Ecuador ya declaró emergencia sanitaria a causa del coronavirus que acecha al mundo entero. Aunque la nación sudamericana todavía no ha sufrido un caso fatal, el mayor impacto que advierte la pandemia es sobre la economía.
Al ser el petróleo un recurso fundamental para este país, la baja de más del 25 % en el precio del crudo —a causa de la incertidumbre provocada por el brote de coronavirus— empujó al Gobierno de Lenín Moreno a lanzar un plan de medidas económicas, apenas cinco meses después del anterior anuncio que casi le cuesta la Presidencia.
En octubre del 2019, al anunciar el recorte del subsidio a la gasolina, hubo un paro multitudinario. Dirigentes indígenas estuvieron a la cabeza, congregando a miles de campesinos. Dado el índice de violencia, denunciaron la presencia de infiltrados e incluso la OEA acusó la coordinación desde La Habana y Caracas.
Si bien Moreno fue el primer vicepresidente de Rafael Correa (Jorge Glas, el segundo, está en prisión por corrupción), y por tanto fue parte del socialismo del siglo XXI, desde que fue elegido presidente ha habido una ruptura entre ambos causando a su vez una partición en el partido de gobierno.
La llegada del coronavirus y la caída del precio del petróleo nos obliga a tomar medidas por la salud del país. Estamos reunidos con representantes de todos los sectores sociales para compartir análisis y visiones. #PorUnEcuadorDeTodos🇪🇨 pic.twitter.com/QbkPFgfBBX
— Lenín Moreno (@Lenin) March 10, 2020
Para conocer mejor la situación política y económica en Ecuador a raíz del brote COVID-19, PanAm Post se comunicó con Gabriela Calderón, investigadora y editora del Instituto Cato, máster en política internacional y licenciada en ciencias políticas y comercio.
¿Cómo afecta el coronavirus a la economía de Ecuador?
El coronavirus afecta de manera directa varios mercados de exportaciones ecuatorianas. Por ejemplo, las dos terceras partes de las exportaciones de camarones van a China, por lo que a principios de año el precio de este producto cayó significativamente. Se espera que siga cayendo, dado que otro mercado importante para estas exportaciones es el europeo. Las rosas tienen como uno de sus principales destinos Europa y, en menor medida, EE. UU. Ambos mercados serán perjudicados por el anuncio de Trump de detener todo tráfico aéreo entre Europa y EE.UU. durante un mes. De manera que este sector exportador también se vería afectado.
El sector del comercio también se verá afectado y probablemente a mediano plazo. Uno de los mayores perjuicios ocasionados por el coronavirus es el rompimiento o interrupción de las cadenas globales de producción. Las medidas de contención adoptadas por el Gobierno chino podrían derivar en retrasos o pérdida de proveedores o aumentos de precios para aquellos productores ecuatorianos que requieren de insumos importados o para todos aquellos negocios de importación.
La economía de #Ecuador será impactada por la brusca caída del precio del petróleo y los efectos del #coronavirus. ¡Vea lo que informó el FMI! https://t.co/zQ55mJ1vis
— Revista Vistazo (@revistavistazo) March 12, 2020
¿Qué beneficios tienen las medidas que presentó Lenín Moreno?
Las medidas anunciadas por el Gobierno son nuevamente un listado aspiraciones de recortes al gasto público corriente. Estas promesas de reducción del gasto desde 2017 han tenido la característica de ser vagas, mientras que las de naturaleza de recaudatoria siempre fueron claras. Lo que pasó en la práctica luego de este tipo de anuncios durante esta administración es que se cumple fielmente con las medidas recaudatorias mientras que se cumple a medias o queda en el aire aquello de reducir el gasto.
De tal manera que el Gobierno que se ha pasado tres años hablando de austeridad, lleva tres años consecutivos aumentando el gasto corriente, el cual pasó de $17 185 millones de dólares en 2016 hasta llegar a 23 092 millones en 2019. Todavía esperaba subir ese rubro de gasto en 2020, pero ahora el plan anunciado, nuevamente con disposiciones muy vagas, espera que este caiga.
¿Cuáles medidas perjudican a la economía, en particular a los más pobres?
Las medidas que más perjudican a la economía son los aumentos de impuestos. No es que todo impuesto sea malo, es que nuestra clase política no ha logrado entender que el problema de la economía es un gasto insosteniblemente alto y que solo se resolverá con reformas estructurales que lo corten no ligeramente y momentáneamente, sino que creen la institucionalidad adecuada para que este desbande no vuelva a pasar. Considerando que tenemos un problema de un aparato estatal que gasta demasiado, ¿por qué habría de soportar la sociedad que este le cueste cada vez más? La gente necesita volver a trabajar, seguridad para invertir. Esto no se logra aumentando impuestos, sino todo lo contrario.
¿Existe riesgo que resurjan protestas como las de octubre?
Claro que sí. Lo de octubre fue un intento de golpe de Estado, frustrado quizás solo por la decisión del presidente Moreno de aislarse en Guayaquil y por la falta de apoyo masivo a nivel nacional de quienes lideraban ese intento de golpe. Hay descontento, múltiples frustraciones, pero creo que una masa crítica de la gente en Ecuador ha llegado a comprender que un cambio de presidente no garantiza que haya más trabajo, más seguridad, etc.
Las protestas de octubre estaban planificadas con mucha anticipación a que se anunciara la medida de eliminación del subsidio a los combustibles. Estaban simplemente buscando una excusa para ejecutar el levantamiento y el descabezar al Gobierno. Ojalá este haya aprendido la lección y esté mejor preparado para defender su legítima autoridad de gobernar. Por cierto, la caída de los precios del petróleo nos presenta una vez más la oportunidad de eliminar los subsidios a los combustibles sin que los consumidores sientan mayor impacto en su bolsillo. Una mala comprensión del fenómeno de las protestas violentas de octubre nos llevaría a perder esta oportunidad.
¿Qué debería hacer el Gobierno para afrontar la crisis?
El Gobierno debería aprovechar la oportunidad de la caída de precios de petróleos, y la reducción de la brecha entre el precio real de los combustibles y el precio subsidiado, para eliminarlos de una vez. También debería emprender un proceso de descentralización de la competencia de aquellas obras públicas que no puede realizar el Gobierno central actualmente por falta de recursos y de aquellas regulaciones que no puede reformar por la parálisis en la Asamblea Nacional. Esto permitiría que haya múltiples procesos de licitación para concesiones en sectores como el eléctrico, en lugar de que sea un solo proceso con sus usuales suspicacias.
Pueden repetirse a nivel descentralizado estas malas prácticas, pero mientras más competencia haya se irían imponiendo los mejores modelos de licitación y gestión de estas obras públicas. Lo mismo se podría hacer por el lado de la educación, la seguridad social, la regulación del mercado laboral y muchas otras áreas. Liberarse de responsabilidades es también reducir la carga del Gobierno central y hay muchos municipios que por sí solos o en alianza con otros están en la posición adecuada para asumir estas competencias (con sus activos y obligaciones).