del crimen organizado, pues finalmente es pueblo, y por lo mismo bueno y justificable en sus acciones criminales, lo cual es gravísimo e inadmisible”.
Insiste en que es “simplificación conceptual” del mandatario. “Entonces tenemos que decir que hay pueblo bueno y hay pueblo malo: al bueno hay que apoyarlo e incentivarlo y al pueblo malo que oprime, extorsiona, corrompe y mata al pueblo bueno hay que combatirlo, castigarlo y, en su caso, aniquilarlo”. “El primer deber constitucional de un Presidente de la República es garantizar la seguridad y la integridad de sus gobernados”, afirma.
Por ello, la Constitución le da el monopolio del uso de la fuerza pública para mantener el orden. Si el presidente no entiende este mandato constitucional y no lo cumple, debe pedir disculpas a sus gobernados y marcharse a su casa, porque no ha entendido cuál es su principal función.
“Estamos desarmados”, claman los ciudadanos
Dicho monopolio valida el desarme civil. Ante la presencia de López Obrador se escuchó el grito “estamos desarmados”, mientras los ciudadanos exigían acción frente a la violencia ejercida por los narcotraficantes.
En comparación con el primer semestre de 2018, en el primer semestre de 2019 los asesinatos aumentaron un 4,4 %. Pasaron de 15 973 a 17 138, según el SESNSP. Esto no solo muestra un aumento en la cifra de homicidios, sino también la nula efectividad de las políticas de seguridad implementadas por López Obrador.
Según GunPolicy.org, portal respaldado por la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas, las políticas de posesión de armamento para civiles están denominadas como restrictivas en México.
Las restricciones han demostrado ser no solo ineficientes, sino contraproducentes. México cuenta con la segunda ciudad más violenta del mundo, Acapulco, que sigue a Caracas, Venezuela, donde las armas fueron removidas de la población civil por orden de Hugo Chávez. Pasaron de las manos de sus dueños a ser entregadas a los colectivos paramilitares fieles al socialismo.
De modo que los mexicanos exigen no estar en ese estado de indefensión, sino tener la capacidad de protegerse ante los constantes ataques. Al no poder hacerlo ellos mismos, piden que se encarguen las fuerzas de seguridad, pues bajo la administración de López Obrador, México vive el año más sangriento de su historia y la tendencia sigue al alza.
Pero antes es menester que López Obrador reconozca el problema y, sobre todo, no lo incentive. Si el mandatario considera a los narcotraficantes, que tantos mexicanos asesinan diariamente, como parte del pueblo y no como delincuentes, no habrá defensa que valga.
*Nota: las cifras fueron actualizadas según la información disponible.