Vox, un partido que empezó con sus portavoces gritando con megáfonos consignas en veredas, hoy goza de suficiente representatividad parlamentaria para participar en debates presidenciales, donde se destaca como vencedor con el 63 % de respaldo. Aunque el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) todavía tiene mayoría en el Congreso, que Vox duplique legisladores en cada elección, muestra que esa tendencia podría revertirse pronto.
En las elecciones andaluzas de diciembre de 2018 Vox obtuvo 12 diputados. En abril de 2019 duplicó los escaños y posicionó a 24 diputados en el Congreso. Ahora, en noviembre, tiene 52 diputados y es la tercera fuerza de España.
Según el Artículo 162 de la Constitución española, a partir de 50 diputados un partido puede presentar recursos de inconstitucionalidad. De modo que Vox, aunque no goza de mayoría parlamentaria, ya tiene el poder necesario para realizar reformas contundentes en materia de recuperación de derechos y libertades.
La derecha unida tendría mayoría absoluta
Si los partidos de derecha hubieran ido juntos, en una coalición, a las elecciones, habrían dominado el Parlamento español con 177 escaños, uno más de lo que se define como mayoría absoluta (176). Pero, fragmentada, el PSOE tuvo mayoría con 152. Vox, el ala más conservadora de la derecha, escaló con 52 escaños, mientras que Ciudadanos, la vertiente más progresista, tuvo apenas 10. La baja llevó a su líder a dimitir.
Era voluntad del Partido Popular, que obtuvo 88 escaños, lograr una unidad electoral, pero no hubo consenso en las elecciones del 10 de noviembre.
Una alianza entre los cuatro frentes, integrando a NA+ (Navarra Suma), habría no solo fortalecido a la derecha española, sino debilitado a la izquierda, pues con la ley d’Hondt se habrían repartido los escaños y el PSOE tendría 102 en lugar de los 152 que obtuvo.
Vox fue el ganador de las elecciones
Pese a que el partido de Gobierno, el PSOE, que es de izquierda, fue el que más votos tuvo, seguido por el partido de derecha con mayor trayectoria, el Partido Popular, el ganador de la noche fue el incipiente Vox, pues fue el que más votos ganó. Aunque tuvieron mayoría, los partidos tradicionales no ganaron votos. Conservaron mayormente los votos que ya tenían. Sumando los votos de Unidas Podemos y el PSOE, la izquierda perdió 1 600 000 votos en conjunto y poco menos de un tercio de esos votos (medio millón) fueron a favor de Vox.
A inicios de 2019 Vox logró obtener 2,7 millones de votos, que equivalen al 10,26 % de la votación, lo que le permitió alcanzar 24 escaños. El domingo pasado logró duplicar esos escaños, pues obtuvo 3,64 millones de votos, que equivalen al 15,09 % de las papeletas, que le otorgaron 52 escaños. O sea que de abril a noviembre Vox logró conquistar a casi un millón de personas más.
Si se analiza por regiones, Vox es primera fuerza en Murcia y en Ceuta, la segunda fuerza en Huelva, Guadalajara, Cádiz, Almería y Sevilla, en la que uno de los dos escaños que obtuvo allí es para Francisco José Contreras, autor del libro Una defensa del liberalismo conservador, donde concilia la libertad económica con la moral tradicional.
Esto es precisamente lo que ha pregonado Vox. En el debate presidencial, el candidato Santiago Abascal anunció medidas económicas a favor del libre mercado y un recorte absoluto de impuestos.
Hace 5 años, Abascal estaba sobre un palé, encima de un banco, con megáfono en ristre y apenas nadie prestándole atención.
Es brutal lo que está consiguiendo VOX. pic.twitter.com/Y3VuvZ5BKt
— Bertoro (@bertaurus) November 10, 2019
Abascal se desmarcó de sus rivales, al increpar las inconsistencias de su discurso respecto al presupuesto. Por un lado a lo que él llama la «derechita cobarde» que alega querer recortar el gasto del Estado, pero no aclara de dónde. Por el otro, a la izquierda que ofrece todo gratis, pero no dice de dónde saldrán los fondos.
Vox propone que al 100 % de los trabajadores se les baje los impuestos, que el 93 % de los trabajadores no tengan que hacer la declaración de la renta, porque las retenciones van a ser liberatorias y se van a simplificar; además plantea un tipo máximo del 22 % para la mayoría de los trabajadores, que la parte exenta sea el doble y que el tipo máximo que se pague sea del 30 %. También promete la rebaja al impuesto de sociedades al 22 % y la eliminación de los impuestos injustos, como sucesiones, patrimonio, etc. Para lograrlo, propone terminar con el sistema de los nacionalismos y así exigirle menos tributación a los españoles.
Vox obtuvo 500 000 votos de la izquierda
Lo más sobresaliente de la elección fue el avance de Vox en “territorio enemigo”. Un partido que recién logró representación parlamentaria y por tanto pudo participar del debate presidencial, se fortaleció no solo entre sus aliados, sino que hasta le quitó votos a su principal adversario: le restó 300 000 votos al PSOE.
Tanto el Partido Socialista como Unidas Podemos, que se proclama bolivariano al estilo chavista, han perdido unos 800 000 votos cada uno (1 600 000 en total), de los cuales se estima que 200 000 de Podemos fueron a favor de Vox.
Por ejemplo, en Madrid la izquierda sufrió el golpe más fuerte. Unidas Podemos perdió hasta 156 000 votos y el PSOE 87 000 votos. Mientras que Vox ha sumado 120 000 papeletas y el Partido Popular alrededor de 170 000.
Al respecto, durante su visita a Argentina, donde convocó la batalla cultural en Hispanoamérica, el secretario general de Vox y portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Jorge Ortega Smith, explicó que «hay que dar un salto político, porque nadie nos representa». Sostiene que se debe cosechar el vacío que dejan los partidos tradicionales con promesas incumplidas, apuntar a ese votante, no con antagonismos sino con soluciones.
Señaló que Vox logró triunfar en Andalucía, a pesar que 1/3 de la población votaba por la izquierda, incluso por Podemos. Por eso afirma que no eran comunistas convencidos, sino votantes enojados. Lo que se conoce como “voto castigo” en su momento le dio votos a Podemos por ser la nueva alternativa frente a la viaje política, pero su cercanía al ideario chavista, que empobreció a Venezuela, y su respaldo a dictaduras le restó respaldo.
Cada vez más españoles se han mostrado reacios a los partidos tradicionales. En palabras de Abascal, durante el debate presidencial, tanto los principales partidos de derecha como de izquierda lograron un “consenso progre”. Y Vox, al no ceder ni en materia social ni económica, ha logrado distinguirse de sus rivales y beneficiarse de ello.
Esta ha sido su mayor fortaleza para lograr duplicar diputados en cada elección y tener hoy la posibilidad de declarar la inconstitucionalidad de leyes impuestas por sus predecesores.