Si la motivación detrás de las protestas desatadas en Chile el 19 de octubre es combatir la desigualdad, ¿por qué entonces dejan a cientos de miles de chilenos sin trabajo? 376 790 chilenos quedaron desempleados, de acuerdo al informe de la Dirección de Trabajo. Todavía no están disponibles las cifras de marzo, pero los datos disponibles muestran que de enero a febrero aumentaron de 287 a 540 las empresas que despidieron a sus trabajadores por insolvencia económica causada por las protestas y desmanes.
Es decir, el estallido social en lugar de beneficiar a los trabajadores chilenos, como alegaban los manifestantes que incendiaron y saquearon locales comerciales y patrimoniales, dejaron sin sustento a cientos de miles de familias chilenas.
Reclamos exponen la ideologización de las protestas
En teoría, las manifestaciones empezaron por el aumento del precio del metro, pero terminó en un reclamo abierto de un “cambio de sistema”, que llevará a un plebiscito en abril para un cambio de Constitución.
Esto expone una falencia educativa tanto en materia de economía como de historia y civismo, pues los manifestantes, arengados por la izquierda política, alegan que en Chile impera la Constitución de Augusto Pinochet. Pese a que la firma del general fue removida en el 2005 y suplantada por la del presidente Ricardo Lagos, de izquierda.
“El adoctrinamiento político de los niños en las escuelas, por parte de quienes están llamados a educarlos, es una forma de violencia y de vulneración de sus derechos, y por ello además de las acciones que hemos empujado a través de la Superintendencia de Educación y Defensoría de la Niñez, oficiaremos al INDH y apoyaremos una reforma legal parlamentaria que permite incluso quitar el reconocimiento oficial a colegios que promuevan o toleren, de modo reiterado, esta infracción a la libertad de enseñanza”, señaló la ministra Marcela Cubillos en noviembre del 2019.
De acuerdo con las denuncias, acorde mayor es la intervención del Estado en el establecimiento educativo, mayor es el adoctrinamiento sufrido por los alumnos. 53,3 % de las denuncias corresponde a colegios municipalizados, 26,7 % a particulares subvencionados, 13,3 % a particulares pagados y 6,7 % a jardines infantiles, de modo que el adoctrinamiento empieza desde la más tierna infancia.
Chile tenía la menor pobreza de la región
En cuanto al aspecto económico, el desconocimiento de los manifestantes y la manipulación de los políticos que los arengan queda al descubierto en cifras. Antes del estallido social, apenas el 8,6 % de los chilenos vivía en la pobreza.
El Coeficiente Gini, que mide la desigualdad, muestra que en Chile no solo no es marcado, sino que es el país que más ha reducido la pobreza en la región.
Así fue hasta principios de octubre del 2019. Ahora la realidad es otra. Con cada vez más chilenos en las calles, producto de la destrucción de sus lugares de trabajo, las manifestaciones que alegaban solidarizarse con los que menos tienen están logrando dejar sin empleo a cada vez más chilenos.
Caos social hizo que el PIB sea el peor de la década
“En el cuarto trimestre, los efectos de la crisis social se observaron principalmente en los servicios, siendo los personales —en particular, la educación— y el comercio los más afectados. Por otro lado, la construcción y los servicios financieros registraron alzas, compensando parcialmente lo anterior”, señaló el emisor del Banco Central de Chile (BCC).
El miércoles 18 de marzo el BCC informó que el producto interno bruto (PIB) bajó al peor punto en una década, creció 1,1 % en el 2019, arrastrado por la ola de protestas sociales, que además del gigantesco costo económico y el patrimonio destruido y saqueado, cobraron la vida de alrededor de 30 personas y dejó miles de heridos.
En comparación con los meses previos al estallido social, es evidente el impacto. En los primeros nueve meses del 2019, la economía chilena creció 2,2 %, mientras que en el último trimestre se contrajo 2,1 % en contraste con el mismo periodo en el 2018.
Desde el fin del Gobierno de Augusto Pinochet que no se veía una crisis social como la que se vive ahora. En el 2019 la economía cayó 0,7 % más que en la crisis económica mundial del 2009. Afecta no solo el presente, sino también el futuro. Las previsiones de crecimiento para 2020 pasaron del 3 % al 0,9 %.
De modo que las protestas sociales, lejos de terminar con la desigualdad, la han agravado, pues no hay mayor desigualdad que la existente entre quien tiene trabajo y quien no.