Los destrozos e incendios en Santiago de Chile se trasladaron a la capital de Argentina. Buenos Aires se volvió el escenario de un enfrentamiento entre agrupaciones de izquierda y la policía que detuvo a una decena de manifestantes por golpear a la prensa, destruir vehículos de la zona e incluso provocar incendios alrededor del Consulado de Chile.
De los detenidos hasta el momento, la Policía de la ciudad informa que uno es de nacionalidad chilena. Los demás son izquierdistas argentinos.
A escasos días de las elecciones presidenciales en Argentina, se percibe como advertencia de lo que podría pasar en caso de haber un resultado desfavorable para su casa.
Los sectores de la sociedad que exigen un Estado de Bienestar que financie y provea cada aspecto de la vida cotidiana, lo harán por la fuerza.
En la víspera de los disturbios fue el segundo debate presidencial, donde el candidato de extrema izquierda, Nicolás Del Caño, fue criticado por desviar el debate y enfocarse en las protestas de Chile en lugar de priorizar a Argentina.
Al día siguiente, sus coidearios avivaron la violencia que se vive en el vecino país y la trasladaron a su cancha.
Ya en el primer debate el candidato desaprovechó sus escasos segundos al aire haciendo un minuto de silencio para las protestas en Ecuador, fenómeno que ahora padece Chile y gracias al activismo de izquierda, también Argentina.
Una manifestación “contra la represión” ejecutada con violencia
En vista que el presidente Sebastián Piñera, militarizó las calles de Chile a raíz de los desmanes que causaron una pérdida de $300 millones de dólares, solo en los incendios y destrozos en el metro de Chile, manifestantes de izquierda en Argentina se apropiaron de la consigna “Fuera Milicos” y lemas anti-guerra.
Sin embargo, el mayor índice de violencia no ha sido ejecutado contra los manifestantes, como alegan sus coidearios argentinos, sino que ha sido perpetrados por ellos. Los incendios han cobrado la vida de siete chilenos en dos comunas de Santiago, cinco en una fábrica incendiada en Renca y dos mujeres en un supermercado incendiado en San Bernardo, otro sigue hospitalizado por las heridas.
Ahora el mismo proceder se manifiesta en Argentina. Los periodistas agredidos señalan que la marcha contra la represión en realidad fue violenta.
#AHORA En el consulado de Chile los que protestaban contra "la represión" nos atacaron a todos los periodistas y medios presentes. A Fabio Soria mi camarógrafo le abrieron la cabeza a los golpes y nos rompieron los equipos. El que está tirado es Ernesto Medina de Crónica TV. pic.twitter.com/Wof2zXmv9R
— jeromura (@jeromura) October 21, 2019
“La prensa burguesa no nos interesa” gritaban los manifestantes que golpearon a periodistas
Bajo el grito “la prensa burguesa no nos interesa”, los manifestantes atacaron a los reporteros que se acercaron al lugar.
Dejaron a los equipos periodísticos en el piso con empujones y patadas. Hasta el momento se confirman dos camarógrafos y un cronista herido.
A su alrededor habían cestos municipales de basura de tamaño industrial prendidos fuego. La policía abrió paso para los bomberos para que sofoquen el incendio.
Pero los ataques no se limitaron al consulado ni contra la prensa, vehículos estacionados en los alrededores también sufrieron la ruptura de sus parabrisas.
Lo curioso es que la prensa a la cual los manifestantes, con terminología marxista, acusan de “burgueses” son funcionales a su causa. Crónica, por ejemplo, si bien es una plataforma mayormente amarillista, tiene inclinaciones de izquierda.
A los reporteros de TN, medio alineado a causas progresistas, es la segunda vez en este mes que sufren agresiones de sus coidearios. La semana pasada fue vandalizado su vehículo, cámara y agredido el equipo periodístico en una marcha feminista, el “Encuentro Nacional de Mujeres”, a pesar de que sus reporteras son aliadas de esa causa.
Anarquistas que exigen subsidios
Una de las reporteras agredidas comentó que la consigna “muerte al Estado” la gritaban los manifestantes, a quienes ella llamó infiltrados. Pues no eran de nacionalidad chilena sino argentinos.
Lo sobresaliente a ambos lados de la cordillera es que alegan ser anarquistas, que desean la muerte al Estado, mientras exigen subsidios, un cambio en la Constitución para garantizar “derechos sociales”.
De modo que las consignas en la protesta muestran contradicciones. Por un lado exigen un alto a la represión, pero ejercen la violencia y por otro exigen desmantelar al Estado mientras demandan vivir a sus expensas.
Y en eso se parecen las protestas de ambos países.